Capitulo 2

Daniel Sanders se despierta agitado a las 1:30 am, había vuelto a tener el sueño de la misteriosa silueta. Esta vez decidió no pensar en eso y simplemente seguir durmiendo como si nada, pero cuando iba a volver a dormir comenzó a sonar su celular.

-Que? -Se dice Daniel a sí mismo mientras apenas puede mantener sus ojos abiertos.-Ya son las 5?.

Que Daniel crea eso se debe a que normalmente siempre se duerme después de cenar aproximadamente a las 21:30 pm o 22:00 pm, porque pone la alarma de su celular a las 5:00 am.

Así no llega a dormir 8 horas, pero al menos puede dormir 7 horas. Después de todo, una hora más, una hora menos ¿Qué diferencia puede haber en tan solo una hora?. Sea como sea siempre va a las prisas; tiene una media hora para prepararse y 1 hora y media de viaje hasta llegar al departamento de policía. Así que Daniel con su desorientación por el sueño y por acabar de despertar pensaba que era la alarma, pero cuando vio la pantalla de su celular se dio cuenta de que estaba equivocado.

Era una llamada de Marta (la esposa de Roberto) Daniel pensó que era la alarma de su celular, pero no, era ella que lo estaba llamando.

-Tengo que cambiar el tono de la llamada. -Se dice Daniel a sí mismo entre bostezos.-

No iba a atender; no quiere hacerlo, en lugar de eso bloquea el número y pone vuelve a poner su celular sobre la mesita de luz diciendo un soñoliento "No molestes".

Daniel supuso que tal vez Roberto andaba en otra de sus giras, en ocasiones anteriores tal vez la haya atendido, pero Daniel ya tomó su decisión;no estaba dispuesto a seguir cubriendo a Roberto, ya no quería arriesgarse por su culpa así que si era su mujer que se arregle él con ella.

Daniel Sanders no respondió la llamada, simplemente bloqueó el número y volvió a dejar el teléfono en la mesilla de noche. Daniel se dio la vuelta dándole la espalda al teléfono mientras pensaba que si se lo cruzaba a Roberto estando de salida le hablaría muy seriamente, no podía seguir arriesgándose por él y tampoco podía seguir permitiendo que Roberto hiciera lo que quisiera.

Daniel se acomodó en su cama, claro que a penas fue cerrando sus ojos no tardó mucho para dormirse

Miércoles, 07:00 am, En el Departamento de Policía de Felotimo Daniel ya con su uniforme puesto firma su entrada él esta de mal humor. Él espera que Roberto entienda cuando él le hable hoy para decirle que ya no lo protegerá, y aunque no lo entienda ¿qué importa? Si no quería hacerlo simplemente no lo haría y ya lo que Roberto diga no importa mucho.

Daniel pensaba ir a su oficina, pero a penas termino de firmar su entrada el policía que se encontraba en el puesto le dijo: Agente Sanders, el comisionado Julián Moya quiere que vaya urgentemente a su despacho.

Daniel hizo un gesto confuso por unos segundos ¿el comisario Moya?, ¿para qué podía estarlo llamando a su oficina?. Cuando el comisario Moya llamaba a alguien a su oficina no era para algo bueno.

-Claro, ya voy. -Le respondió Daniel.

-Empezamos el miércoles yendo a la oficina de Moya. -Daniel se dijo a sí mismo en su mente.

El comisionado Julián Moya es un hombre calvo, de complexión robusta y piel oscura que aparenta tener aproximadamente unos 50 años.

El comisario Moya está orgulloso del cambio hecho en el departamento desde la llegada de las fuerzas especiales, sobre todo porque formó parte del Cuerpo de Infantería de Marina antes de integrarse a la .policía después de la baja del comisario anterior.

De repente llaman a la puerta, el comisario Moya se endereza en su asiento y dice Adelante.

-¿Me llamo? comisario -Pregunta Daniel Sanders mientras entra a la oficina.

-Sí, oficial Sanders, por favor siéntese. -Le dice el comisario Moya a Daniel mientras señala la silla.

Daniel observa la silla y piensa si sentarse o no, luego de unos segundos levanta la vista para responder:

-Así estoy bien, gracias.

-Está bien. -Le dice el comisario Moya en tomo serio mientras se inclina levemente hacia delante.-Tengo malas noticias relacionadas con el oficial Torres.

Daniel traga saliva con dificultad y siente como si una gran preocupación y miedo se deslizó por su garganta, intenta disimular que su suposición es que lo suspenden o lo darán de baja si se enteraron de los negocios de Roberto.

-¿Qué tipo de malas noticias? -Pregunta Daniel mientras intenta disimular su preocupación.

-El policía Roberto Torres desapareció. -Dice el comisario Moya en tono serio apoyando su mentón sobre su mano.

La cara de Daniel pasó de claro a pálido en unos segundos al mismo tiempo que la mezcla de preocupación y miedo que sentía se convierte en una mezcla de desconcierto y sorpresa.

-¿Cómo que desapareció? -Preguntó Daniel abriendo sus ojos y su boca de una forma que recordaba a la pintura "el grito".

-Sí, ayer él junto con el oficial Fernández se llevaron una patrulla para ir a Kotaj, y no se supo nada más de ninguno de ellos.

Daniel llevó una mano a su frente, de repente sintió un mareo que lo hizo cerrar los ojos un instante.

Daniel recordó la llamada que había recibido de Marta y volvió a abrir los ojos.

Para el comisionado Julián Moya, Daniel estaba muy desconcertado por la noticia y eso no fue una sorpresa, no era secreto para nadie del departamento que ellos se conocían hace bastante.

-Seguro no te quieres sentar? -Le dice el comisario Moya a Daniel mientras vuelve a señalar la silla.

-Estoy bien, la noticia me impactó un poco. -Responde Daniel.

-Tengo a varios oficiales buscando sin descanso, esperamos encontrarlo rápido.

-Déjeme el caso a mi cargo. -Le pide Daniel al comisario Moya.

-Por eso te llamé, sé que tú y él eran amigos -Le dice responde el comisario Moya a Daniel.-Así que dejaré que te encargues vos.

Daniel quiso decir que no eran amigos, que solo eran conocidos, pero pensó que ese no era el momento indicado para eso así que solo digo un cortante Gracias.

-Es todo, puedes irte. -Le dice el comisario Moya a Daniel.

Daniel estaba tan desconcertado que únicamente asintió con la cabeza y salió de la oficina sin pronunciar ni una sola palabra.

Daniel fue a su auto directamente, si quería conseguir pistas sentía que primero que nada debía ir donde se suponía que debían estar, así que encendió su auto y fue rumbo a kotaj.

Daniel es un conductor cuidadoso y atento, pero esta vez al conducir hacia el lugar lo menos que podía hacer era mantenerse concentrado. No podía quitar de su mente la última vez que vio a Roberto, curiosamente fue el día anterior al allanamiento.

Daniel intentó no creer demasiado en eso, pero se le ocurrió que podría tratarse de alguna venganza por el allanamiento; tal vez algún socio de esa gente se enteró y pensó que Roberto lo había traicionado. No, eso no podía ser.

Se estaba apresurando, tal vez Roberto llevó al policía Fernández por mal camino y dejaron el trabajo a mitad para ir a divertirse. Si, ahora seguramente estaban esperando a que se les pase la borrachera.

Daniel sabía que la segunda opción era la menos probable, pero intentaba convencerse a sí mismo de lo contrario, de no ser ese el caso ¿sería su culpa lo que pasó con Roberto y el policía Fernández?.

Cuando Daniel llega a Kotaj se dirige al guardia de seguridad que está en la puerta para hablar con él. Tuvo que esperar un poco, ya que el guarda estaba haciendo el control de ticket de una compra, la alarma sonó cuando una señora pasó así que lo más probable era que se olvidaran de quitarle la alarma en la caja.

Daniel esperó a que el guarda enviará a la cliente a la caja para que quiten la alarma de su compra y después se acercó.

-Buenos días, control de rutina? -Le pregunta Daniel al vigilador en tono amistoso.

El vigilador lanza una risa leve y saluda a Daniel estrechando su mano.

-Se olvidan de quitar él alarma en caja así que los clientes pasan un mal momento. -Le dice el guardia a Daniel.-Por suerte esta es una clienta habitual así que sabe eso, el problema viene cuando es alguien que no sabe y piensa que lo acusamos de robo.

-¿Es normal que pase eso? -Le pregunta Daniel al guardia.

-Sí, es algo normal.

Daniel quería seguir sacando tema de conversación y hacer tiempo, prefería hablar de cualquier cosa antes de preguntar lo que justamente había ido a preguntar. La principal razón es que Daniel tuvo varios casos de desapariciones y la mayoría dejaron de ser búsqueda de personas vivas para volverse búsqueda de cadáveres, es su trabajo y ya estaba acostumbrado.

La posibilidad de que la desaparición de los dos policías estuviera relacionado con el allanamiento de ayer hizo que Daniel comenzaba a dar vueltas, en vez de preguntar y tratar de conseguir información había comenzado con una conversación normal. Iba a seguir sacando temas de conversación, pero se dio cuenta de que no quedaba de otra, se estaba comportando como un novato, él tenía que seguir investigando.

-El oficial Fernández está acá? -Le pregunta Daniel al guardia de seguridad.

No, ayer tampoco vino-Le responde el guardia a Daniel.-Cuando te vi pensé que venías para reemplazarlo.

-No, yo no soy policía.

El guardia de seguridad ve el uniforme de Daniel unos segundos para decirle:

-Eso puedo verlo.

-¿Usted notó algo extraño en estos días? -Le pregunta Daniel al guardia.-El policía Fernández se comportaba extraño?

-No. -Responde el guardia en tono cortante.-Se comportaba de manera normal.

Daniel se despidió de él y fue a hablar con algún otro vigilador creyendo que tal vez alguno podría brindarle más información, esperaba que alguno pudiera decirle algo; tal vez alguno noto a Fernández nervioso o asustado o tal vez Fernández había comentado algo.

Daniel interrogó a todos y cada uno de los guardias de seguridad del lugar, pero ninguno supo nada. Daniel regresó a la entrada de Kotaj sintiendo que había fracasado; no podía creer que había perdido casi toda la mañana interrogando a todos y nadie tenía nada para decirle.

Más tarde 17:00 pm Daniel ya llegó a su casa, antes de ir paso por la casa de Roberto para darle la noticia a su esposa. Para mentirle sería más correcto; Daniel le dijo que Roberto había sido enviado a trabajar a la ciudad Watercube. Ahora él está en su segunda oficina, en realidad era una habitación más que usaba como oficina, ya que le gustaba llevarse el trabajo a casa. Ese era el lugar donde podía concentrarse más fácilmente.

Daniel estaba terminando de escribir las novedades en su libro de actas.

Los agentes de las fuerzas especiales tienen la obligación de anotar las novedades con la hora correspondiente en el libro de actas. Daniel siempre que escribía las novedades omitía todo lo relacionado con Roberto, esta sería la primera vez que escribía algo relacionado con él.

Daniel al terminar de escribir sobre las desapariciones Daniel cerró su libro y lo puso a un lado, escuchó que alguien tocaba la puerta.

Daniel guarda el libro de actas en uno de los cajones de su escritorio, no le gustaría decirle a su madre o padre que los policías estaban desapareciendo; eso los preocupa demasiado.

-Adelante. -Dice Daniel mientras se acomoda en su silla.

-Hola Dany. -Le dice una mujer mientras entra a su habitación. -Hola Isabella, ¿cómo estás?.

Esa mujer es su amiga de muchos años Isabella Ferrari, ella es gitana aunque es algo que mantiene en secreto ya que con tantos falsos videntes que les brindaron mala fama no es algo que le guste, aunque Isabella si era una verdadera gitana desendiente de una familia de gitanos. Ella como gitana puede maldecir y ver el futuro en la palma o en las estrellas aunque no es tan preciso, solo muetra posibles futuros de los cuales solo uno podría cumplirse dependiendo de la desicion que la persona toma, aunque algo que no falla son las visiones que tiene al dormir en sus sueños le vienen visiones del futuro que siempre resultan ser ciertas para bien o para mal. Es una mujer esbelta de 39 años con cabello largo castaño y piel clara. En este momento lleva puesto una blusa blanca debajo de una chaqueta de jean color amarillo, un pantalón jean celeste y un collar con la letra "I" en el cuello que llega hasta su pecho casi plano.

Isabella tenía puesto fijo de lunes a viernes así que no estaba mucho en el departamento, de hecho, era más común para Daniel verla vestida de civil que verla uniformada.

Juntando todas las veces que Daniel la vio uniformada como mucho sumaria dos o tres veces.

Cuando Isabella está en uniforme tiene su cabello atado lo que resalta la forma casi redonda de su cara, en cuanto a su uniforme viste una camisa morada con cuello alto con el logo de FEF en el hombro, la camisa generalmente se usa debajo de su chaleco táctico a rayas, también viene un pantalón cargo celeste y botas negras.

La mirada de Daniel se iluminó al ver a Isabella, él se levantó y la saludo con un cálido beso en la mejilla.

Daniel Sanders estaba en su "segunda oficina" donde acaba de recibir una visita de Isabella Ferrari que le alegró la tarde. Bueno, siempre que Daniel recibe una visita de Isabella se alegra.

-Hola Isabella, ¿cómo estás? -Le pregunta Daniel a Isabella luego de saludarla.

-Bien, tu madre me dejó entrar, estuve hablando con ella un rato. -Isabella le responde a Daniel.

-Ven, siéntate. -Le dice Daniel a Isabella mientras señala una silla.

-No puedo, tengo cosas que hacer. -Le responde Isabella a Daniel. -Estaba por ir al shopping y pasar a saludar a tu madre y a ver como estabas.

Daniel vuelve a sentarse mientras Isabella se apoya en la puerta.

-¿Esta vez será visita médica? -Pregunta Daniel en tono bromista.

-Así es exactamente, lo mismo le dije a tu madre... -Le responde Isabella con una sonrisa.-La próxima me quedaré más tiempo.

-Arreglaremos entonces un día de estos que estés libre. -Le dice Daniel a Isabella

Si, eso haremos -Le responde Isabella a Daniel.-Ahora me interesa más saber como estas.

Daniel se acomoda el bigote mientras se inclina levemente hacia delante algo confundido mientras le pregunta:

-Como estoy?

-Sí, me enteré de Roberto -Le dice Isabella a Daniel mientras mueve su cabello con su mano como actriz de comercial de champú.-Dijeron que estabas un poco deprimido.

Daniel hizo un gesto confuso sin entender bien a lo que se refería, pero luego recordó que los rumores vuelan en el departamento de policía y fuerzas especiales de Felotimo y de esa forma fue que Roberto supo cuando había sido el cumpleaños de Daniel.

-Sí, todo mal, no encontramos nada de nada así que mañana seguiré buscando.-Le dice Daniel a Isabella.-Vas de compras me habías dicho ¿verdad?

Isabella mete la mano a su cartera para sacar su celular para ver la hora y dice:

-Bueno, me tengo que ir.

-Espera.-Le dice Daniel a Isabella mientras se pone de pie.-Voy contigo, quiero comprar algunas cosas también.

Isabella guarda su celular y mueve su cabello mientras dice "Buena idea".

Daniel e Isabella fueron a pie, ya que no tenían prisa, así que dejaron pasar el tiempo. Fue un bello viaje a pie donde no faltó la conversación; Daniel es el tipo de persona que le gusta hablar.

Es normal que Daniel cuente lo que hace y lo que sucede, tanto que a veces la gente llega a pensar que es algo egocéntrico. De hecho, cuando compraba su auto se lo contó a medio mundo y conversó cada paso que dio para repararlo.

A veces cuando cambiaban de tema creyendo que la conversación había terminado repetía cosas que ya había dicho para volver a la misma conversación, también repetía las cosas que contaba si la reacción de la persona no era la reacción de asombro que esperaba.

En esta ocasión Daniel e Isabella estaban hablando de reparación de dispositivos móviles.

-Fue un desastre -Le dice Isabella a Daniel mientras camina junto a él.-Tuve que comprar un celular nuevo porque mandando a reparar al que tenía termine perdiendo plata nada más.

Isabella hace un gesto mordiendo su labio inferior mientras Daniel asiente con su cabeza dándole la razón.

-El que hace una reparación así no es profesional. -Le dice Daniel a Isabella. -Debiste traerlo a mí yo te lo reparo bien sin tantas tonterías.

-Creí hacerlo y lo traje, pero ese día estabas durmiendo. -Le dice Isabella a Daniel viéndolo de reojo. -Tus padres me dijeron que te desvelaste porque fuiste a celebrar tu cumpleaños con un policía.

Daniel recuerda que ese fue el día que Roberto compartió su diversión con él. Obviamente, no quería que Isabella se enterara de eso así que usó la clásica excusa de Roberto (que fue a jugar cartas con él).

Isabella se pone seria un momento al saber que era Roberto ese policía y dice:

-No sabía que te llevabas bien con ese.

-No nos llevamos bien.-Le responde Daniel a Isabella.-No sé quien le dijo que era mi cumpleaños y me invitó estando en el departamento.

-Yo que tú cuando aparezca me mandaría alejada de él, mis conocidas en el departamento de policías comentan de lo que él hace -Le sugiere Isabella a Daniel.-También los rumores dicen que tú sabes lo que él hace y no dices nada.

-Ya sé y es verdad no dije nada, pero no por él -Le responde Daniel a Isabella.-Si no hice nada es por su esposa y su hija.

Isabella lanza una risa sarcástica y dice:

-Hasta les harías un favor si les quitas a ese cerdo de encima.

-Tienes razón -Le responde Daniel a Isabella.

Cuando llegaron al Shopping decidieron comenzar por recorrer la planta baja así que lo primero fueron a ver fue la tienda de electrónica para ver qué cosas nuevas había, Daniel miró los nuevos teléfonos celulares por un momento. A Daniel Sanders le gusta la tecnología, de hecho, en un momento utilizó su tiempo libre para hacer reparaciones de teléfonos celulares, eso fue hasta que decidió concentrarse por completo en su carrera como agente.

-Aquí compraste tu celular? -Le pregunta Daniel a Isabella.

-Si, aquí fue le -responde Isabella a Daniel mientras señala a uno de los celulares en la vidriera. -Ese es el que compró.

Estuvieron hace poco tiempo antes de seguir caminando.

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