Capitulo 2

-¿Y qué te hizo decidirte? -Le pregunta Mateo a Daniel.

-Que ya no quiero esperar más, ni puedo tengo que decírselo antes de que se vaya a Estados Unidos. -Le responde Daniel a Mateo.-Por eso tengo que encontrar a Roberto lo más pronto posible.

-¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?.-Le pregunta Mateo a Daniel.

-Tiene que ver porque si dice que si voy a presentar mi renuncia a las fuerzas especiales.-Le responde Daniel a Mateo.- Y me voy a dedicar al servicio técnico de celulares.

En ese momento Mateo recuerda cuando Isabella le había dicho que quería estar junto a Daniel, pero que siempre se interponía él entre ellos trabajo.

-Te gusta reparar celulares? -Le pregunta Mateo a Daniel.

-Si, me gusta.-Le responde Daniel a Mateo.-Y principalmente porque así hago por ella lo mismo que mi padre hizo por mi madre.

-¿Qué hizo él? -Le preguntó Mateo a Daniel.

-Mi padre estuvo en la guerra antes de casarse así que él no quería que mi madre viviera preocupada. -Le responde Daniel a Mateo.-Así que él cuando se casó dejó las fuerzas especiales y se volvió forense, todo para evitarle la preocupación entonces yo haré lo mismo.

-Pero la preocupación que tu madre no vivió con tu padre la vive contigo.-Le responde Mateo a Daniel.

-Por eso también tomé la decisión de irme.-Le responde Daniel a Mateo.-Ella sabe que este es mi último mes de servicio y está contenta.

-Claro porque ahora estamos más expuestos que la época de tu padre, antes estaban en riesgo de que los manden a la guerra ahora estamos en riesgo todos los santos días. -Le dice Mateo a Daniel.

Repentinamente, suena el teléfono de Daniel, alguien estaba llamándolo.

-Espérame que atiendo. -Le dice Daniel a Mateo antes de atender su celular.

Mateo voltea a ver por la ventana hasta que escucha algo que lo hace voltear:

-Eres vos Roberto? -Dice Daniel sorprendido.

Mateo tampoco puede creer lo que acaba de oír. Roberto Torres acaba de llamar a Daniel.

-¿Dónde estás? Vamos a buscarte. -Le dice Daniel a Roberto a través del celular.

22:00 pm, el cielo está parcialmente nublado fuera de eso parece una noche plácida y tranquila. En un cobertizo deteriorado y abandonado que se encuentra a las afueras de la ciudad de Felotimo se encuentran Daniel y Mateo se encuentran de pie con sus manos amarradas a una viga del techo hecho con un sistema de poleas. El lugar está lleno de humedad y polvo además de un aroma que delata que ese lugar lleva años abandonado.

Frente a ambos está Roberto viendo como unos se le acerca con una jeringa a Daniel y Mateo para extraerles sangre, Daniel frunce sus labios soportando el dolor mientras Mateo grita y se mueve rompiendo la aguja.

-Déjamelo a mí. -Dice Roberto tomando una jeringa.-Ustedes asegúrense de sujetarlo bien.

Un agente sujeta a Mateo rodeándolo de la cintura con sus brazos mientras otro lo sujeta del hombro y el codo para inmovilizar su brazo.

-¡Suéltenme bastardos!. -Grita Mateo mientras intenta soltarse.-¡Los voy a matar si no dejan eso!

Roberto le clava la jeringa en el brazo para extraerle sangre mientras Mateo grita como si fuera un niño al que le están poniendo una vacuna.

Roberto le quita sangre a Mateo y le da la jeringa al agente de P.K que le quitó sangre a Daniel.

-¿Cómo puedes hacer esto? -Le pregunta Daniel a Roberto.-Sos policía...

-Tengo una familia que alimentar Dany.-Le responde Roberto a Daniel en tono amistoso.-Esta gente me está pagando demasiado y no puedo rechazar su oferta.

-No pudiste rechazar su oferta porque no tenés códigos. -Le grita Mateo a Roberto.

Roberto voltea a ver a Mateo quien lo observa fijamente mientras se retuerce intentando soltarse.

-No sabes nada. -Le dice Roberto a Mateo.-Es así en este negocio si no robas no eres nadie.

-El que no roba se llama hombre de bien.-Le responde Mateo a Daniel.-La gente como tú se llama basura!

-Es un negocio y un buen negocio.-Le dice Roberto a Mateo.-Tenemos que preocuparnos por nosotros mismos, nadie nos va a regalar nada.

Daniel comienza a mover sus muñecas intentando soltarse.

-¿Por eso murió Fernández?-Le pregunta Mateo a Daniel.-¿El sí rechazo la oferta y por eso lo mataron?

Roberto ríe entre dientes y luego se desabrocha los botones de la manga de su camisa.

-No. -Le responde Roberto a Mateo con una sonrisa. Yo ya estaba desde antes con ellos.

Al terminar de decir eso Roberto se remanga la manga de su camisa dejando ver un tatuaje en su antebrazo (El logo de P.K.).

-Pero es verdad él no aceptó ayudarnos. -Le dice Roberto a Mateo.-A sí que tuve que deshacerme de él.

-¿Entonces?...-Le pregunta Mateo a Roberto.

Roberto se da media vuelta dándoles la espalda a Mateo y Daniel mientras recuerda ese día que comienza a relatar:

Cuando bajaron los agentes de P.K. Roberto volteo lentamente a ver al agente de P.K que estaba apuntando. Entonces Roberto con una de las manos que tenía levantada señaló su antebrazo.

Al ver que Roberto señaló su antebrazo el agente de P.K le hace una seña con el arma que lo apunta como diciendo que le muestre.

Roberto se movió, pero en ese momento el agente de P.K dio un disparo al suelo. El disparo los hizo dar un pequeño salto de susto, en ese momento y volvió a apuntarle a Roberto para decirle con un notable acento ruso:

-Hazlo lentamente o te mueres.

Moviéndose lentamente acerco su mano al antebrazo que había señalado y lentamente desabrocho el botón de la manga de la camisa de su uniforme policial para bajar la manga de su uniforme. El policía Fernández seguía con su mano arriba sin entender lo que estaba pasando mientras Roberto apoyó su antebrazo contra el espejo mostrando el tatuaje.

Después de que Roberto les enseñara el tatuaje el agente de P.K que le apuntaba bajo su arma para hacerle señas a Roberto con su mano indicando que baje la ventana.

-¿Qué pasa Roberto? -Le preguntó el agente Fernández a Roberto.

Roberto volvió a acomodar su manga tapando el tatuaje para luego abrir la ventana de la patrulla, en ese momento el agente de P.K que le había apuntado desde el otro lado de la puerta del auto patrulla les tira dos bolsas de tela negra a través de la ventana que Roberto acaba de abrir. Las bolsas de tela caen sobre las piernas de Roberto.

-Póngalas en la cabeza. -Les grita el agente de P.k mientras vuelve a apuntarle con el arma.

En ese momento Roberto extendió su mano para darle una de las bolsas a Fernández. Fernández observó la bolsa sin reaccionar, estaba paralizado de temor. Uno de los agentes de P.K que estaba junto a Fernández disparó al cielo haciendo que Fernández de un chillido y fe inclina hacia atrás apoyando su espalda sobre el asiento del auto. El agente apoyó el cañón de su arma sobre el espejo del auto del lado de afuera y gritó que se pusiera la bolsa en la cabeza.

Fernández tomó la bolsa lentamente con una mano temblorosa. Roberto se puso una de lado bolsas negras en la cabeza antes que Fernández quien titubeó un instante antes de ponérsela.

Los agentes que bajaron a Fernández y a Roberto del auto; a Roberto le quitaron la bolsa de la cabeza mientras que cuando bajaron a Fernández de la patrulla fue para meterlo en la camioneta donde iban.

Roberto sonríe cínicamente al relatar eso y luego voltea a verlos de nuevo por lo que Daniel se detiene por temor a que Roberto notara lo que estaba haciendo.

-¿Pero cómo fue que terminó muerto? -Le pregunta Daniel a Roberto.

-Fue cuando llegamos al distrito de almacenes. -Le responde Roberto a Daniel.

La pregunta de Daniel dio pie a que Roberto continuara su relato, algo que parecía recordar sin ninguna culpa ni remordimiento:

Claro que fue algo que hizo del mismo modo que lo recuerda sin ninguna culpa ni remordimiento. Al llegar al distrito de almacenes Roberto descendió de la patrulla junto al agente de P.K que le había dado las bolsas negras de tela que se habían puesto.

Detrás de la patrulla llega la camioneta donde trasladaban al policía Fernández, luego de estacionar la camioneta hacen bajar a Fernández del auto para ponerlo de rodillas en el suelo, frente a él se pone de pie un agente de P.K junto a Roberto.

-¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? -Pregunta el policía Fernández.-Roberto ¿estás bien?

-Estoy bien. -Le dice a gritos Roberto al policía Fernández para simular que él también estaba atrapado.

-¿Qué quieren de nosotros? -Pregunta Roberto a gritos simulando que lo tenían sujeto.

-Los trajimos aquí porque necesitamos su ayuda. -Le dice al policía Fernández el agente de P.K. que está junto a Roberto.-Queremos que trabajen para nosotros.

-¿Qué quieren que hagamos?.-Finge preguntar Roberto.

-Para empezar necesitamos que envíen un mensaje. -Le dice el agente de P.K a Fernández.

-No vamos a ayudarlos en nada! -Les grita Fernández mientras intenta soltarse.

-¡Espero Fernández! -Le grita Roberto a Fernández.-Si no los ayudamos nos mataran.

-Intente ayudarlo y persuadirlo de que debíamos ayudar, pero él se negó una y otra vez. -Dice Roberto haciendo una pausa al relato.

Daniel estaba tan impresionado y consternado que no podía terminar de hablar así que Mateo termino su frase:

-Mataste a Fernández.-Le dice Mateo a Roberto.

-Así que si, yo maté a Fernández. -Les responde Roberto con una sonrisa.

-¿Y el incendio?. -Le pregunta Daniel a Roberto.

-Fui yo. -Le responde Roberto a Daniel.- Me dijeron que debía quemar el lugar con todas las personas que estuvieran adentro, pero cuando llegué ya no había nadie.

-¿Ibas a matar mujeres y niños inocentes? -Le dice Daniel a Roberto.-¿por qué?

-Porque es un maldito traidor, bastardo! -Le responde Mateo a Daniel.

-Cerra el orto. -Le dice Roberto a Mateo.

-Habla bien imbécil. -Le responde Mateo a Roberto.

-Cerra el otro dije. -Le dice Roberto a Mateo mientras le da un gancho de izquierda.

Daniel continuó moviendo sus muñecas intentando soltarse aprovechando esa distracción.

Anteriormente, cuando Daniel colgó la llamada que había hecho Roberto volteo a ver a Mateo para decirle:

Roberto pudo escapar de los secuestradores.-Le dice Daniel a Mateo.

-Te dijo dónde está? -Le preguntó Mateo a Daniel.

-Le pedí que me comparta su ubicación, por suerte pudo robar un celular cuando escapó, está en las afueras de la ciudad.-Le responde Daniel a Mateo mientras enciende su auto a toda prisa.- Tenemos que ir a buscarlo.

-Pisa el acelerador entonces y vamos en camino. -Le dice Mateo a Daniel…

Daniel conduce su auto hacia donde Roberto le había indicado.

En el camino se detuvieron en un lugar de comida rápida donde Mateo compró una cubeta de pollo frito para Roberto. En su experiencia Mateo sabe lo difícil que es estar lejos sin nada que pudiera comer y peor aún, ya que Roberto desapareció hace más tiempo que él.

Daniel estaba contento por encontrar a Roberto además de estar muy emocionado por hablar con él y escuchar lo que tenía para contarles. Tal vez Roberto pudo ver la cara de sus secuestradores además de poder decirles donde estuvo encerrado todo este tiempo. Este caso estaba a punto de ser resuelto.

Mateo y Daniel se detienen en un descampado a las afueras de la ciudad de Felotimo. Salen del auto y comienzan a buscar a Roberto, el terreno era bastante amplio con árboles a su alrededor que le recordaban a Mateo el bosque (solo que con menos césped).

-¿Dónde estará? -Le pregunta Mateo a Daniel.

-No lo sé y si no te apresuras no lo vamos a encontrar hoy. -Le responde Daniel a Mateo.

-¿Qué dices? -Le pregunta Mateo a Daniel.

-Qué le pides permiso a un pie para mover el otro.-Le dice Daniel a Mateo.-Tenemos que encontrarlo hoy.

Mateo decide ignorar lo que dijo suponiendo que tal vez desquitarse con él era una forma de liberar su frustración.

Mientras buscan a Daniel alcanza a ver a la distancia a Roberto así que voltea a ver a Mateo y lo llama para avisarle. Mateo voltea con el cubo de pollo frito en sus manos sería a ver a Daniel a pesar de que no le dijo nada realmente le molestó su comentario.

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