Jacob y Kevin caminan de regreso a casa, salieron temprano de la escuela.—Te veo mañana, ¿te conectarás al rato para unas partidas de fornite?—pregunta mientras brinca y derriba un par de hojas de un árbol.
—Esperemos que cuando hagas eso no te caiga una araña encima y termines gritando como nena—ríe a carcajadas mientras Jacob se sacude las hojas de su cabello, rostro y cuerpo. Están pegadas a su cuerpo como si se tratara de nieve. —Y no creo que me conecte, tal vez salga con mi hermana...—agrega mientras observa pasar a una chica con un vestido color negro.
—Ahg... ¿te iras de fiesta? ¿Prefieres una fiesta que a tus mejores amigos?—ríe Jacob mientras finge estar decepcionado.
—Casi siempre juego en línea con ustedes, no se que andas ladrando—ríe. —ya te avisaré más tarde sí jugaré o no—sentencia mientras se acomoda su mochila.
—¿Pero pasaran por ti? Dijiste que ahorita no había nadie en tu casa—
Kevin ríe. —Obviamente, mi hermana pasará si es que voy con ella, ya te avisaré al rato—extiende su mano para despedirse de él.
—Está bien, mal amigo—bromea. —Nos vemos luego, yo iré a entrenar box. Cuídate—se despide y cruzan caminos.
Kevin saca su audífonos de su mochila y los conocía vía Bluetooth a su teléfono, reproduce música de Melanie Martínez mientras se dirige a casa.
Mientras camina hacia su hogar, pasa frente a algunas casas, se percata y observa los diseños, algunas más lindas que otras, pasos adelante hay una que capta su atención por completo, se detiene en seco mientras lleva sus manos en las agarraderas de su mochila, una bandera trans y LGBTQ+ están colgadas fuera de la misma. Dos banderas que sin duda alguna reconoce.
—Rayos... ¿por que la vida es así?—ríe mientras se pregunta a sí mismo.
Alguien se asoma por la ventana y Kevin se reintegra rápidamente a su paso, después de varios minutos de estar perdido en sus pensamientos finalmente llega a su casa, saca las llaves de su mochila y coloca la llave en el cerrojo, abre e ingresa a su casa.
—¿Hola?—pregunta en voz alta mientras camina hacia el refrigerador para beber algo.
No recibe respuesta alguna y confirma que no hay nadie, sube con su mochila por las escaleras, llega a su habitación y se deja caer sobre la cama.
—Me volveré loco si sigo ocultando esto...—se levanta lentamente y se sienta sobre su cama.
"Aprovechando que no hay nadie, podría probar alguno de los vestidos de mi hermana, no creo que le moleste"sonríe al pensar en esa loca idea.
Su teléfono vibra e ignora los chats, se levanta y camina un poco por su habitación.
—No quiero hacer alguna estupidez... pero esta es una forma de calmar mi ansiedad y deseo—toma fuerza y camina a la habitación de su hermana.
Giga la manija e ingresa a la habitación, ve que algunas cosas están desordenadas, zapatos, tacones, jeans, blusas y vestidos. —Típico de esta loca, siempre sale de prisa—ríe mientras abre el armario.
Un vestido capta su atención de inmediato, sonríe al imaginar probándoselo. —Bueno... vengase para acá...—toma un vestido color negro y unos tacones del mismo color.
Se dirige a su habitación, no sin antes acercarse a la ventana y verificar que nadie de su familia esté afuera.
Cierra su puerta con seguro, al igual que las cortinas de su habitación. Se comienza a desvestir. —Si Jacob mirara esto echaría espuma por la boca, de la rabia de verme así—ríe.
Lentamente toma el vestido y lo desliza sobre su cuerpo, siente la tela rozar con su piel, sonríe por que al fin esta probando algo que tenía tiempo deseando. Su peor miedo era que no le quedara.
—Hmm, que bueno que jamas me metí al gym para moldear mi cuerpo masculino. Jamás creí que me serviría para esto—exclama mientras se coloca el vestido, le queda un poco ajustado pero finalmente logra colocarse el vestido, camina un poco por si habitación, finge que está en una pasarle su modela el vestido.
Sin duda alguna sus emociones lo dicen todo, se siente feliz... algo que le gusta y le aterra al mismo tiempo. Se sienta sobre la silla que está frente a su escritorio, se coloca los tacones y aunque le quedan algo ajustados y libra una batalla por péneselos, finalmente lo consigue y se coloca lentamente de pie, es extraño, le agrada pero se le dificulta un poco estar de pie, camina un poco y se ve frente a su espejo que tiene de cuerpo completo, lo tiene colocado en la esquina de cuarto.
—Divina...—sonríe mientras da media vuelta.
Al mismo tiempo suena su teléfono. —Ahhhh—del susto por creer que fue la puerta de su habitación o principal, pierde el equilibrio y cae.
—Mierda...—a gatas se desliza hacia su teléfono y contesta la llamada.
Kevin: ¿Hola? Jaja
Paola: Hola, cielo. ¿Por que te ríes?
Kevin: Jaja, olvídalo. ¿Que hay?, ¿Qué haces?
Paola: ¿Eh? ¿Como que que hago? ¿Estás seguro de que estás bien?
Kevin: Si, no te preocupes mami... tarde en contestar tu llamada porque tropecé por correr jaja, cosas que pasan... pero estoy bien, más que bien...
Paola: Menos mal. Solo te avisaba que llegaré pronto, solo pasaré por tus abuelos a Walmart, e iremos para allá.
Kevin: Ah, perfecto... aquí los esperaré.
Cuelga la llamada y se coloca de pie, trata de no perder el equilibrio y se prepara para cambiarse. Al tiempo que lo hace tocan el timbre de la casa. —Dios... ¿ahora que?...—se asoma por la ventana olvidando que lleva el vestido puesto.
Es Camila, de inmediato eleva su cabeza en dirección al cuarto de Kevin, se percata que se asoma por la ventana.
—Kevin... ¿que cara...—Camila rápidamente se despoja de sus lentes y verifica que lo que está observando es correcto, el reflejo del sol no le permitió ver bien.
El esconde su cuerpo y trata que su cabeza sea lo único que se observe en la ventana. —¿Que pasa Camila? Tuve que salir de la ducha y tomé la bata de mi madre...—ríe.
—Ah...—ríe. —Solo pasaba, pero vuelvo más tarde...—se despide mientras se da la media vuelta y se vuelve a colocar sus lentes de sol.
Kevin sonríe mientras ella se aleja, cierra sus cortinas. —Que populares andamos el día de hoy—ríe mientras se quita los tacones y antes de quitarse el vestido se toma una fotografía con una pose femenina. Posteriormente se desprende del vestido y toma un pans y una camisa. Finalmente se dirige a la habitación de su hermana y acomoda todo sin dejar huella que se haya utilizado algo. —Entre tanto desorden jamás notara que tome sus cosas prestadas—ríe mientas cierra la puerta.
Pasados varios minutos escucha el auto de sus padres llegar, apenas termina de acomodar su habitación y baja por las escaleras para recibir a su familia.
—Hijo...—su abuelo le abraza mientras sus padres ingresan algunas bolsas.
—¿Como te fue en la escuela, cielo?—pregunta su abuela mientras sostiene una caja de chocolates.
—Me fue bien, hoy fue un gran día—responde con un tono alegre.
—Me da gusto. Traje esta caja de chocolates, son de los que nos gustan, ¿te parece sí al rato vemos una película de Harry Potter?—inquiere su abuela mientras camina a la cocina por algo de beber.
—Hmm, no se sí saldré con la bruja de mi hermana, o sea, Diana—responde entre risas. —Apenas regrese le preguntaré si iremos o no, quiere que la acompañe a una fiesta y pues bueno... creo que lo haré—
—¿Me dejarás plantada?—pregunta su abuela con una mueca de tristeza.
—Claro que no abuela, de hecho no creo que vuelva muy tarde, así que podrá ser cuando vuelva, en dado que sí vaya con Diana...—sentencia y al mismo momento escuchan llegar a Diana.
Ingresa a la casa un poco apresurada pero se detiene con Kevin. —Me acompañaras, ¿verdad?
Kevin asiente y la sigue por las escaleras. —Creo que estaré listo en unos 20 minutos o menos...—agrega mientras ve a su hermana ingresar a la habitación, por unos segundos se queda de pie fuera de la misma, esperando si ella notará algo extraño.
—¿Qué sucede?—extrañada pregunta y mientras levanta sus manos en sinónimo de pregunta.
—Nada, iré a cambiarme—asiente y se retira.
1 hora más tarde...
—Te quería traer porque solo estará Alejandra en esta fiesta, no hay nadie más que conozca—ríe. —Al menos me harás compañía, hermanito...—agrega mientras caminan por el jardín y esperando que Alejandra salga de la casa.
—Parece que no solo sirvo para ser tu costal de box—contesta Kevin.
—No lo arruines...—ella ríe.
De la enorme y blanca casa sale Alejandra, un chica morena, cabello chino, estatura promedio y delgada. Sonríe al verlos ahí y se acerca a ellos.
—Por fin llegaste, ya casi acaba la fiesta y apenas llegas—ríe mientras abraza a su amiga. —Hola, Kevin—sonríe.
—Hola, ¿qué tal?—responde él y posteriormente caminan hacia el jardín donde se encuentran la mayoría de familiares y amigos de la cumpleañera, Alejandra los lleva a su mesa y se sienta junto a ellos.
—Curioso, ¿no? Mi amiga tiene ya casi 21 años y aún quiso una piñata en forma de aguacate—ríe. —Pero lo admito, me gusto y también tomé algunos dulces...—les muestra la foto.
Kevin sonríe al ver la foto. —Se mira linda, creo que quiero una así para mi cumpleaños—agrega al ver la foto.
—¿Gustos finos?—inquiere Diana un poco extrañada por el comentario de su hermano.
—Ya me conoces, soy especial—guiña el ojo.
—Pues tu cumpleaños es dentro de unas semanas, falta menos de un mes pero igual te puedo conseguir una—declara Alejandra con mucho entusiasmo. —Es más, sera mi regalo de mi, para ti.. obvio irá repleta de dulces, tal vez algunos de Halloween, porque obvio, octubre es el mejor mes del año—ríe. —Aunque creó toda esta temporada lo es, de septiembre a diciembre, son los mejores meses del año—sentencia mientras toma un poco de refresco.
—En eso te doy la razón, amiga—agrega Diana.
—¿En serio lo harás?—pregunta Kevin con incredulidad.
—Sabes que sí, como cuando dije que saldría en traje de baño a correr por el vecindario de ustedes—ríe al recordar ese momento. —Ah, que tiempos... es día estuvo muy loco...
—Vaya que si lo fue...—ríe Diana. —Regresando al tema de la fiesta de mi hermanito querido, ya habíamos hablado de eso, y será el sábado, si cumpleaños es el viernes, pero el sábado sería la fiesta—afirma Diana mientras se levanta para ir por postres.
—La piñata es linda, pero no se sí mis amigos lo cena normal, no quiero que me comiencen a joder con que soy gay o cosas así—Kevin toma un poco de refresco.
—Que hablen, que no te importe lo que piensen los demás de ti, tú hazlo y ya—contesta Alejandra entre risas. —Diles que eres unisex si te dicen algo—guiña el ojo.
—Eres de las personas que no se detiene por la opinión pública, eso lo has dejado claro muchas veces...
Alejandra ríe. —Obvio, Kevin. ¿Como por que me detendría por lo que piensen los demás? Nooo, no me interesa lo que piensen. Al final de cuentas todos moriremos, mejor vive tu vida con locura y has lo que quieras de ella, de lo contrario, habrás vivido la vida que otros quieren y no la que tú quieres. Yo soy bisexual y la mayoría lo sabe. ¿He tenido críticas? Sí, de algunas amigas y amigos, pero pocas. En pleno siglo 21 sigue habiendo gente mierda... pero siempre la habrá—exclama mientras le pide que la acompañe por algo de comer.
La fiesta transcurre, parten el pastel y cantan las mañanitas a la cumpleañera. Diana, Alejandra y Kevin charlan sobre la escuela, alientan a Kevin a estudiar su carrera de enfermería y la amiga de su hermana aprovecha para comentarle que su madre trabaja en una farmacia de la cuidad, le serviría entrar a trabajar para aprender sobre medicamentos.
—Ándale, salgamos a bailar... antes de irnos—Alejandra jala a su amiga y la lleva hacia ella.
—Bueno, eso me deja aquí solo...—come un poco de pastel y toma una fotografía a Diana y Alejandra sin que ellas se percaten.
Después de 20 minutos ambas regresan. —Wuu...—exclama Diana mientras se sientan.
—No has comido casi nada...—Alejandra o ver a el plato de Kevin.
—Casi no tengo hambre—
—Nunca tienes hambre, ¿tienes miedo de aumentar de peso o que? Nunca comes—hace una mueca de interrogación.
—Soy de poco apetito—evade el tema y se levanta para ir al baño.
—¿Por qué de un tiempo para acá no quiere comer? Se me hace extraño—le pregunta a Diana.
—Lo se, desde hace unos meses ya se limita mucho a la hora de comer, por eso esta demasiado delgado, mis sospechas aún no son claras, así que no puedo decir nada, no creo que sea anorexia—replica sin saber bien lo que sucede.
—No se, pero algo le pasa a tu hermano—Alejandra se levanta y se dirige con su amiga para avisar que pasarán a retirarse.
Esperan que Kevin vuelva del baño y toman sus cosas para pedir uber, sus padres no podrán pasar por ellos así que deberán volver a casa en uber. Escriben dos destinos para poder pasar a dejar a Alejandra a casa.
1 hora después...
—No puedo creer que ya sean más 10:30 de la noche...—comenta Kevin mientras se alejan del uber.
—Lo se, el tiempo vuela cuando te diviertes...—contesta Diana con una sonrisa.
Caminan hacia su casa, introducen la llave en la manija e ingresan. Ven que solo hay una luz encendida, el auto de sus padres no está, sus abuelos parecen estar dormidos.
—Rayos, le dije a mi abuela que veríamos juntos la película—se sienta sobre el sofá, un poco triste. —No creí que tardaríamos tanto, pero bueno, será mañana sin falta, además tengo ganas de ver películas de Harry Potter, lo bueno es que mañana no tenemos clases por ser sábado, eso me da todo el tiempo del mundo—agrega mientras ambos suben las escaleras para ir a sus habitaciones.
Kevin está preparando su ropa para darse una ducha cuando su hermana ingresa a su habitación. —Kevin...—se anuncia.
Kevin voltea de prisa y con algo de miedo, recordando lo que hizo en la tarde. —¿mande?...
—¿Qué te pasa?—pregunta entre risas. —Pásame las fotografías que tomaste...—le comenta.
Kevin asiente y con una sensación de alivio toma su teléfono.
—No soy mamá como para que me recibas así, ya duerme, te hace falta...—cierra la puerta lentamente y se dirige a su habitación.
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¡Muchas gracias por leer!
Chicos, lamento haber tardado en actualizar, lit me andaba muriendo y así estuve desde el martes y apenas hoy domingo me estoy recuperando, bueno, aún no recupero mi voz, pero al menos ya mejore. Disculpen que tardara en actualizar.
¡Lindo día o noche!
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Comments
alexa c.amadeus
Esta muy bien me gusta
josue? tendras face
2023-03-02
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