Casi Oscuridad #3
Cuatro paredes, me siento en paz cuando soy rodeada por cuatro paredes y lo único que puede lastimarme está lejos de mi gracias a una puerta cerrada con seguro. Me siento yo misma cuando mis dedos están tocando el teclado de mi laptop, me siento yo misma cuando estoy siento cubierta por el brillo que resplandece desde la pantalla de mi laptop en medio de la noche.
Soy feliz siento yo misma, pero en ocasiones quisiera ser más fuerte y poder defenderme, poder ser alguien que puede cuidarse a sí misma y no tener que escuchar la decepción que se encuentra en la voz de Kristin cada vez que hago algo estúpido. Quisiera ser más inteligente y fuerte como Kaleani, quisiera que las personas me recordaran y no olvidaran mi nombre con facilidad, pero lo hacen, siempre lo hacen.
He leído mucho en los últimos años, he leído cuantos de hadas en donde el príncipe azul tocaba la puerta de la damisela en peligro y la salvaba, pero Kaleani me ha dicho tantas veces que no somos la damisela en peligro y que nadie vendrá a salvarnos. Ahora creo sus palabras, porque las únicas personas que estuvieron ahí cuando lo necesite fueron mis hermanas, solo ellas y por eso sé que debo ser mejor, aprender a pelear y dejar de tener miedo, pero es difícil hacerlo cuando todo es tan aterrador.
- Sal del baño, necesito ir ahora…
Cubro mi boca cuando grito por culpa de Kristin, miro hacia la puerta del baño y suspiro ¿Por qué estoy tan asustada todo el tiempo? Es patético ¿lo es? Si, eso es lo que diría Kaleani si pudiera verme.
- Necesito unos minutos. – digo en voz alta.
- Anton ha estado llamando hace media hora ¿Qué hiciste? deberías estar con él ahora mismo ¿no vas a ir con él hoy? – la escucho preguntar.
- Si. – respondo.
Observo mi rostro en el espejo y peino mi largo cabello rubio con mis manos, muerdo mi labio inferior al notar que mis mejillas están enrojecidas ¿Por qué me siento tan nerviosa de ver a Anton? supongo que sus gritos me están afecta, él grita demasiado y todo lo que hago no es suficiente ¿Cómo voy a aprender así? No lo sé.
Espero que con el tiempo se acostumbre a mí o al menos me permita demostrar que sé lo que hago, soy buena en esto, puedo encontrar a cualquier persona si tengo el equipo necesario, una buena computadora y mis contactos, mis contactos son lo único estable que tengo, siempre están ahí a un click de distancia, ellos me escuchan y responden cuando lo necesito.
Abandono mis pensamientos y doy unos pasos hacia la puerta, abro la puerta y Kristin luce muy molesta, su cabello está despeinado y su pijama es un desastre, le sonrío y soy empujada segundos después, mi sonrisa desaparece y veo a mi hermana mayor sentarse en el inodoro, la veo sonreír y suspirar.
- Estuve cerca de morir. – la escucho decir. – Voy a darme una ducha y te llevaré con Anton…- la interrumpo.
- No necesito ayuda, puedo ir. – le aseguro. – Te aseguro…- me interrumpo.
- No puedo confiar en ti, haces cosas estúpidas en ocasiones. – dice de inmediato.
Escuchar eso duele, me lástima, pero no puedo demostrar que lo hace, soy una Wagner y somos fuertes, somos mujeres que no muestran debilidad y mis hermanas odian verme llorar, por eso prefiero ahogarme en mis lágrimas. En ocasiones estoy aterrada, tengo miedo que un día todo lo que he hecho termine cayendo sobre mis hombros y no pueda soportar el peso, sé que tengo que cuidarme de ese cazador de los irlandeses y por eso he pensado en cambiar mi peinado, quizás broncear mi piel y forma de vestir.
- Estaré en la sala ¿quieres café? - le pregunto.
- No. – responde. – busca tu pistola y revisa tu cargador, no olvides tu celular y por favor… no quiero que llores hoy, me duele mucho la cabeza por haber tomado vino anoche. – me pide.
-De acuerdo. – digo en voz baja.
Cierro la puerta del baño luego de salir y golpeo ligeramente mis mejillas.
- No llores. - me digo a mí misma.
Observo mi habitación, paredes blancas y cortinas azules, todo luce limpio y perfecto, lo único que es un desastre son todos los documentos que se encuentran en mi escritorio. Camino hacia mi escritorio y veo una de las pantallas de mi computador, tomo asiento en mi silla de color rosa y pienso unos segundos que hacer.
- ¿Dónde está? – me pregunto a misma.
Pongo mi mano en el mouse y busco en las carpetas de mi computador mi celular virtual, al encontrarlo noto que hay algunos mensajes de mis contactos, abro uno de los mensajes.
3698
Presiono el icono de llamar y pongo mi auricular en mi oreja, por unos segundos espero que me contesten, la espera me hace sentir ansiosa, debo admitir que hablar con estas personas es útil, pero sé que no son buenas personas, ellos podrían matarme el día que sientan que no soy lo suficientemente buena para pertenecer al grupo que ha estado formado por años, un grupo que tiene como integrantes a los mejores hackers del país.
No conozco los nombres, solo sus números de identidad, números que fueron inventados por el fundador, dicho hombre o mujer es conocido por 8128 y eso es todo lo que sé de él o ella.
- ¿Dónde demonios estabas? – escucho a alguien preguntar en mi auricular.
- Ocupada. – respondo.
- Necesito verte. – lo escucho decir.
- No es tan simple. – le recuerdo. – estoy siendo vigilada ahora mismo, no puedo verte cuando quieras, si nuestro grupo descubre que tú y yo conocemos el rostro del otro tendremos problemas y lo sabes. – le digo.
- Has estado en la ciudad por meses ¿no puedo verte? Te he ayudado en todo lo que me has pedido ¿Qué tengo que hacer ahora? – pregunta molesto.
- Te agradezco que fueras el transporte de mi hermana cuando lo necesite…- me interrumpe.
- No olvidemos que te ayude en Jacksonville.– me recuerda.
- ¿Qué es lo que quieres? – le pido molesta.
- Verte. – responde.
-¿Por qué? No estoy interesada en…- me interrumpe.
- ¿Qué? – pregunta con confusión en su voz.– Creo que estás confundida, necesito verte porque eres la única persona que tiene el acceso directo para hablar con 1248, eso es todo, mi equipo ha sido arruinado por un virus y ese bastardo puede solucionarlo, he intentado hablar con él, pero no está disponible, como siempre. – finaliza.
- Pensé que querías verme. – susurro.
- Necesito un favor. – aclara. – yo me encuentro en el nivel tres luego de que perdí aquella inversión, tú estás en el nivel 2, cerca de los fundadores ¿me equivoco? – pregunta.
- ¿Cómo sabes? Estoy en el nivel tres. – miento.
- Fuiste una de las personas que ayudo a crear la aplicación que usamos para reunirnos, eres importante. – responde con seguridad.
- Hablaré con él, deja de llamarme. – le pido.
-Sabía que podía contar contigo. – dice antes de colgar.
Sonrío sintiéndome estúpida ¿pensé que me estaba coqueteando? Soy patética, según lo que he leído soy el típico caso de una persona que quiere ser amada y luce desesperada, eso me hace sentir avergonzada, debo dejar de pensar que todas las personas que sean buenas conmigo están interesadas en conocerme, debo recordar que todos ellos quieren que haga algo por ellos, soy útil ¿cierto? Pero no necesaria.
- Eso fue interesante. – escucho decir a Kristin.
Me pongo de pie y miro hacia ella.
- ¿Quién era? – pregunta.
Se acerca a mi lentamente y suspira.
-Keysi. – dice mi nombre.
-No sé su nombre, ya te expliqué. – le digo.
- ¿Es el hombre de la moto? – pregunta.
- Si. – respondo.
- Es raro. – me dice.
- Todos lo somos ¿nos vamos? – pregunto.
- Tengo que darme una ducha y…- la interrumpo.
- ¿Por qué usas mi baño? Deja de arruinar mis cosas, nunca me ayudas a limpiar. – le digo con molestia.
- No digas eso, siempre te ayudo. – me recuerda.
La veo caminar hacia la puerta y se detiene.
- Iré a vestirme, habla con Anton y pídele que se relaje un poco. – me pide. - busca tu pistola. – me dice.
Toco mi cintura y siento mi pistola.
- La tengo. – le digo.
-Bien. – me dice. - ¿Revisaste el cargador? – pregunta.
- Tengo todo. – respondo con seguridad.
Cuando ella abandona el lugar, reviso de inmediato el cargador de mi pistola y noto que solo tengo cuatro balas, intento no sentirme molesta y busco otro cargador, me aseguro de que mi pistola esté en perfectas condiciones y luego busco mi celular, lo encuentro cargando en la sala de estar. Noto que tengo algunas llamadas perdidas en mi celular, son de un número desconocido ¿Qué es esto? Creo que tendré que sentarme y descubrir quién es esta noche.
Media hora después nos encontramos abandonando nuestro edificio, Audrey nos ha permitido quedarnos en un hermoso apartamento en el centro de Queens, es cómodo y espacioso, es perfecto para nosotras dos y si necesitamos algo, Audrey se asegura que sus hombres cumplan con nuestros caprichos, sé que todo eso es gracias a lo que él siente por Kaleani.
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Comments
Dulcibet Benavides
yo creo que sí está interesado en Keysi solo que no quiere que ella se aleje
2023-02-14
0
R. S.
:( no pienses así, tú también mereces ser amada ♥️
2022-12-02
1
•Xime Swėet•
felicidades
esta saga es única
e igual las hermanas
me encanta el inició
2022-12-02
2