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Escarlata
Era la maldición de tener que vivir con un demonio persiguiendote y esperando tu momento de más indefensión para matarte.
Cuando duermes.
Así que cada vez que Hanniel se quedaba dormido la asfixia en su cuerpo le hacía despertar, cuando ese maldito demonio no apretujaba sus pulmones, cortaba sus órganos haciendo que gritara de dolor casi todas las noches.
Muchas brujas blancas intentaron quitar el hechizo, pero era imposible.
La única manera para que ese demonio dejara de estar unido a él y torturandolo siempre, era que antes de los 24 años alguien debía pedir su mano, casarse con el y marcarlo, ya que su vida dejaría de estar unida a ese demonio para unirse a su alfa.
Pero ese alfa debía amarlo, porque si no, su tiempo de vida acorta aún más si no hay amor de por medio.
Y si llegaba a cumplir 24 años de edad ese sería su día de muerte, una de las peores muerte y más macabras por nada más y nada menos que el mismo demonio con el cual a vivido toda su vida.
Y no sólo sería su día mortal para él, ya que al ser el omega Luna, morir sería fatal para su región, los desastres naturales llegarían, la escasez de alimento, y la destrucción momentánea del reino, la menos por unos diez años, hasta que el omega luna vuelva renacer.
Y para su mala suerte no había ningún alfa que de verdad lo amara o deseara como para pedir su mano a sus padres y se casará con el para al fin darle su marca.
Hoy año 2050 y el día 23 de mayo, donde cumplía 22 años, sus cumpleaños no lo celebraba, mucho menos con su familia, que apenas y compartía con ellos la mesa de el comedor.
Fue criado por la nana Jazmín, quién falleció hace un año ya, su madre casi nunca estaba presente en su vida, su hermano y su padre mucho menos, ellos tenían una vida aparte, sin él.
Nunca recuerda haber recibido aunque sea tan solo una caricia por parte de su madre, un apodo cariñoso de su padre o una mirada con amor.
Su relación con su hermano era fatal, y lo entendía a cada uno el sería el culpable de que su reino se vengan abajo y todo por su culpa.
Por nacer como el omega luna y encima estar maldito.
También estaban en guerra con un reino vecino la familia real Howard está en guerra con su padre por unas tierras que ambos reinos querían poseer.
Y justo hoy ambos reyes se reunirían para llegar a un acuerdo mutuo en el cual todos salgan ganando.
Pero a él poco le importaba eso ya que pasara lo que pasara todo para él, seguiría igual.
—Anna ¿Cuando vuelven mis padres?— dijo el omega mientras su amiga peinaba su labor cabello blanco.
—Según el mayordomo en el almuerzo y quiere que esté presente — dijo la mujer beta y el omega aprieta su puño arrugando un poco las solapas de su sacl negro tallado a su cuerpo.
—¿Porque?— dijo el omega con preocupación— papá nunca me deja estar presente en desayunos o almuerzos ya que vienen invitados.
—Y al parecer la familia real vecina viene y usted debe estar presente — dijo la mujer y al ver que todos los demás sirvientes que le había ayudado a vestirse se fueron —¿Duelen todavía?
El omega asintió acariciando su abdomen cubierto con la ropa, estaba destino negro por si algún punto se abre no se vea la sangre salir.
Había recibido en la madrugada otro ataque de parte de Alp, su demonio, el muy bastardo había apuñalado su vientre más de 20 veces, por suerte despertó a tiempo del sueño tan grande que tenía.
Es que llevaba cuatro días sin pegar un ojo y hoy fue el día más fatal de todos y la bruja blanca de el reino no estaba para curar sus heridas y quitar toda fea cicatriz.
No podía hacer más nada que callar porque muchas veces le había dicho a su padre y a su madre que buscaran alguna otra ayuda para salvar su vida nada funcionó, así que solo podía esperar su lecho de muerte ya que nadie quería pedir su mano y casarse con él.
—Duele como el infierno— dijo el omega con sus ojos color cielo aguados, su piel blanca como la nieve al igual que cabello, estaba roja por el llanto que quería salir— no lo soporto, ya fue suficiente, quiero partir.
—No digas eso Hanniel— dijo la beta quién ya tenía los ojos acuosos — tal vez no todo esté perdido, tal vez puedas encontrar a un alfa que te ame y pueda marcarte con amor.
— si no lo hay, quién me marque antes se cumplir los 24 sin amor solo me dejará con unos escasos cuatro meses de vida— dijo el omega— así que con alfa o no, si no me ama estoy jodido y todos lo estarán.
—voy a rogar por tí a la luna no te preocupes — dijo la beta— y verás que vas a encontrar a un hombre que te ame.
—Eso espero — dijo el omega quién volteó al percibir una nube blanca aparecer para luego esfumarse dejando ver a la bruja blanca del pueblo —Alisha, llegas a tiempo — dijo el omega con una media sonrisa —por primera vez estaré en un almuerzo con mis padres y debo estar presentable y no mallugado, no me puedo ni mover.
—Esta bien príncipe Hanniel— dijo la mujer sin hacer reverencia porque al omega no le gustaba ese tipo de atenciones además de que su padre les negó a todos los del palacio tenerle respeto.
La mujer abrió su sacó y sacó la camisa azul dentro del pantalón para desabrocharle este y dejar a su vista las heridas de el menor, tomó de su saco un bote color rosa de la cual sacó una pequeña bolita azul y la tritura con su telequinesia para luego con ella espacial por todo el abdomen de el menor desapareciendo así toda herida.
—Ya puedes acomodar tu ropa, no hay rastro de las heridas en tu piel— dijo ella para darle una sonrisa encantadora.
El joven le dio una reverencia como agradecimiento —gracias por tu ayuda, ahora debo ir a esperarlos en la puerta.
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El omega sin sonreír salió del sótano donde quedaba su cuarto subiendo las escaleras hasta la primera planta.
Joder, estaba nervioso, algo que no era bueno iba a pasar porque su padre, jamás, jamás, JAMÁS, lo llamaba para ese tipo de comidas familiares, el solo podía cenar con sus padres de resto, todo tipo de eventos y comidas con ellos presente estaban prohibidas, el debía estar dentro de su habitación para que nadie notara la marca de maldición en su antebrazo y la marca de la luna, como omega luna que era en su frente.
Si fuera un omega común nunca fuera sido aislado, pero desgraciadamente no lo era.
Pero a su lobo como que no le importaba su nerviosismo este estaba muy contento correteando sin ninguna razón aparente, alemos no una con validez para él.
Una vez llegó a la primera planta su brazo fue tomado con fuerza para estar al lado de su madre, su hermano lo había tomado con una gran sonrisa.
Ya quisiera tener la facilidad de no mostrar su desagrado a algo o ser hipócrita en esa ocasión, pero eso era imposible y ahora su aroma a miedo de estaba esparciendo por todo el lugar.
Al parecer los invitados pertenecían a la familia real y no solo ello, su lobo estaba extasiado y muy alegre porque al parecer, el más joven y para colmo el más alto y dominante alfa puro, era su destinado.
Y eso no fue lo que más le causó miedo, lo que más le aterró fue las sortijas unidas a un lazo rojo en almohadón pequeño que tenía el hombre que acompañaba a la familia real.
Tragó grueso temiendo lo peor.
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Comments
Sol Cito
viejos desgraciados el no tiene la culpa que una bruja loca lo allá maldecido
2024-02-13
11
Rhebe
cierto pero los padres también que sufran por su culpa lo mal dijeron y ahora lo maltratan
2024-02-06
8
Aracelis León García
me pregunto las o los que las novelas no revisan lo que escriben hay que adivinar lo que dice y no es por ortografia
2024-01-27
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