Capitulo 7

Casi llegando veo a mi mamá besando a otro hombre, veo como se mete a lo lejos.

Al llegar veo que se baja rápido y va con José Luis mientras que yo saco las guitarras.

—Pequeña ¿estás bien?

—Sí, pero tengo que resolver algo con mi mamá, mañana les digo adiós y gracias.

Veo que mi hija se está despidiendo de sus amigos, llegó un poco antes de lo normal escucho como se abre la puerta.

—Tengo algo que decirte, hija.

—Pues dime mamá.

—Estoy viendo alguien que nos quiere a los dos, pero quiere saber si estás lista para que entre nuestras vidas.

—¿Sabes una cosa mamá? ¿Cómo es posible que estés engañando a mi papá con otro hombre y todavía quieras que lo reciba? Lo único que aceptaría es a mi papá, pero esto no te lo perdonó nunca si llega a suceder. Me voy, quiero estar sola— decidí irme en la moto sin voltear atrás.

Veo que se salió rápido y en la moto, rápido le marcó a su papá.

Suena mi cel y contesto:

—Hola amor, ¿que paso?

—Cielo ven rápido a la casa, por favor se trata de Nati

Escucho la moto y veo que mi hija va a toda velocidad y me fui rápido a la casa corriendo.

Lo veo que entró rápido.

—Nuestra hija nos vio, pero no sabe que eras tú, y me dijo cosas feas, y siento que me voy a desmayar.

Se desmayó en mis brazos, la cargo y la acuesto en el sillón y rápido busco alcohol, se lo doy a oler, poco a poco fue reaccionando.

—¿Qué vamos a hacer con ella, Miguel?

—Lo primero y lo he estado pensando es decirle toda la verdad de nosotros y de por qué lo hicimos.

—Creo que tienes razón, pero solo la mitad por favor acuérdate de que ya está recordando y tanta información la puede poner peor de lo que está.

—Hay que esperar que se calme un poco también, mientras vamos a la cocina te voy a hacer un té para los nervios.

—Está sonando tu cel contesta.

—Hijo vi a Nati en la moto, va rápido y sin el casco, ¿qué pasó?

—Papá llegó el momento de decirle una parte de lo que estamos escondiendo a tu nieta, ya empieza con los recuerdos.

—Se los dije y no me hicieron caso, ¿y ¿cómo está, Natalia?

—Nerviosa ahora sí se pasó un poco, pero nosotros tenemos la culpa, ahora estoy esperando que se calme un poco.

—Es lo mejor hijo, ve a buscarla cuando creas que ya esté mejor y me avisas cuando estés con ella.

—Si papá adiós.

—Suerte hijo.

Llego al parque y me bajo de la moto, me pongo a correr lo más rápido que puedo hasta no poder más, me siento mal de como le grite a mi mamá, sé que tiene derecho de hacer su vida con otro hombre, pensé que tenía una posibilidad de poder juntarlos, pero ahora todo se fue al borde del abismo.

—Bueno, me voy a buscarla mi vida, pero quiero que estés tranquila, ella va a entrar pidiendo perdón al saber lo sucedido.

—Eso espero, ahora ve a por ella — lo beso como la primera vez que lo conocí —aquí los espero.

—Creo saber donde va a estar, me voy un poco rápido en mi coche, para poder hablar con ella.

Una vez que saque todo mi enojo que traía estaba a punto de subirme a la moto cuando veo que venía mi papá, así que mejor lo esperé.

—Hola papá, ¿mi mamá te marcó?

—Hola hija. Sí, fue ella, pero tú y yo vamos a hablar primero.

—Antes de que me digas, ¿quién te besó? Espera un momento, ese labial es de mi mamá, ahora entiendo eras tú el del coche, verdad.

—Sí, hija, era yo.

—Todo este tiempo han estado juntos y yo no sabía nada, ahora sí quiero una explicación.

—Está bien, pero hay que sentarnos.

—Ok papá.

—Tu mamá y yo trabajamos, así que contratamos a una niñera para que te cuidara. Yo era dueño de mi propia empresa y tenía muchos envidiosos. Pero un día tu nana te llevó al parque y estuvieron a punto de secuestrarte para hacerme daño, así que tu mamá decidió salir de trabajar para cuidarte.

—Qué paso con mi nana papá.

—La despedimos, era amiga de tu mamá, así que estuvieron en contacto y siempre preguntaba por ti, pero entre los dos decidimos separarnos por tu bien hasta que se calmaran las cosas, eso es una parte de la verdad, la otra tú la vas a descubrir en tus sueños cuando llegue el momento.

—¿Pero me puedes decir un poco más? ¿Y desde hace cuánto tiempo se ven escondidas mías?

—No, hija, le dije a tu mamá que te iba a decir la mitad y nunca hemos dejado de querernos cuando nos queríamos ver, tú te quedabas con tus abuelos, ahora ya sabes la verdad.

—¿Papá por qué no me lo dijeron desde que tenía quince años? Me quiero ir a casa ya.

—Pero creo que hay alguien a quien le tienes que pedir perdón.

—Lo sé, por eso me quiero ir, me siento pésima por lo que hice.

—Y tú perdonamos por no decirte esto antes.

—Solo lo hacéis para protegerme papá, me puedes abrir la cajuela del coche para guardar la moto.

—Mejor ábrela tú y yo la guardo.

—Sí, papá, y me voy subiendo para irnos.

—Ok princesa.

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