III

Céfalo se cansó de intentar llamar la atención de los oficiales. Penso mejor las opciones y estuvo casi seguro de que incluso ellos eran actores contratados por sus amigos para continuar con la broma, aunque realmente no conocía a nadie con el suficiente dinero para pagar algo así por una simple broma; ninguno de sus amigos o conocidos tenía el dinero suficiente para tales cosas.

¿Y si todo era una cámara escondida? ¿Tal vez un reality show o algún programa de televisión en los que se hacían bromas a las personas al azar?Conocía a muchos así, incluso había visto a algunos en los que cobraban haciendo una simple broma a quien solicitará el servicio a cambio de ir a hacer una más grande a tus conocidos.

Se calmó con ese pensamiento y decidió ver hasta dónde podían llegar; cuando la ambulancia que había ido en caso de ser necesaria, empezó a prepararse para marchar, se subió a ella dispuesto a seguir la corriente y ansioso por volver a su hogar.

Una vez el vehículo se puso en marcha, él permaneció en la parte trasera, esperando a que llegaran pronto a la ciudad; Cuándo llegaron y la puerta fue abierta salió a prisa y noto que estaba en la en el hospital más reconocido de la ciudad, No ingreso al lugar y en cambio se dirigió camino a la casa de sus padres; no creía que sus conocidos estuvieran esperando en el hospital y estaba seguro de que todos estarían en la casa de sus padres esperándolo para burlarse de él.

La casa de sus padres no estaba muy lejos del hospital, por lo que al correr llegó más rápido de lo pensado; curiosamente, siendo conscientes de eso, aún así cada paso le pareció eterno y parecía que jamás iba a llegar, como si alguien hubiera alargado la carretera o como si se encontrará corriendo sobre una cinta que lo mantenía en su lugar pesé a sus esfuerzos corriendo, tan solo cambiando con una pantalla verde el paisaje a su alrededor.

Cuándo por fin pudo divisar la casa de sus padres tocó con insistencia la puerta; Esta se abrió y su madre se asomó por ella, portando una expresión de angustia que el jamás le había visto antes; rápidamente se abalanzó a ella sujetándola por los hombros pero está ni siquiera se inmutó más que por un leve cambio en su expresión que le hizo dar cuenta de lo sorprendida que se sintió tras su tacto, recordándole al oficial en el bosque.

Ingreso a la casa, pasando por un lado de su madre, la cual no se movió de su lugar mirando a la calle; llamo a la mujer, hablando tan rápido que apenas se entendía, pero está solo se giro en su dirección, cerrando la puerta tras de sí y, contrario a lo que esperaba, camino a la sala pasando de él, tomando asiento en el sofá individual y llevándose las manos a la cara, comenzando a llorar.

Eso lo asustó de nuevo, no comprendiendo que ocurría.

En la sala también estaban sus cuatro amigos y sus dos primas y única tía; todos aguardaron un momento en silencio hasta que su tía se acercó a la madre de Cefalon y, poniendo una mano tentativa en su hombro, le pregunto que ocurría con suavidad.

—¿Quién llamaba a la puerta?

—Nadie... No había nadie en la puerta —respondio con dificultad la madre, con la voz entrecortada sin poder dejar de llorar.

—¿Estás segura? Tal vez estaban esperando a un lado —insistio la tía.

—Estoy segura, no había nadie, deje la puerta abierta un rato y nadie se asomo... Ni siquiera han llamada para decir nada y ya tiene bastante tiempo desde que recibimos esa llamada de Cefalon —siguio lamentando la mujer.

En eso, el teléfono sonó y todos se pusieron alerta.

El primero en reaccionar fue Tod, quien atendió a la llamada con una voz agitada. Después de eso, Cefalon descubrió con forme pasaban las horas, que en realidad no era ninguna broma; que él había desaparecido y ahora su cadáver había sido encontrado de manera extraña por la policía luego de que alguien llamará desde el teléfono de Cefalon y les permitiera rastrearlo, pero dicho teléfono no fue encontrado en la escena.

Pesé a saber que esa era la verdad, que no había otra explicación, Cefalon seguía intentando llamar la atención de sus conocidos, pero siguió siendo en vano y lo único que logró fue causarles pánico tras notar cosas en movimiento o sentir levemente que alguien los tocaba.

Al final, resignandose a no obtener nada de ahí, el fantasma decidió marcharse e ir a su propio departamento para pensar con claridad, fuera de la ajetreada y triste casa de su madre. En su apartamento, se lamento dejar a su mamá en ese estado sin poder decirle nada, afligiendose ante el pensamiento de que no solo su padre la había abandonado al morir, sino que ahora él mismo lo hacía y de manera más torturosa debido a la angustia tras su desaparición.

El amanecer llegó y el continuaba sentado miserablemente en su sillón, no pudiendo convencerse por completo de su nueva realidad; una vez que sintió los primeros rayos solares, volvió en sí y decidió que realmente no ganaría nada quedándose ahí lamentándose, por lo que, aprovechando que aún podía tocar las cosas pesé a estar "muerto", se acercó a su laptop y comenzó una búsqueda en línea sobre su situación actual.

"Fantasmas de colores".

Inmediatamente le apareció un montón de información, entre ella basura de leyendas y supuestos avistamientos de fantasmas, pero hubo algo útil, aunque solo fue un poco útil, pues no era con exactitud lo que necesitaba; era un archivo en el que se mencionaba que había una creencia de que cada ser humano tenía un aura de algún tipo de color y según su aura sería el color que esté tendría, así como lo sería al convertirse en fantasma.

Era lógico, e incluso había una lista de los significados de cada color, así que rápidamente saco su teléfono y comenzó a tomar notas de la información que parecía más relevante.

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