Él la desea demasiado, pero ella ama a otro hombre ¿no es eso triste?
Henri siempre ha sido bueno conmigo, él no me habla como si yo fuera estúpida y eso es algo que le
agradezco, por eso prefiero que mi hermana esté lejos de aquí con el hombre que ama y no con un hombre que podría querer a alguien más mañana. Kaleani merece ser feliz, mientras crecíamos yo la escuchaba llorar en las noches y sonreír en las mañanas, por eso siempre será un ejemplo para mí, quiero ser tan fuerte como ella, pero ¿Cómo puedo serlo si no he sufrido lo mismo?
-¿Escuchaste lo que dije? – pregunta Kristin.
Miro hacia mi hermana mayor y sonrío con inocencia ¿Qué dijo?
- Concéntrate. – me pide. – si alguien con un acento se acerca a ti, corres. – me pide.
- ¿Qué? – pregunto.
- Kaleani quiere que nos alejemos de los irlandeses. – me recuerda.
- Lo sé, pero mañana será la última pelea de la jaula, debo estar ahí con el equipo de Audrey ¿recuerdas? – pregunto.
- Le diré a Audrey que…-la interrumpo.
- No. – le pido. – no quiero ser tratada diferente, he entrenado con todos sus hombres, ellos me ven como una princesa, quiero que confíen en mí y que reconozcan que puedo pelear. - le digo.
Miro sorprendida a Kristin cuando empieza a reírse de mí, por unos segundos eso es todo lo que hace, su sonrisa desaparece cuando un auto intenta conducir demasiado rápido a nuestro lado.
- ¿Quién es ese? Todos están locos aquí, no saben conducir. – dice con molestia. - por cierto, no estaba riéndome de ti, pero necesito que seas inteligente en esto, si algo sucede ellos deben protegerte ¿entiendes? No pelees. – me pide.
- Soy parte del equipo. – le recuerdo.
- Eres informática, tu poder está en tu cerebro. – me recuerda. – he permitido que entrenes en caso de una emergencia, pero permite que ellos te protejan, no irás a la jaula. – me dice.
-Debo hacerlo, no quiero que crean que estoy asustada. – le digo.
-¿No lo estás? – pregunta.
-Si, pero…- me interrumpe.
- Quiero confiar en ti, quiero hacerlo. – empieza a decir. – Si visitas ese lugar debes alejarte de todos los irlandeses ¿de acuerdo? No quiero que te acerques a ellos, esta ciudad es suya. – me dice.
-Bien. – digo. – estaré bien. – le aseguro.
- Una oportunidad, Keysi. – me dice. – Si arruinas esto, te encerraré en tu habitación con sopas instantáneas para que sobrevivas ¿bien? no quiero más problemas, Kaleani confía en nosotras en esto, le prometí que estaríamos bien. – admite.
-No lo arruinaré. – le aseguro.
Nos quedamos en silencio y sonrío cuando Kristin sube el volumen de la música del auto, la veo cantar
con una sonrisa en sus labios, ella ha estado más relajada en los últimos meses, luce tranquila, cuando ella me mira veo algo de amor en sus ojos ahora, creo que lo que sucedió hace unos meses ha cambiado algo en ella.
Poco tiempo después nos encontramos delante del edificio de Anton y debo decir que no quiero abandonar el auto cuando veo a Anton de pie esperándome en la entrada, lo veo mirar el reloj en su muñeca y suspirar ¿Qué sucedió? Son las 10 de la mañana, es temprano.
- Luce aterrador. - dice Kristin. – entra ahí y no permitas que te grite. – me pide.
-Si. – susurro.
- Mírame. – me pide Kristin.
Miro hacia ella, la veo peinar su cabello con su mano.
- Puedes hacer esto, estaré aquí por una hora, si me necesitas…- la interrumpo.
-Puedes irte, estaré bien. – le aseguro. – él me llevará a casa. – le digo.
-No creo que lo haga hoy, luce molesto. – me dice.
-Ese es su rostro en las mañanas. – digo.
Kristin me sonríe y eso me hace sonreír.
Salgo del auto y camino hacia Anton, cuando sus hermosos ojos… ¡no! No debo pensar en esto, debo
ignorar su físico, puede usarlo en mi contra. Suspiro cuando me detengo delante de él, él observa mi rostro lentamente y sus pupilas son todo lo que puedo ver ¿Qué sucede?
- Adentro. – me ordena.
- Había tráfico. – miento.
- No te pregunte. – dice. – tengo 19 horas sin dormir, debiste estar aquí temprano ¿no quieres hacer esto? Si es demasiado para ti, solo pídele a Audrey que…-lo interrumpo.
- Puedo hacerlo. – le aseguro.
- Bien. – dice con molestia.
Se acerca a mí y retrocedo de inmediato, es muy alto y su piel es pálida, sus labios tienen un
tono pálido, como si mordiera…
- ¿Estás escuchando? – pregunta molesto.
- Si. – digo con brusquedad.
- Estarás en esa silla hasta media noche, adentro. – me dice.
Abro mi boca sorprendida ¿Qué? Miro hacia Kristin y ella luce preocupada, sonrío de inmediato y levanto
mi mano, me despido de ella sonriendo y cuando no puedo ver nuestro auto dejo de sonreír, miro hacia Anton y ha desaparecido.
-Buenos días. – susurro. – ignora su cara,
Keysi, ignora su cara…- me pido a mí misma mientras entro al edificio.
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Comments
R. S.
¡Ay si! Todas merecen ser felices ✨
2022-12-02
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