Plantada en mi respectivo lugar, el corazón me iba a mil por hora.
¿Por qué siempre me metía en este tipo de situaciones incómodas y extrañas?
¿Qué debía hacer ahora?
El imbécil de Leroy le fue infiel a Alison con la seguridad que ella nunca se enteraría, para su maldita desgracia, tenía esta maldita maldición de leer los pensamientos con solo tocarlos.
¿Por qué demonios debía enterarme justo en este preciso momento?
Mientras cavilaba con decirle o no, por fin entró la novia, con un hermoso vestido blanco, y una sonrisa tan rádienme que podría iluminar todo Herald.
A su lado la acompañaba su madre, con su forma única y extravagante de vestirse, llevaba un llamativo y extravagante vestido en tubo de un color verde, con una flor gigante adornaba su hombro izquierdo y una pamela del mismo color lo llevaba en la cabeza.
La adoraba, esta se la entregó al novio que sonreía, como si no la hubiera engañado.
La ceremonia comenzó y transcurría con normalidad, sé que cuanto más deje que el tiempo pase será peor.
¿Estaba dispuesta a romper una relación?
Leroy y Alison eran la pareja perfecta, entré nuestro círculo de amigos, llevaban ocho años de relación, vivían juntos y tenían una niña preciosa de un año de nombre Sandra.
Mientras seguía dándole vueltas, llegaron a los votos matrimoniales, primero iba Alison.
—A pesar de habernos conocido en circunstancias no muy buenas, fuiste un gran apoyo para mí, cuando sentí que perdía el rumbo, tú supiste guiarme al camino correcto de nuevo, me diste uno de los regalos más hermosos, nuestra pequeña y ahora me das otro regalo que es el ser tu esposa, por ello y más, Leroy Landers, eres la persona de la cual quiero caminar toda mi vida, bajo el sol y bajo la lluvia, entre las sombras y la luz, por siempre y para siempre.
Finalizó, con la voz quebrada, a punto de llorar, se escucharon murmullos conmovidos por sus dulces palabras.
¿Cómo podría alguien perder a una mujer como ella? No se merecía tal traición.
Se volvió hacer el silencio y ahora le tocaba a Leroy.
—durante estos años juntos, has sido la mejor novia que jamás haya podido imaginar, ya eres la mejor madre y sé que también serás la mejor esposa, por ello, Yo, Leroy Landers, me comprometo a estar a tu lado disfrutando de tus alegrías y apoyándote en los momentos de tristeza, creciendo juntos y siendo felices por siempre.
No lo pude soportar más, antes que pudiera darle más vueltas me enderecé levantándome.
—¡Alto, esto no puede seguir!
Se hizo el silencio momentáneamente, todas las miradas se centraron en mí.
Esto era de lo más vergonzoso, pero tenía que detenerlo.
—necesito hablar con la novia, es muy importante—pedí y Leroy habló.
—¿En serio? ¿En este preciso momento?—dijo molesto.
—¿Si no fuera fundamental, crees que pararía la boda?—inquirí con el mismo tono molesto.
Leroy iba a decir algo, pero fue interrumpido por Alison.
—no pasa nada, seguro debe ser algo muy valioso, solo será un momento, lo primero amor.
Este asintió de mala gana, y ella lo recompensó con un casto beso en los labios, la tomé del brazo antes que pudiera rectificar y nos alejamos de la multitud.
En serio, Dayana a veces puedes ser demasiado inoportuna.
Espero que valga pena dejar plantado a mi prometido, porque si no…
—Claro que es importante, y siento ser una entrometida e inoportuna—dije molesta, soltándola el brazo.
—¿Cómo has…?
Se llevó las manos a los labios, como si se le hubiera escapado, algo que no debió decir.
—eso no importa, solo debes saber que tienes que cancelar esta boda.
Como era de esperar, la cara de mi amiga se llenó de sorpresa, luego de confusión y seguido de enfado.
—¿Qué? ¿A qué viene eso de repente?
—no puedes casarte con ese capullo.
—¿Y por qué no debería?—Quiso saber sin entender a qué venía mi petición.
—él… él no es bueno para ti—mordí mi labio con nerviosismo.
Es cierto que Alison conocía parte de mis poderes, pero no todos, preferí no decírselo por miedo a que la asustara aún más y se alejara de mí.
Puedes asumir que tu mejor amiga tiene algunas habilidades especiales, pero no el hecho de saber, que puede hurgar en tu mente siempre que haya un contacto.
—Sé que crees que todos los hombres del planeta no son de fiar y por ello arrasas con ellos como si fueras un torbellino…
—¡Eso no tiene nada que ver!—la interrumpí molesta, por sacar mi pasado.
—¡¿¡Entonces dime por qué?! Me sacas de mi boda y de la nada, me pides que rompa con Leroy ¿y esperas que lo haga así sin más de la nada?
—¡esta boda no puede seguir, por qué te fue infiel!—grité tanto, que el lugar de la ceremonia se removió, llenándose de murmullos y exaltaciones de sorpresa.
Vi de reojo a Leroy que estaba pálido del miedo y la sorpresa.
—¿Cómo? ¿De qué estás hablando?
— ¡Ese maldito capullo se acostó con una stripper anoche!
Mi amiga me miró espantada, su semblante estaba contrariado, por el shock, la sorpresa y el dolor y sin esperar mis explicaciones corrió de nuevo al punto de la ceremonia encarando a su novio.
—dime que no es verdad, ¿me engañaste ayer? ¡Dime que no es cierto!
—¡Claro que no! ¿Cómo podría hacerte algo así? Sabes que te amo.—se defendió con desesperación Leroy.
—es esta loca, que inventa cosas porque te tiene envidia.
No daba crédito a lo que oía.
—siempre te envidio, por qué tú tienes todo lo que nunca tendrá, Una familia, por eso intenta boicotear nuestra boda, nuestro amor.
Sentí una punzada de dolor en mi corazón. Es cierto que nunca tuve algo como lo que ellos tienen.
Bueno, hubo una vez en la que estuve cerca de tener algo así, pero por desgracia la cosa no acabo muy bien. Otro dolor en el pecho me invade e intento ahuyentar las imágenes de mi pasado y volver a la realidad.
Es cierto, que y en muchas ocasiones anhelé poder tener una familia, Pero jamás haría daño Alison, ni nadie que me importara, puse mi vida en peligro ara que ella y su bebé pudieran vivir.
Y no me arrepiento de nada, lo haría una y mil veces si fueran necesario.
—Alison, sabes que jamás te haría algo así.—dije con la voz cargada de tristeza.
—Claro que si, ¿si no cómo explicas estas mentiras que le estás diciendo a Alison?
Apreté los puños, me hervía la sangre y podía sentir las vibraciones de mi poder queriendo salir.
Oh, no, este no es el momento. Debo que mantenerme serena.
—Debo decir que el único mentiroso aquí eres tú y que la señorita tiene razón.
Todos voltearon a ver al hombre que acabara de hablar, incluida yo, llevaba un traje blanco y las mangas las tenía anudadas hasta los hombros, estaba de pie y se veía tan elegante como seductor. Los ojos se me iban a salir de las órbitas al darme cuenta de que era el mismo idiota con el que me choqué ayer.
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Comments
Yarley Suarez
Se ve interesante, veremos como abanza la trama ❤
2022-11-16
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Bea Labandera
me encanta todo lo que escribe está autora y estoy deseando leer más
2022-11-16
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