Capitulo 4

Verlo de nuevo, tenerlo frente a mi, me removió dentro algo que Pense ya no sentía, pense que en todos estos años dejaría de sentir en mi corazón ese calor que siento cuando estoy cerca de él, tuve muchas ganas de abrazarlo y que sintiera lo mucho que lo extrañe, pero su expresión rígida me detuvo, puede ser que él si me dejó de querer, ahora el está bien con Camila, y es por eso que le di una oportunidad a Oswaldo, no tengo porque seguir guardando luto a un amor que claramente estaba muerto desde antes de nacer.

Baje las escaleras y sentía el peso de su mirada sobre mi espalda, tanto que tuve que girar para comprobar lo que ya sabía (Suspiro ) ahora solo somos dos extraños que debemos aprender a trabajar juntos.

—Cariño, ya estás aquí ¿por qué tardaste?—Oswaldo me saluda y mira hacia arriba de las escaleras, instintivamente también lo hice, Pero Matías ya no estaba.

—No conseguía los aretes que mi padre me regaló, ya sabes, me pidió que los usará hoy—Menti, lo que no quería era estar cuando Matías llegara y tener que abrazarlo por compromiso.

caminamos hasta el salón mis padres conversan animadamente, con sus amistades, Saray anda por ahí con sus amistades, divirtiéndose (Risilla) mi tío Logan la cuida tanto es su niña, pero es más traviesa .

Saludé a varias personas que he estado conociendo por qué me tocará trabajar con ellos en unos días cuando tomemos el mando en la empresa.

Mi tía Eleonor llegó junto con el tío Paul (Ruedo los ojos) por su puesto que la Camila, no entiendo por qué le tengo tanta rabia a Camila, si ella no tiene la culpa de nada, ¿será por qué ella si lo puede tener sin temor a ser juzgada, señalada?

Tome una copa de champagne, y Oswaldo un trago de Whisky, nos sentamos en una de las mesas que están desocupadas, y Oswaldo comienza a contarme algo sobre su trabajo, unas anécdotas que paso está semana, fue chistoso y me hizo reír mucho, eso sí tiene el siempre busca la forma de hacerme reír.

Estoy concentrada en lo que él me dice, que no veo cuando Matías se acerca.

—¡Buenas noches!—Dice en un tono áspero y yo por un momento solo observo sus manos entrelazadas pero enseguida compongo una sonrisa.

—¡Hermano!—Le digo como burla, sabiendo que el odia que digan que somos hermanos, lo ví apretar los dientes, mire a mi novio y le sonreí —Oswaldo conoces a mi hermano Matías—Lo miro a él — Matías el es Oswaldo mi novio—Le digo con una sonrisa triunfante, por qué si el piensa que me va a dañar la noche, está bien equivocado primero se la daño yo a él.

Matías me dió una mirada de desprecio—No lo conozco y tampoco me interesa conocerlo—Dice con arrogancia, se comporta como un niño que pelea por su juguete, y yo no soy juegue de él.

Camila nos mira a todos sin comprender que pasa—Mati, amor—Le dice mientras tomo de mi copa, al escuchar como lo llamo me ahogue con el líquido espumoso que Corría por mi garganta—(cof,cof)

Saray estaba detrás de Matías, se dió cuenta que algo andaba mal —Salo, ven vamos para que agarres aire, vamos al jardín—Me tomo de la mano y luego me halo hacia afuera.

Oswaldo se quedó sentado, con Matías y Camila, saray no me dejó ni decirle que me espere

—Que haces Salomé, casi te pones en evidencia, la estúpida de la Camila se iba a dar cuenta—Penso un momento —o quizá no están tonta—Termino por decir divertida —Pero definitivamente Oswaldo si que se iba a dar cuenta, el no es tan tonto como parece por algo trabaja en las fuerzas militares del país—Daba vueltas por todos lados mientras hablaba y ya me tenía mareada.

—Sara, Saray calma, creo que vas hacer un hueco en el suelo—La detengo—¿Viste como lo llamo? le dijo como yo lo hago, y seguro a él le gusta más como ella se lo dice—Mi tono de voz es triste—Sara ¿por qué duele tanto? ¿Por qué no lo he podido olvidar?—Saray me hace señales, y no comprendo que carajo le sucede hasta que escucho su voz.

—Saray nos puedes dejar solos un momento—Dice detrás de mi y yo solo rezo para que no haya escuchado lo que acabo de decir. Sara se va y nos deja solos.

—Salome, podemos hablar como adultos que ya somos, ya no somos esos niños de 17 años que éramos—Lo dice y se perfectamente a qué se refiere a todas las cosas que pasaron cuando teníamos esa edad, cosas que cambiaron nuestras vidas.

—De que vamos hablar Mati...Matías—Respiro profundo y le doy la cara—¿Donde dejaste a tu novia?—¡Maldita sea! por qué le dije eso.

—¿Te importa?—Levanta una ceja, y con las manos en los bolsillos de su pantalon, se ve tan bello, todo un hombre ya.

—Salome podemos ir a otro lugar no quiero estar aquí cualquier persona podría vernos

—Y que, somos hermanos, acaso los hermanos no podemos hablar después de tanto tiempo sin vernos—Le digo un poco agitada no quiero estar a solas con él.

—Claro, lo que no quiero es que nos interrumpan—Hizo una mueca de diversión

asentí, el dió la vuelta y comenzo a caminar yo fui más atrás, subimos las escaleras y Saray me mostró sus pulgares en aprobación, yo negué hacia ella.

entramos a mi habitación por qué no quería ir a la de él—Ya estamos aquí, tu dirás qué es eso que tan importante que me quieres decir

Mis manos comenzaron a temblar de los nervios que comencé a sentir.

—Deja los nervios no pasa nada—Me dice bajito casi en un susurro, el siempre ha sabido cómo calmar mis nervios, me conoce mejor que nadie.

Me sentó en la cama y el se acuclilló frente a mi, me tomo de las manos y eran tan calidas tan suaves como una seda, su toque, por Dios su toque me hizo revivir, recuerdos nuestro primer beso, cuando toco mis labios, o la ves que estuvimos juntos. Cerre los ojos y una lágrima salió de ellos. sus manos abandonaron las mías y sentí cuando me limpio la lágrima.

—Salomé no quiero que te sientas mal, Dios sabe que he hecho lo humanamente posible para olvidar lo que siento por ti, pero es algo más grande, es algo que está clavado aquí—Toma mi mano y la coloca en su pecho, los latidos eran rápidos y sentía que el mío se quería salir también.

—Matias, yo pensé que ya había superado lo que siento por ti, pero cuándo te Vi, me di cuenta que no es así—Inhalo y exhaló—Matias tu fuiste mi primer amor, mi primer beso, mi primer todo. y eso es algo que no voy a olvidar nunca—Respiro profundo—Pero lo nuestro no puede ser, es una locura, y no por nosotros, es por nuestros padres.

—Eso lo sé Salomé, lo tengo muy presente, Pero ¿Cómo hago con esto? ¿Que hago? si pudiera me sacará el corazón para dejar de sentir tanto—Vi como una lágrima salia de sus ojos y eso me hizo sentir muy mal, mas allá del dolor que yo siento, me duele verlo así.

acerque mi frente a la de él, el me miro con los ojos llenos de lágrimas, llenos de dolor, de tristeza y no pude evitar juntar mis labios con los suyos, nuestros labios se tocaron, y sentí lo mismo que sentí la primera vez que nos besamos aquel día en el jardín de un edificio.

Sus labios siguen siendo tan dulces y suaves, el aroma de su perfume invade mis fosas nasales, coloco mis manos en sus mejillas, Matías también coloca sus manos sobre las mías y profundiza un poco más el beso.

—Te amo Salomé—Me dice al separarse de mis labios pero con su frente pegada a la mía.

—Le doy un abrazo muy fuerte, quería, deseaba que el tiempo se detuviera justo en ese momento, o quizá abrir los ojos y descubrir que somos libres para vivir nuestra historia de amor, sin duda alguna sus brazos siempre han sido mi lugar seguro. me duele tanto que lo nuestro sea un amor prohibido.

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