Capítulo 2 A caso hay otro Emmett

Durante lo que me quedaba de vacaciones decidí acompañar a las chicas, ya no tenía mucho interés en las fiestas, me quería dedicar en cuerpo y alma a hacer sonreír a Ann. Lo que sorprendió a toda mi familia.

-Cariño ¿desde cuando tú no sales a las fiestas?

-Mamá, ya sabes que hay que crecer

- Yo creo que me han cambiado a mi hijo por otro

- No digas eso mamá, sigo siendo yo. Nadie puede ser tan atractivo.

- Claro campeón. ¿no será más bien que quieres impresionar a alguien en

especial? Intervino mi padre

Sabía que a él no se le escapaba nada, pero hice lo que mejor me sale hacerme el desentendido.

-No papá, no digas esas cosas, yo no me dejo atrapar tan fácilmente como

otros

El me dio una mirada de amenaza y se acercó a mi madre

-Ya quisieras tu haber encontrado una mujer como tu madre desde la preparatoria, hijito y le dio un beso

-Ustedes y sus cosas, por Dios- Dijo mi hermana quien había llegado con Ann

-  Tú no me decías Sab que querías un amor como el de tus padres se burlo Ann

- Sí, respondió mi hermana, -pero no me gusta ver esas escenas en mi casa-

Todos nos reímos

- ¿Y Tu Ann, no quisieras un amor así?,

pregunté no lo pude evitar y vi como tres pares de ojos me miraban con

perplejidad

- No, Yo no quiero un amor así, solo quiero ser libre… Quiero ser independiente, quiero conocer el mundo y el amor te lastima como a mamá, ella amó a mi padre con tanta fuerza que no le quedo nada para ella cuando él falleció, jamás quisiera vivir ese dolor. Yo prefiero enfocarme en otras cosas

No supe ni siquiera que responder sentí como mi corazón se congelaba, nunca supe el sufrimiento por el que ella había tenido que pasar con su madre… Por eso era tan madura y protectora incluso con mi hermana; me había dado cuenta que Ann era quien cuidaba a mi hermana y más cuando salían de fiesta, ella me llamaba para que las recogiera

El sábado antes de irme a la universidad estábamos jugando Monopolio, por supuesto Ann iba ganando era muy buena con eso. Fui a la mesa de la cocina por las bebidas.

Mi madre estaba sentada revisando algunas recetas, le di un beso en la frente y continué

- Cariño tú sientes algo por Ann?

Casi me caigo, como es que ella me puede preguntar eso.

- Queee? ¿Por qué lo dices mamá?

- Tú dirás, digamos  que sexto sentido

- no te puedo mentir, ella me gusta...

- Cariño me encantará decirte que sigas con ese amor, pero Ann ha

sufrido mucho y además quiere otras cosas, tiene aspiraciones no quiere sufrir, y tú mi amor, solo les ofreces a las chicas diversión, no te tomas a las chicas en serio, sé que

eres honesto en tus términos, pero ella es diferente

- Lo sé, Pero... Tienes razón, tal vez es un gusto pasajero porque es

diferente a las chicas con las que he tratado.

Sus palabras fueron como balde agua fría para mí, mi madre tenía toda la razón, yo solo soy un jugador y Ann está fuera de mi liga... "ES SOLO UN GUSTO PASAJERO" me repetía esas palabras en mi cabeza una y otra vez.

Lleve las bebidas y les dije a las chicas que tenía jaqueca, no podía seguir jugando. Me subí

a mi cuarto. Allí estaba yo a mis 19 años sabiendo que no era el hombre ideal para Ann en ese momento, porque ella merecía un gran hombre que le diera seguridad y amparo que este siempre para ella, que la haga sonreír y la haga feliz que pueda quitarle todos sus miedos y la acompañe a cumplir sus sueños. Yo siendo honesto conmigo mismo debía de admitir que Ann me gustaba, pero ¿iba a ser diferente a las demás cuando ya la pudiera conquistar?

La respuesta en este momento era que probablemente nada podría ser diferente...

A la mañana siguiente baje a desayunar muy temprano, solo estaba despierto mi padre.

- Hola papá.

- Hola hijo. ¿Dormiste bien?

- Sí. Pude descansar... Padre te puedo hacer una pregunta

- Por su puesto hijo. Dime

- ¿Cómo supiste que era mi madre el amor de tu vida, como supiste que era diferente a las demás?

Primero me miró con asombro y luego sonrió

- Cuando vi a esa rubia con el cabello alborotado y ojos color miel, mi corazón de un brinco y cuando la vi pelear defendiendo a un niño que estaba siendo golpeado supe que nada sería igual, supe que con esa mujer yo tendría una familia, me flecho desde el primer momento, su alegría, su temperamento, la verdad cada día la he amado mucho más, siempre me enamoro de cada cambio de ella no solo físico, sino de personalidad, de gustos de todo, ella nunca deja de sorprenderme.

- Papá, ¿tú crees que yo tenga esa posibilidad, de encontrar a alguien así?

- Hijo el amor se construye ten eso siempre en cuenta. Respondiendo a tu pregunta, claro que vas a encontrar alguien de quien enamorarte y tu corazón será el encargado de informarte cuando lo hagas. Cuando al verse detengan el tiempo.

- Te amo padre. Gracias por todo. Eres el mejor del mundo.

- Estás muy raro últimamente. Pero me gusta este nuevo tu. Siempre me haces sentir muy orgulloso. No te lo había dicho pero estoy muy feliz de tu cambio. Ya estás creciendo.

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