Capitulo 8

ELAISA

Antes de que el descanso terminara llame a mi hermana sin que Lotty se diera cuenta, le pedí ayuda con el asunto de Nora y ella acepto gustosa, no hay algo que mi hermana odie más que la personas que se aprovechan de los demás, el día afortunadamente transcurrió sin ningún problema, pero al terminar las clases Nora y sus amigos nos interceptaron a Lotty y a mí, sus caras no se veían muy amigables y si a eso le agregamos que traían una que otra cosa que movían como si de un arma se tratara era seguro que querían pelea, cuando uno lanzo el primer golpe alguien lo detuvo antes de que pudiera hacernos.

- Que creen que le están haciendo a mi hermana y a su amiga – le dijo mi hermana, quien tenía agarrado del brazo al chico y lo arrojo a un lado como si de un muñeco de trapo se tratara

Esmeralda se veía hermosa, su piel tan blanca como la mía resaltaba el color miel de sus ojos, su cabello que era un poco más claro que el mío, lo llevaba a la altura de la barbilla, siempre corto

- No me van a contestar – les pregunto mientras miraba al grupo detenidamente, su mirada era aterradora lo que los hizo retroceder

- Nada que te importe – le contesto Nora de manera altanera, a lo que su grupo se llenó de valor nuevamente y dio un paso al frente

- Así que tú eres Nora Cristal, creí que serias más imponente, pero puedo ver que eres muy poca cosa – le dijo mi hermana, esto puso a Nora muy molesta, pero cuando estaba a punto de responder mi hermana se lo impidió – tu padre dirige una empresa muy grande con el mismo nombre, también es un hombre muy influyente dentro del gobierno – continuo mi hermana

- Si así es, así que si sabes lo que te conviene te iras sin decir nada – le dijo Nora

- Claro, claro, y si tú sabes lo que te conviene te disculparas con mi hermana y su amiga y tú y tus amiguitos las dejaran en paz

- Y ¿Por qué haríamos eso?, claramente aun con tu absurda presencia están en desventaja

- Porque hasta alguien tan importante como es tu padre puede perderlo todo y no creo que quieras que eso pase ¿o sí? – le dijo mi hermana mientras se acercaba lentamente a ella y Nora por inercia retrocedió, sus amigos que ya no parecían tener tanto valor se fueron solo unos pocos se quedaron

- ¿de qué hablas? – le dijo Nora quien estaba cada vez más nerviosa

- Pues veras tu padre obtuvo su influencia y poder de maneras poco legales y no quiero que quieras que alguien se entere – le dijo mi hermana con una sonrisa que hasta mí me dio escalofríos

- Eso no es cierto, y anqué lo sea nadie te creería es tu palabra contra la de mi padre – dijo Nora quien ya se sentía más confiada

- Y justo con eso cuento, aun si no tuviera pruebas, que si tengo, mi familia tiene mayor influencia dentro del gobierno, incluso más que tu patético padre, pero que puedes esperar de la fuerza militar más importante del país, lo que yo diga o lo que diga cualquiera de mi familia ante una corte siempre es verdad, incluso mi hermanita Eli puede ir a acusar a tu padre y en menos un minuto este estaría detenido

- Eso no puede ser verdad – dijo Nora quien ya estaba asustada

- ¿quieres averiguarlo?

Nora ya no contesto ella y los pocos que se quedaron salieron de allí sin decir una palabra, pero algo me decía que ya no nos molestarían, y con esa amenaza nadie lo haría, mi hermana había actuado maravillosamente, había muy pocas cosas que eran del domino público sobre mi familia y Esmeralda había usado magníficamente cada una de ellas.

- Gracias hermana te debo una – le dije con una sonrisa mientras le daba un abrazo

- Eso no es cierto, ya me debes dos – me dijo mientras señalaba los pendientes que llevaba

- Si es verdad – le dije y luego voltee a ver a Lotty y las presente – Lotty ella es mi hermana Esmeralda, es 8 años mayor que yo, Esmeralda ella es mi mejor amiga Lotty

- Un placer – contesto mi hermana, pero Lotty no dijo nada, mi amiga estaba muy seria, al parecer la información le había caído de golpe – las dejo solas, al parecer tiene mucho de qué hablar, Eli te espeto en el auto – nos dijo Esmeralda y se fue

- Eres hija de militares – dijo Lotty

- Si – le conteste a pesar de que era más una afirmación que una pregunta

- Y ¿Por qué no me lo dijiste?, acaso no confías en mi – me dijo, de verdad se veía muy dolida

- No es eso, solo que nunca surgió la ocasión

- Claro que surgió, yo te he contado todo sobre mi – me reclamo, y era verdad así que solo pude agachar la cabeza – así que tu también eres militar, o eso deduzco por lo que tu hermana dijo – yo solo asentí – y ¿es cierto lo que dijo?, lo que tu familia en muy influyente dentro del gobierno

- Si es cierto, y nosotros desde que empezamos nuestro entrenamiento adquirimos un rango muy elevado dentro del gobierno solo superado por alguien de nuestra propia familia – le dije, y si bien no le estaba mintiendo no le estaba diciendo algo que ella noto, cada vez me costaba más fingir frente a mi amiga

- ¿a qué edad empiezan a estrenar? – me pregunto

- A los 3 años

Por el horror en su mirada pude notar que no estaba de acuerdo en que un niño de esa edad se sometiera a un entrenamiento militar

- Y lo de que su palabra prácticamente es ley ¿es verdad?

- Si – le dije, quería ser todo lo honesta que pudiera

- ¿pero cómo?, ¿Por qué? – me pregunto, pude ver que deberás quería entender, pero sé que no lo haría si no tenía toda la información completa

- Podría decirse que mi familia no trabaja para el gobierno sino que más bien es al raves, o algo así – le dije, ya no quería mentirle, pero era imposible, así que por ahora sería lo más sincera que pudiera

- Eso no puede ser posible – me dijo mientras se alejaba de mi

- Si es posible Lotty, así son las cosas – le dije intentando acercarme

- No me llames así Elaisa – me dijo molesta y de verdad me dolió que me llamara así, desde que nos hicimos amiga ella siempre me llamo Eli – Entonces si es posible ¿Cómo es que paso? – me pregunto, y yo me puse muy nerviosa, esa era la pregunta que tanto temía, ya que era la única que no podía responder

- No te lo puedo decir – le conteste muy apenada

- No puedes o no quieres, fui una tonta, me deje llevar por tu entusiasmos de verdad creí que querías ser mi amiga, pero veo que no es así

- Si quiero ser tu amiga – le dije muy asustada, en verdad temía perderla

- Entonces dime, ¿Qué acaso no confías en mí? – me dijo al borde del llanto y yo a este punto ya estaba llorando

No le dije nada, que podía decirle, Lotty me miro con gran tristeza en su mirada y luego se fue, yo me quede allí viéndola irse, no me atreví a seguirla eso en que iba a servir, mi hermana llego a mi lado y me abrazo en un intento por consolarme, ya que estaba un poco más tranquila ambas nos dirigimos a la salida y nos fuimos a casa, no recuerdo nada del camino ni mucho de lo que hice esa tarde, mi madre estaba preocupada por mí, pero no estaba lista para hablar con nadie así que me encerré en mi habitación, solo podía pensar en Lotty en mi primera y más grande amiga y en una manera de arreglar nuestra amistad, una parte de mi cerebro me decía que no era tan malo, en poco más de dos meses ya no la volvería a ver, pero ese pensamiento solo me hizo llorar de nuevo.

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