Nada Más Que El Amor
Estoy preocupada, tengo que ir a la clínica;
me siento cansada y solo pienso en ir allí.
Tengo mucha curiosidad de saber qué le pasó a aquel hombre que, anoche llegó muy herido a mi clínica, se veía tan débil, tenía una herida profunda en la cabeza.
Se iba a desmayar cuando entro.
le ayudó a sentarse, y empece por limpiarle la cara ,termino cortándole su camisa que estaba manchada de sangre.
Sature la herida después de desinfectarla,luego
Saque la bala que tenía en el brazo izquierdo.
Le entregué una bata que usaban mis pacientes para que se pusiera, finalicé colocándole suero, porque había perdido mucha sangre.
Le puse unas inyecciones para el dolor y la inflación.
Una vez que termine lo deje descansar.
Regrese a mi casa por unos medicamentos, que necesito para controlar la infección.
También necesito ir a darme un baño antes de ir a la clínica.
_ Solo han pasado tres horas desde que volví.
Ya se habra despertado, pensé.
Termino de salir de la ducha, me visto bajo las escaleras muy despacio para no despertar a Saida.
Que aún seguirá descansando.
entro a la sala recojo mi bolso con medicamentos, y las llaves del auto.
me dirijo a la puerta de salida.
Cuando de repente.
Escucho la voz de mi Nana Saida.
_! Srta,Sonia a dónde va! Con mucha prisa.
Se escuchó el grito desde el fondo de la cocina.
_ Saida porque tienes que gritar.
Tengo un fuerte dolor de cabeza, hay una emergencia, que tengo que atender, voy saliendo a la clínica.
_ Pero pequeña hace poco que regreso y piensa ir casi de madrugada nuevamente.
Por favor dígame qué está pasando.
Le di un beso en la frente y salí casi corriendo del lugar.
Porque no sabía cómo contestar las preguntas de mi nana.
La quiero mucho y la considero como una madre, ya que es la persona que siempre estará a mi lado y seguirá cuidando de mí.
Subí al auto y maneje tan rápido hasta llegar a la clínica.
Me sentía muy nerviosa, mis manos temblaban al abrir la puerta, el olor a sangre aún se percibía.
_! Oh no!, puede ser estoy muy nerviosa.
Dios mío ya habrá despertado, me pregunté en voz baja.
Cómo estará.
_ Como si Él estuviera leyendo mi mente.
Escucho un fuerte quejido de dolor.
Voy hacia Él y veo que estaba tratando de pararse. _ No. Por favor no te levantes, grité y fui en su ayuda inmediatamente.
Él me toma fuertemente por el brazo, y se apoya en mi cuerpo, se acerca a mi oído, y me susurra en voz baja.
_ Gracias por ayudarme.
Mi nombre es Juan José Montoya.
quedé impactada por tal declaracion
_ Pero si es el hijo del comandante Edson Montoya, de mayor rango en la policía, pensé para mí
Me puse a indagar en mi mente que es lo que le pasó, porque se encontraba en esta situación y tuvo que venir fuera de la ciudad.
_ Que le habrá pasado, pensé en voz alta.
A lo que él contestó.
Anoche mis padres fueron asesinados por un grupo de narcotraficantes.
Mi padre había estado siguiendo sus pasos, hace meses atrás, había descubierto el lugar donde se escondían.
La policía tiene argumentos sobre ellos, y piensa que fueron ellos los que habían ido a matar a mis padres por venganza, por qué había puesto en la cárcel al líder de su banda.
Al parecer a mí también me dieron por muerto, cuando me dispararon me cai, ellos no verificaron si aún seguía vivo pienso que pensaron que había muerto con los disparos, porque no regresaron.
Fue un milagro el haberme salvado, solo pude salir después que la policía terminó de sacar las pruebas del apartamento de mis padres.
_ Pero porque no les pediste ayuda a ellos, le pregunte
Y tuviste que venir tan lejos, para poder curar tus heridas.
Estaba un poco asustada, por lo que Juan José me contaba.
_ No te preocupes, por favor me dijo, justo estoy preparándome para salir.
Anoche me encontraba un poco aturdido, con lo que me había sucedido, maneje sin saber a dónde ir.
Me dolía la cabeza, me sentía muy débil, por lo que había perdido mucha sangre.
Gracias a Dios encontré tu clínica, y me arriesgue a entrar.
Ya que era el único lugar donde podría curar mis heridas y ellos no me buscarían si se enteran de que sobreviví, gracias a qué el lugar se encuentra fuera de la ciudad.
Estoy a salvo.
No pienso incomodarte más y ahora mismo pasó a retirarme.
_ Pero como es posible, si te acaban de disparar, y tus heridas aún no han cerrado. Grite con un poco de desesperación.
Él se veía tan fuerte, de un semblante muy hermoso.
Pero las heridas que él tenía eran graves.
_ No puedes irte aún le afirmé.
Solo espera a que sanen tus heridas, luego puedes marcharte.
Estuve cuidando de él todo el tiempo.
Ya que la herida en el brazo estaba un poco inflamada.
Corría el riesgo de que sufriera una infección general.
Lo mantuve con suero y ampollas, por momentos se despertaba con dolores de cabeza.
Le realicé una tomografía, y no había sufrido daños graves en la cabeza.
Estaba tan cansada y hambrienta.
Que había perdido la noción del tiempo.
Cuando cogí el celular para llamar a Saida Vi que habían pasado dos días.
Necesitaba irme a casa, y darme un baño.
La clínica lo había mantenido cerrada, durante estos dias, y seguirá así hasta que él se pueda marchar.
_ No puedo correr el riesgo, que alguien descubra que tengo al hijo del comandante Edson Montoya cuidando.
Reviso el celular y tengo muchas llamadas y mensajes.
De Saida que me ha estado llamando.
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