Yo solo deseaba que terminaran de hablar para poder dormir, que se callarán y se fueran aunque sea un momento.
- ¿Cuánto tiempo estuvo aqui? - pregunta frío, regresando su vista al guardia.
-Unos años... -Contesto Bastian.
-Maldito panzón asqueroso y mentiroso. Pensé frunciendo el seño.
¿Cómo no molestarme por esa mentira? Yo estaba aquí desde antes de que su abuelo naciera y el decía que solo estuve unos años.
-Unos años ¿Eh? -Pregunto aquel hombre.
-Si...
-Quiero que se acerque.
Me pongo rígida ante lo informado, claramente me sentía asustada y nerviosa.
-Tu, acércate. -Me llamo Bastian.
Mi respiración se agito levemente al a par que mi corazón comenzó a latir de manera veloz.
-¡Dije que vengas! Insistió Bastian.
Dando un suspiro me puse de pie ayudándome con la pared para luego acercarme hacia ellos con mi mirada fija en el suelo observando cada paso que daba con dificultad.
Me puse de pie frente a las rejas manteniendo mi vista hacia abajo.
-Puedes levantar tu cara? -Me pregunto aquel hombre.
Me quedé en silencio manteniendo mi vista abajo.
-Que levantes la cara! -Me ordenó Bastian.
Haciendo una mueca levanté la mirada al rostro de aquel hombre quien se quedó observandome un momento.
-¿Pasa algo? -Le pregunto Bastian.
En ese momento volví a bajar la mirada ya sintiéndome bastante incómoda.
-Me la llevo. -Dijo el misterioso hombre.
-¿A ella? - cuestiona sorprendido y desconcertado.
-Si, a ella. Repitió el hombre manteniendo su vista en mi.
-Pero ella no le conviene, ella es peligrosa. -Dijo Bastian intentando convencerlo.
Siempre me pintan como un animal, cuando todo es mentira y al revés, solamente soy una víctima más como todas, quien alguna vez deseó su libertad y máxima expresión, y es más creo que algunas de aquí son humanas.
El desconocido no parecía satisfecho ante aquella respuesta, pero por suerte eso fue suficiente para que dejara de ser el centro de atención ya que volteo a ver a Bastian con una expresión sería en su rostro para decirle;
-Dije que me la llevaré a ella.
Bastian lo observo a los ojos, aquella mirada fría y severa le decía que ya habia tomado una decisión y no estaba dispuesto a dar marcha atrás.
-A menos que quiera terminar usted en prisión. -Le advirtió en tono severo.
-Y-yo... -Tartamudeo Bastian volteando a verme.
-¿Usted que? -Le pregunto.
-Esta bien..., Puede venir a buscarla mañana. -Dijo Bastian.
-Eso haré. -Le dijo el hombre volteandose y acercándose hasta quedar cara a cara frente a Bastian. -Si algo le sucede a usted le va a pasar lo mismo.
Bastian lo observo llevando se mano para tomar su bastón pero se detuvo al ver que los guarda espaldas de aquel señor desenfundaron sus armas y le apuntaron a el y a otro guardia que estaban junto a ellos.
-¿Está de acuerdo? -Le pregunta el hombre viendolo fijamente.
-Si... Respondió Bastian.
Está era la primera vez (que yo supiera) que Bastian sentía impotencia, la misma impotencia que yo sentía cada día por su culpa el estaba sintiendo ahora por lo que no pude evitar levantar la mirada disimuladamente mientras mantenía mi cabeza agacha.
Luego de eso se dieron la vuelta y todos ellos se fueron caminando mientras continuaron hablando, no sabía que era lo que estaba pasando, no se acostumbraba entregar a los prisioneros.
Una vez que se van, doy un suspiro mientras con dificultad vuelvo a mi rincon, los vampiros a los que a penas les quedaban horas de vida caminaban con tan poca fuerza energía como yo ahora.
Mis piernas hacían un gran esfuerzo por soportar mi peso y eso me hacía sonreír porque de una forma o otra sería libre por fin y eso para mí era una gran victoria. Una vez vuelvo a ponerme en posición fueran en mi rincón me relajo y vuelvo a cerrar los ojos para descansar.
El tiempo pasa lentamente como es de costumbre, cuando desperté me estire hasta que abrieron la puerta entonces me arrastre apoyando mi espalda contra la pared y me cubrí con mis brazos mientras repetía;
-No!
Para mi sorpresa el guardia que abrió la puerta dejo una bandeja en el suelo y volvio a salir de mi celda para volver a cerrar con llave, ya es hora de la comida, la única comida del día, lo bueno de esto es que por primera vez en varios días entraron a mi celda para traerme una bandeja de comida. Últimamente ellos ya solo entraban a mi celda para golpearme y torturarme más sabiendo que yo ya estaba en las últimas.
Para estar seguros de eso hace una casi semana entera que yo no recibía comida y ya era costumbre que me dejarán si comer una semana o dos pero lo que llamo mi atención fue que aún faltaba un día para que se cumpliera una semana.
Observe aquella bandeja a la distancia hasta que ya no ví al guardia, entonces me acerque a la bandeja gateando como un gato, al estar cerca la tome con mis manos y olisquee la comida con desconfianza, me habían servido verduras un un plato y un jugo que estaba junto a una pequeña botella de plástico casi llena.
Para mí alegría al darle un trago resulto ser espeso, era el mágico jugo de tomate.
De golpe comencé a tomar todo el jugo de aquel vaso, tomaba con una gran desesperación pero a la vez con una emoción enorme. Luego de vaciar el vaso di un gran suspiro de alivio inclinando mi cabeza hacia atrás.
-Increible... -Susurre dejando el vaso en el suelo para volver a llenarlo.
Aunque había esperado a que el guardia se fuera en caso de que planear regresar para hacer algo mientras estuviera comiendo por si acaso regrese mi vista para confirmar que no hubiera ninguno y así es, por lo que comencé a comerlo.
Se que soy un vampiro pero sentir el sabor De la comida es es algo de lo que nosotros podemos disfrutar también y más cuando es algo sabroso aunque las verduras no tenían casi sabor.
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