—Eso fue hace varios días y ya me he disculpado, Emma. Perdí la noción del tiempo y olvidé la graduación— No puedo creer que después de todo lo que lo esperé, de todas las llamadas y mensajes que le dejé su única excusa haya sido que se olvidó de la hora.
¿Es que acaso mi padre tiene algún tipo de sentido común?
Confíe en él nuevamente. Creí que estaba recuperando a mi padre, aquel tierno y cariñoso padre que era antes de que mamá nos dejara, pero no es así. Él sigue ignorándome tanto o más que antes, porque ya no sé si su intención de disculparse es solo para asegurarse de que no vaya a escaparme.
—Vuelve a casa, hija. Mañana vendrá tu prometido y su familia, deberías estar aquí descansando para que puedas recibirlos.
—Papá, por esta noche te pido que me dejes disfrutar de la poca libertad que me queda— Dije tratando de mantener la calma. —Y si lo que te preocupa es que mañana no vaya a aparecer, puedes quedarte tranquilo. Ahí estaré— Terminé por colgarle antes de que pudiera decirle algo de lo que luego me arrepentiría.
Se le olvida ir a mi graduación, pero puede recordar perfectamente algo como el intentar vender a su hija a un completo desconocido.
—Hey, Emma. ¿Está todo bien?
—Si, solo fue una llamada de mi padre para ver si estaba bien— Por el chat de la carrera avisaron que hoy se reunirán para despedirnos y habían elegido un club para la ocasión. No solía mezclarme con estos chicos y menos adentrarme en este ambiente, pero sentía que quedarme en mi casa solamente haría peor las cosas.
El hecho de que papá continúe haciendo planes sin consultarme, esta vez la supuesta visita que tiene planeada para mañana, me está comenzando a agotar mi paciencia.
Ya le había dicho que lo haría, entonces ¿Por qué sigue tratándome como si mi opinión no importara?
—¿Padres controladores?— Soltó Jessi, una de las chicas que nos acompañaba. Se veía como una persona completamente diferente a la que solía ser en la universidad. Estaba muy sexi con un diminuto top oscuro, jeans ajustadoso y su rizada cabellera suelta con mechones que caen con gracia en su rostro.
Me sentía completamente fuera del lugar viéndola a ella y a sus amigas vestidas de esa manera y me lamentaba el haber salido tan deprisa de mi casa que no me detuve a arreglarme un poco.
Vine con short en color violeta y una blusa de cuello alto en color blanco que me hacía parecer más como de reunión con la abuela que de fiesta.
—No te preocupes, Emma. Yo me encargaré de cuidarte— Se me acercó Liam rodeándome con su brazo, al menos a él si podría considerarlo mi amigo dentro de este grupo en el que a penas he cruzado palabras.
>>Él y yo somos algo así como "Amigos de facultad" estuvimos en varias materias juntos y con cada examen y trabajo en equipo nos fuimos acercando un poco.
—Te lo agradezco, pero lo último que necesito esta noche es una niñera, Liam— Lo rete.
Si estoy a pocos días de perder mi completa libertad, al menos planeo aprovecharla al máximo. Comenzando por algo que nunca me atreví hacer, tener una noche de copas sin restricciones como la mujer adulta que soy.
—Entremos, no quiero tener que esperar en esta fila por siempre— Volvió a decir Jessi.
***
—¡Salud!— Chocamos por... Creo que décima vez nuestros chupitos de tequila antes de proceder a beberlos hasta el fondo.
—¡Otra ronda!— Grité pidiéndole al barista.
—Emma, si hubiese sabido que eras tan divertida te habría invitado a fiestas más seguido— Es claro que el alcohol ya había hecho más que efecto en Jessi. Si alguien nos viera en este momento pensaría que somos las mejores amigas.
El club es ruidoso y está repleto de gente, en especial de recién graduados que han salido a pescar una buena borrachera.
—Creo que ya bebiste suficiente por esta noche.
—Liam, no seas aguafiestas— Lo increpó Jessi alejándolo de mí, pero mi mente ya estaba lo bastante alcoholizada como para detenerme.
—Iré al baño un momento— Traté de decirle al grupo, pero sé que ninguno pudo escucharme por ll fuerte que estaba la música.
Uf, me da vueltas la cabeza.
Mientras camino más de una vez tengo que agarrarme al respaldo de varios asientos. Los chupitos de tequila pueden ser pequeños, pero sí que surten efecto.
Me abro camino entre el gentío tambaleándome hasta llegar a los baños y para mi suerte no hay cola para entrar por lo que ingreso de inmediato.
Ingreso al baño e intento abrir la puerta de uno de los cubículos sin suerte. Me dirijo al otro y cuando estoy a punto de tirar de la puerta un muy sorprendido chico de ojos oscuros sale de este.
—¿Viniste a buscarme, princesa?— Me tambaleó una vez más al retroceder.
>>El baño de hombres. Tan mal estoy.
—Lo lamento, me he equivocado— Dije dándome la vuelta para salir de allí. Podía estar borracha, pero aún me quedaba un poco de sentido común para detectar una sitúa peligrosa.
La cabeza me da vueltas mientras me dirijo a la puerta, pero insisto en mantener el paso mientras el chico continúa lanzándome frases lascivas.
Estaba por atravesar la puerta cuando choqué de bruces contra alguien.
¡Maldita sea!
—¿Estás bien?— Levanté la vista así él y ¡Virgen de los guapotes! ¿Qué está haciendo él aquí?
—Señor...Donatello, ¿Qué...— Estoy nerviosa, borracha y fuera de control.
¿Por qué entre todos los bares me lo vengo a encontrar a él?
Ahora que mi atención está enfocada en él soy consciente de lo borracha que estoy. No veo bien, la verdad es que lo veo todo doble. Creo que voy a vomitar.
—Tengo que irme— Logro decir rápidamente.
—No, no puedo dejarte ir así— Me retuvo sosteniéndome por los hombros y bloqueándome el paso.
Miro angustiada al hombre de 1.85 frente a mí que luce impasible y decidido a no alejarse.
Siento una arcada y me inclino hacia adelante. Mi cuerpo ya no puede seguir tolerando el alcohol y desgraciadamente termino vomitando sobre la persona menos indicada.
¿Por qué a mi Diosito?
—Lo siento tanto— Logro decir al tiempo en que otra arcada se apodera de mí, pero estaba vez logro apartarme de él.
Me sorprende cuando se me acerca por detrás y me sujeta el pelo apartándomelo de la cara y arrastrándome por la puerta de atrás del establecimiento evitando que alguien me vea en esta situación.
—Si vas a volver a vomitar, hazlo aquí. Yo te sostengo.
Intento apartarlo de manera torpe, ya que el hombre está más firme que una roca, pero vuelvo a vomitar... Y otra vez. ¿Esto cuánto va a durar?
Estoy que me muero de la vergüenza. Por qué simplemente no se va y me deja sufrir sola por mis pésimas decisiones.
Me recuesto de un auto en cuanto dejo de sentir arcadas.
Donatello se echa a un lado y lo veo sacar un pañuelo de su bolsillo e intentar limpiar su traje.
—Prometo pagar por eso— Le digo acomodando mi cabello sin atreverme a mirarlo. Estoy completamente mortificada de haberlo obligado a presenciar esto.
Al percibir su silencio me atrevo a mirarlo de reojo. Me observa fijamente con semblante sereno, inexpresivo.
—Lo siento mucho— Susurro mirando al suelo. No me atrevo a sostenerle la mirada.
—¿Qué sientes?— Me pregunta con la misma calma y seguridad que emanaba durante su discurso.
—Que hayas tenido que presenciar todo esto. No suelo ser así normalmente.
—A todos nos ha pasado alguna vez. Solo que no de una manera tan dramática como a ti— ¿Se está burlando de mí? o es que ya el alcohol me está haciendo imaginar cosas.
—Ya me siento mejor...Debo irme a mi casa— Dije para dar por terminada la conversación.
—Bien, vamos.
—¿Cómo que vamos?
—No voy a dejar que regreses sola a tu casa en ese estado, así que camina.
Emma Morgan, 25 años
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Updated 28 Episodes
Comments
Cindy Campos Perez
siiiii, me agrada para el es bella 😊
2024-10-19
0
Yuranzi Vasquez
éso le pasa cuando nunca han tomado
2024-02-09
1
Adriana Sanchez
Odio que las mujeres se denigran de esta forma, borrachas y a rastras como los hombres, y la verdad es muy vergonzoso ver a una mujer en ese estado, pero allá ellas luego muchas según no se acuerdan de lo que hicieron, pero bien que le entraron a las bebidas 🤦🏻♀️🤦🏻♀️🤦🏻♀️
2024-01-24
1