Capítulo 4

Samuel:

Nada de lo que me dijeran mis padres me haría cambiar de opinión, solo quería estar con Renata, apoyarla en todo lo que necesitara asi fuera quedarme con ella y dejar a mis padres lo haría pero no me van a separar de Renata. Eso si que no lo permitiré jamás.

Sergio: Samuel, no es que no estemos de acuerdo.

Miranda: Claro que no lo estamos, como te fuiste a fijar en una sirvienta.

Sergio: En dos meses cumples 18 años y te pueden acusar por violación.

Samuel: Violacion? Te das cuenta de lo que me estas diciendo? Violacion? Acaso crees que necesito acostarme con Renata para saber que la amo. Acaso creen que una relación solo se puede lograr acostándose con una persona. NO PAPAS, NO ES ASI. AMO A RENATA ASI QUE TENGA QUE DAR LA VIDA POR ELLA LO HARÉ. NO ME IMPORTA LA OPINION DE USTEDES.

Me dí la media vuelta escuchando unos aplausos, negué con la cabeza mirando a Lucrecia que entraba en el área del comedor con su estúpida sonrisa de burla y de superioridad, eso sin duda alguna me enfermaba.

Lucrecia: BRAVO SAMUELITO, FELICIDADES POR ARMAR ESTE GRAN ESPECTACULO Y FRENTE A BASTIAN. TODO POR UNA MALDITA MUERTA DE HAMBRE.

Samuel: Sabes que Lucrecia tus palabras me las paso. No me importa tu compromiso. Asi que no te hagas que eres la todopoderosa que no te queda. ESCUCHENME BIEN… NO ME IMPORTA QUE USTEDES NO ACEPTEN A RENATA, ME LARGARE DE AQUÍ CUANDO MENOS LO ESPEREN. LES QUEDA CLARO.

Lucrecia: si te vas. Samuel, que se olvide la madre de Renata sobre su operación y el préstamo. ¿Se morirá lentamente y sabes que? Tu adorada Renata llorara y te odiará por que tú impediste que se le diera la oportunidad de operar a su madre. Así que piénsalo dos veces.

Pero de que coños estaban hablando, ¿que estaba diciendo la tarada de Lucrecia? En verdad cada vez esta mas estúpida mi propia hermana de tanto que se la pasa revolcándose con su prometido que no tiene nada de cerebro.

Negue con la cabeza saliendo del comedor.

Miranda: Samuel!!! Samuel!!!

Samuel: Dejenme en paz….

No quería estar mas tiempo en ese lugar y tampoco podía estar cerca de Renata por que no me lo permitirían, tomé el censor de mi auto saliendo de la mansión, no quería nada mas que alejarme de mi misma familia como era posible que ellos me hicieran algo asi, pise el acelerador hasta el fondo sin importarme nada en lo mas mínimo. Sentía como mi propia familia me daba la espalada. Todos prefirieron despreciar a Renata en vez de darle una oportunidad para conocerla, pero se lo negaron.

Samuel: ASI LO QUISIERON PUES QUE ME DEN POR MUERTO… NO DESEO SER MAS SU HIJO, ESTARÉ MUERTOS PARA ELLOS.

Renata:

No dejaba de llorar mientras miraba la caja que me habia dejado en mi habitación Samuel.

Sabía que algo asi pasaría era como tener un fuerte dolor en mi corazón, mi corazón estaba con mucho dolor oprimiendo mi pecho. Me dolía profundamente la situación, mas que por mi, el pobre de Samuel ver como me defendía ante su familia y todo se fue por la basura. Como pueden tratar asi a su propio hijo, a mi, bueno pero a Samuel no se lo merecía.

La puerta del cuarto se abrió me levanté tan rápido como pude pegándome hacia la pared, habia entrado el señor Sergio demasiado serio. Era algo que no me esperaba pero no le aparté la mirada.

Sergio: Vamos te llevo a tu casa…

Renata: No hace falta, puedo solicitar un taxi.

Sergio: No, vamos.

Caminé tomando mis cosas, miré hacia la caja donde el señor Sergio tenía puesta su mirada.

Renata: Será que le pueda entregar esto a Samuel?.

Sergio: De que se trata?

Renata: Me obsequió un vestido para la cena pero no lo pude aceptar y se lo he traído.

El señor Sergio asintió con la cabeza, cediéndome paso. Caminamos hacia la puerta de la cocina para despedirme de María. Le di un abrazo que me correspondió sabiendo lo que tanto Samuel y yo estaríamos sintiendo ya que ella siempre estuvo al tanto de la relación que manteníamos.

Miranda: RENATA!

Me aparté de María mientras que la señora Ferretti la miraba fulminándola.

Renata: Si señora!

Miranda: Mañana es la fiesta del compromiso de Lucrecia con su prometido. Te quiero a las 6:00 pm. Si no vienes ya sabes que no habrá préstamo para la operación de tu madre.

Renata: No se preocupe cuente conmigo.

Miranda: TE LO ADVIERTO POR NADA DEL MUENDO TE QUIERO CERCA DE MI HIJO. TE QUEDA CLARO?

Asentí con la cabeza, me había sentido completamente intimidada con esta señora, siempre decía de mala manera las cosas y ahora claro con el tema de Samuel lo hacia mucho peor. Salí de la cocina subiendo a la camioneta del señor Sergio. Me abroché el cinturón cuando empezamos andar rumbo a mi casa.

Prácticamente no teníamos mucho que decirnos y mucho menos quería hablar sobre lo sucedido.

Sergio: Renata, espero que entiendas que Samuel no es para ti.

Renata: Lo sé, por eso había terminado con Samuel. Asi que por mi parte queden tranquilos, no me acercaré mas a Samuel.

Su padre solo me miraba por el retrovisor pero trataba de aguantarme hasta donde mas pudiera para no derramar ni una sola lagrima, no quería que por nada del mundo supieran lo mucho que me duele no tener a Samuel en este momento y tampoco quiero darles el gusto sobre todo a la señorita Lucrecia que se regocijara con los que estamos sintiendo él y yo.

Llegamos a mi casa, tome un gran respiro bajando de la camioneta, agradecí al Señor Sergio que miré como se iba alejando para irse directo a su mansión, por otro camino pero bueno. Entre a mi casa, respiré mirando a mi madre en el sillón se levantó a penas escuchó que cerré la puerta.

Madre: Estas bien?

Negué con la cabeza, llevándome mis manos a mi rostro. Mi madre sin pensarlo me rodeó con sus brazos dándome protección y sintiendo su calidez que ella siempre tenia para tratar de calmarme en estos momentos..

Madre: Hay Reni, mi amor te lo dije… Eso jamás podría ser.

Me atrajo con ella a mi habitación y las dos nos acostamos en la cama, ella me abrazaba con tanta fuerza que podía sentir como a mi madre igual le estaba doliendo mucho la situacion.

Madre: Sabes, en mi juventud, también me pasó lo mismo, puse mis ojos en una persona que era una persona con mucho dinero. Pero tampoco pudo ser lo que nosotros queríamos, con el paso del tiempo me alejé de él por que sabia que tarde que temprano mi vida seria un completo caos por estar con él.

Solo podía escuchar a mi madre al mismo tiempo que escuchaba su corazón.

Madre: Hay muchas personas malas en este mundo, personas que no se toman el tiempo de descubrir como son las personas realmente. Samuel es un gran muchacho, él no necesita de una persona que comparta sus mismos ideales. A él tú corazón y tus sentimientos es lo que le importa realmente. Por eso ustedes sufren por lo que ha pasado. El día de mañana que Dios lo permita y esten mas grandes se darán cuenta que sin el uno para el otro. De eso se trata la vida, tener caminos diferentes y luego tener Caminos Cruzados, solo el destino es el único que puede decidir en ese momento y la vida propia.

Mi madre y yo nos habíamos quedado profundamente dormidas, con las lagrimas en nuestros rostros. Las dos nos levantamos asustadas de los golpes tan fuerte en la puerta, miré la hora en el reloj de mi alarma y eran las 3:25 am, quien podría venir a esta hora sin consideración que hay personas que duermen.

Mi madre se bajó de la cama indicándome que no me moviera. Los golpes eran tan fuertes que no faltaba mucho para que la derribaran. Me levanté poniéndome detrás de ella por cualquier cosa. De nuevo los golpes se hicieron presentes, mi madre corrió hacia el baño buscando con que defendernos, me dio un poco de gracia. Cuando salió mi madre con un palo de escoba dispuesta a dar de escobazos a la persona que fuera entrar.

Atreves de las cortinas miré un auto parecido al de Samuel pero negué con la cabeza, como podría ser él y a esta hora.

Mi madre casi susurrando para que no me acercara a la puerta.

Madre: Renata! Ven aquí!

Le hice señal que esperara pero mi madre levantó la escoba.

Samuel: Sé que estas detrás de la puerta Renata… Necesito verte, quiero verte, me hace falta mirarte. Por favor, no me hagas esto.

Negué con la cabeza, abriendo la puerta, en seguida sentí los brazos de Samuel rodearme con tanta fuerza, con tanto sentimiento de dolor que me causó tremendo nudo en la garganta. Subí mis brazos abrazando igual con fuerza correspondiendo a ese gesto tan encantador.

Samuel: No me apartes de tu vida, te lo suplico, te lo imploro, eres lo único que me mantiene con vida, solo por ti haría lo que me pidieras.

Nos apartamos mirándonos fijamente… Los dos sonreímos abrazando de nuevo.

Madre: Samuel que haces aquí? Sabes que tus padres no estarán muy contentos. Si se llegan a enterar.

Samuel: Señora, no me importa en lo mas mínimo lo que digan mis padres, es algo que he decido y quiero hacer. Nadie nos va a separar.

Mire a mi madre con complicidad, respiró negando con la cabeza, nos sentamos en los sillones.

Madre: Que van hacer?

Samuel: En dos meses cumpliré 18 años y para no levantar sospechas, claro siempre y cuando usted y que Renata acepte, quiero irme de aquí.

Mi madre levantó una ceja algo confundida. Negó con la cabeza.

Renata: Samuel, no puedo irme, mi madre esta enferma y tu familia le hará un préstamo para su operación.

Samuel: Pero para eso estoy yo. Le puedo dar el dinero y cuando puedan me lo devuelven.

Renata: No, Samuel, tu familia pensaría que solo por eso estoy contigo.

Samuel: Ya te dije no me importa en lo mas mínimo lo que ellos digan. Seremos nosotros, nos largamos de Italia y punto, en mi vida los quisiera volver a ver. La beca de tu instituto lo podremos ver en otro lugar y también te la harian valida donde tu quieras hacerla.

Madre: A ver chicos no quieran correr, la vida no se trata de correr. Tú entre poco iras a la universidad para estudiar leyes, donde piensas vivir.

Samuel: He comprado una casa en Inglaterra que mis padres no saben donde es. Mi cuñado Bastian me ha ayudado mucho en todo eso. Tenemos una sociedad que nos esta dejando bastante dinero. No me nieguen la oportunidad de ayudarlas. Ahora ustedes son mi familia

Madre: Hay muchachos.

Renata: Mañana tengo que ir a la fiesta de compromiso de tu hermana, tu madre me lo pidió pero me advirtió que por nada del mundo me acercara a ti.

Samuel: Fácil, no tendremos que estar cerca, ni hablarnos, basta con que te vea esos hermosos ojos y con eso me alegrarás la vida.

Mi madre solo sonreía al vernos que estábamos ya cambiados de humor. Sin duda alguna mi madre sabe que Samuel siempre me ha alegrado los dias y no importa lo mucho que otros digan que no podemos estar cerca siempre estaríamos el uno para el otro…

Mi madre se fue a descansar mientras nosotros nos quedamos en el sillón platicando un rato.

Samuel: Renata, aunque no lo creas, si me llegara a pasar algo o si llego a faltar tu siempre estarás protegida, primero por mi y segundo….

El móvil de Samuel empezó a sonar, él miro la pantalla del identificador. Hizo un gesto y solo alcancé a ver que decía Lucrecia. De seguro lo estaban buscando.

Se levantó sin tomar la llamada.

Samuel: Te veo mañana princesa.

Renata: si, nos vemos en la fiesta de tu hermana.

Samuel: Si, mi hermana.

Noté raro a Samuel al expresarse de Lucrecia.

Renata: Sucede algo?

Samuel: No, claro que no. Te amo Reni, no lo olvides.

Salió de mi casa subiendo a su auto, bajó la ventana donde le mande un beso volado y él lo atrapo llevándoselo en su corazón, esos detalles encantadores de Samuel me hacían mi dia. Eran todo lo que necesitaba para mantenerme feliz y llena de amor.

Sin duda alguna Samuel es el hombre perfecto. Cerré la puerta entrando a mi habitación para poder descansar un poco para mañana que hay el evento de la cual el pago es el doble y por nada del mundo lo perdería sobre todo por que quería ver a Samuel y estar aunque sea a la distancia.

***Hola amigos lectores, espero que esta vez todo marche bien para poder darle continuidad a la novela.

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Renata

Samuel

Lucrecia

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