La suegra curiosa

En Bangkok.

La claridad fue perfecta, el sol brillaba mejor que nunca, los pájaros que antes molestaba a Yoshiro, ahora estaban con su familia. Cherry no paraba de reírse.

—Es un hecho, los pájaros te aman.

El vampiro refunfuñó. Cherry chifló a la par con los pajaritos, los cuales le contestaron. Ambos estaban suponiendo lo que Cherry les dijo a los pájaros, porque de repente, ellos se fueron a su nido. Después, Cherry acercó la canasta y le sonrió a su pareja.

—Hace unos años—dijo Yoshiro—. Estaba en el jardín de siempre y pensé que habías regresado siendo un pajarito.

—¿De verdad?

—Sí. Venía todos los días al castillo a molestarme. Volaba alrededor de mí a tal grado, que creí que quería picarme un ojo. Un mes después, regresó con su familia, con su pareja y con varios pajaritos. Creo que me los estaba presentando, después de eso no volvió más.

—Qué hermoso. Seguramente tuvo algo que hacer.

Makoto le besó la mejilla y comenzó a sacar las cosas, colocándolas sobre el mantel. Yoshiro contemplaba cada movimiento.

—Preparé algo, espero que te guste.

Yoshiro aún no salía de su asombro. Makoto nunca antes le preparó algo, ni siquiera en sus anteriores vidas. Posiblemente, era porque no le permitía acercarse o hacer algo en la cocina, además, prefería beber sangre.

—Toma. —Cherry le entregó el emparedado—. Pruébalo, está muy rico.

Yoshiro probó el sandwich, masticó un par de minutos y asintió. El emparedado contenía sriracha, jugo de limón y cilantro, haciéndolo más sabroso. Makoto también se devoró su tostada con mantequilla de maní, y seguidamente bebió el té.

—Me gusta.

—Me alegro, ahora, prueba el té.

El pícnic fue improvisado, Cherry quería hacer algo más grande, pero no quería esperar. No después de recordar cómo fue una condena en el infierno.

Después del primer día de clase y claro, luego de organizarse con Milk, Cherry asistió a la ceremonia de bienvenida del club de ajedrez y al terminar, salió corriendo para encontrarse con Yoshiro, quien comía de una flor. Por supuesto que recibió un regaño suyo, porque comer en público siendo un vampiro, haría que expusiera el secreto. Ahora más que nunca debían cuidarse, ya que cada estudiante tenía un celular de último modelo que podía grabar cualquier cosa. Ya no estaban en el 2010. Más tarde, fueron a un jardín solitario, pero hermoso, y Cherry consiguió lo necesario para hacer un pícnic. La canasta venía con muchas flores, sirvieron para decorar la mesa y claro, como postre para el vampiro devorador de flores.

—Y… ¿Cómo te ha ido? —preguntó a pesar de que ya conocía la respuesta.

—Algo difícil sin ti.

Yoshiro era directo, eso no cambiaba. Cherry no terminaba de sentirse mal por abandonarlo, pero ya nada podía hacer. Él se lanzó a sus brazos haciendo que ambos cayeran sobre el suave pasto y comenzó a llorar.

—¡Lo lamento!  ¡Lo siento mucho!

El vampiro lo abrazó con más fuerza, apretó su cuerpo contra su fuerte pecho para calmarlo; sin embargo, eso desencadenó otra ola de llantos.

—¡Fue horrible!

Yoshiro abrió sus ojos aún más. ¡Era cierto! Lo que Adrian le dijo el día que se suicidó, era todo cierto. Makoto si fue al infierno, pasó una eternidad de sufrimiento y dolor, que aún no sabía cómo sobrevivió. Lo peor de todo, es que no podía olvidarlo.

—Siempre tenía pesadillas…

Cherry continuó llorando, hasta que las lágrimas se secaron. Yoshiro no se atrevía a preguntarle cómo era ese lugar, no quería hacerlo sentir peor.

—Siento que hayas tenido que recurrir a eso, es todo mi culpa, querido.

—No, es mía.

—Makoto… —expresó comenzando a llorar también.

—Ya me amabas cuando morí, pude esperar un minuto más, pero no lo hice, ¡nos condené!

Sentía que era un momento crucial, por lo que optó por no abrir la boca o llevarle la contraria. Ya estaba sufriendo demasiado.

…

Ya era de noche cuando Cherry regresó a casa, su madre estaba muy preocupada por él. Aunque llevaba una sorpresa, su madre lo reprendió; no obstante, se quedó sin habla al ver al impresionante japonés que traía de la mano. Así como todas las mujeres, se ruborizó y comenzó a actuar como adolescente.

—No sabía que ya tenías novio, cariño. Debiste decirme antes de preparar la cena —expresó con una sonrisa destellante.

—No se preocupe, señora, cenaré más tarde —dijo Yoshiro sin apartar su vista de su pareja. Le guiñó el ojo a Cherry, lo cual hizo que se pusiera igual que su madre.

—Bueno, entonces, debes irte, querido. Cherry debe despertarse temprano para ir a la escuela.

—No se preocupe, vendré por él a primera hora.

—No, no es necesario Yoshiro…

Cherry estaba temeroso del constante cuidado de Yoshiro, no quería que volviera a suceder lo mismo. El apuesto vampiro besó su mano antes de despedirse. La madre de Cherry chilló y tuvo que irse a calmar en otro lado. La mujer conocía las preferencias de su hijo, supo que le gustaban los chicos cuando notó como coqueteaba sin querer con un compañero suyo, lo demás fue fácil, una noche hablaron durante la cena y Cherry le confesó la verdad. Solamente estaban ellos dos en la familia, no tenían por qué darse la espalda por algo así. Su madre lo apoyó en sus decisiones, creando un ambiente familiar perfecto.

Cherry

Mi madre solamente esperó a que Yoshiro se fuera, para lanzarme muchas preguntas, todas referentes a cuándo y cómo conocí a mi novio. Porque claro, en ningún momento le confié que un chico me gustaba.

—Ya, mamá, tranquila, te diré todo.

¿Decirle todo? ¿Qué le diré exactamente? ¿Qué conocí a Yoshiro hace miles de años? ¿Qué resulté ser una reencarnación? Debía omitir todo eso, porque no puedo decirle la verdad. Pensé detenidamente por un momento, cuando ella servía la cena.

—Listo. Ahora, dime. ¿De dónde lo conoces? ¿Cuántos años tiene? ¿En dónde estudia?

—Vaya.

Pensó que sería fácil inventar algo. Únicamente me tomó unos segundos inventar algo.

—Tiene 20 años y lo conocí en… un bar.

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