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~ Jonathan.

Verla entremezclarse entre las sábanas motivó el palpitar de mi corazón, siempre soñé con tenerla entre ellas, refregaba su piel en la seda y mientras la temperatura de mi cuerpo subía rogaba que dejará algo de su olor impregnado en ellas.

Siempre deseé tocarla, besarla, como deseo tener su cuerpo en este momento. Jamás la toque de manera inapropiada por respeto a ella, era muy tímida cuando eramos jóvenes no podía soportar mis avances, debido a su pudor le hice la promesa de que no la tomaría hasta el matrimonio.

Y ahora que es mi esposa...

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Sarah se levanta de un sobresalto interrumpiendo los pensamientos de mi mente, parece que escuchó el sonido de la puerta cerrandose detrás mío; Pero ya es demasiado tarde para detenerlos.

Ella se asusta al ver la oscuridad de mis ojos agarrando las sábanas en contra de su pecho.

— Jonathan, ¿ Que haces aquí?.

— ¿ Como que hago aquí?, éste es mi dormitorio.

Contesté con una sonrisa sacándome la camisa para arrojarla a un costado, Sarah se amedrenta al verme semi desnudo y se hace hacía atrás. Lo mismo hago con el pantalón y los zapatos.

— Jonathan, ¿ Que-que haces?.

Dice ella entrada en pánico.

Subo a la cama y la acecho como un cazador a una presa, ella se pone contra del respaldo de la cama asustada como un pequeño conejo.

— ¿Que es lo que crees que hago?.

Me da un poco de risa su actitud, como si nunca hubiera visto un hombre en calzoncillos en toda su vida.

" ¿ A donde se fue la mandamás de X-Vixen?, ¿ La mujer imponente y fuerte que conocí a los veinte años ?".

— Jonathan, si estás pensando en hacerme algo, ¡Te juro que te demandare!.

Me dice escondiendose detrás de una almohada, como si no pudiera quitarla con una mano.

— Acabamos de casarnos Sarah, ¿No crees que deberías actuar mejor en nuestra primera noche juntos?.

— ¡ Esta no es una luna de miel, Lunático!, ¡ Es un maldito infierno al que me sometiste!.

Ella asoma la mirada detrás de esa cosa, frunciendo las cejas ante mí, ruborizada, observando mi cuerpo con asombro, parece que le llama la atención mi abdomen de lavadero, se esconde con timidez nuevamente tras esa porquería.

— Deja de exagerar, actúas como una niña...

No tiene que admitir que le gusta lo que ve, puedo saber qué le gusta tan solo ver su expresión. Es demasiado orgullosa... ¿Necesita aparentar ser la víctima todo el tiempo?.

Que no sea sincera, me molesta...

La arrojo a la cama reduciéndola debajo mío, " Estoy harto de tus juegos Sarah", tomó sus muñecas e inhibo el movimiento de sus piernas.Se atreve a hablar del tamaño de mi virilidad sin ningún pudor, como si estuviera acostumbrada a muchos hombres y ahora...¿Se hace la escrupulosa ?. Para Sarah entonces tener sexo debía ser habitual en su vida, seguramente muchos hombres ya probaron de su cuerpo, habrá experimentado distintos tipos de placer....aunque no tuviera la primera porción del pastel al menos merecía probar lo que ya le cedió a otros.

— ¡ No-No!, ¡No quiero!.

Exclama resistiéndose, pero no importa cuanta fuerza no puede hacer nada contra mi.

—Creo que hay algo que tenemos que aclarar, ya que tanto te gusta hablar de mí a mis espaldas ...

— No-No se de qué hablas...

— Mis hombres me comentaron lo que dijiste de mí esta tarde, que estoy compensando algo en mis pantalones por tener guardaespaldas " gigantes "; Si tanto dudas de mi virilidad, y de mi tamaño...déjame demostrarte cuan equivocada estás, deberías estar agradecida Sarah, será la única vez en que te otorgare placer.

Le susurré acercándome a su oído. Mi **** presiona el pequeño ombligo de Sarah, está dispuesto adentrarse a esta mujer y demostrarle a esta petulante que tan viril puede ser.

Ella se estremece, me mira sorprendida al sentirme presionando su vientre con los ojos abiertos como platos, sus ojos brillan y sus labios se retuercen en angustia. Eso me motiva, si la sigo viendo de esa forma siento que voy a estallar.

Desabotono su camisa de oficinista lentamente con una mano, mientras sostengo sus muñecas con la otra, descubriendo un tesoro que estuvo oculto de mí por mucho tiempo, ella se retuerce puedo sentir como su piel se estremece temblando ante mis dedos, su cuerpo da pequeños sobresaltos mientras bajo cada centímetro de cintura, estando con el torzo descubierto, me parece que el brassier molesta, pero aunque no pueda ver sus pechos, la vista me deslumbra de todas formas, no soy capaz de esperar, mis ansias de Sarah sobrepasan mi paciencia, bajo hacia su piel como si la cena estuviera servida, besando cada rastro de ombligo, mientras escuchó a la par como ella sigue diciendo " No" entre gemidos lastimeros.

—¡ Por favor Jonathan no!.

— Cierra la boca...

Le respondo subiendo hacia su cuello, " No sabes cuánto he querido ésto", susurro, abro sus piernas y bajo la cintura entre en medio de ellas, asentandome en su parte privada, ella se hace hacía atrás sintiendo aquello que amenaza con desgarrar su ropa interior.

—¡ Ah!, ¡ No Jonathan!, por favor..no lo hagas— la escucho pedir en un hilo de voz, como si fuese a llorar — por favor...

La escucho lamentarse, pero a este punto ya no puede engañarme que finja llorar no me detendrá, solo me hace querer follarla con rudeza para que tenga algo por qué sufrir.

—¡ No!, ¡ No!. ¡Jonathan!...

Pelea con sus piernas para moverse a un lado, pero me adelantó y agarró una de ellas subiéndola hacia arriba. Teniendo a la vista lo que al fin voy a tomar como recompensa.

— Jonathan...

Me dice ella con súplica, y al subir mi vista a su rostro me doy con sus lágrimas saliendo de sus ojos, y una mirada llena de angustia.

—¿ Me intentarás violar como lo hizo el desgraciado de Ian Connor ?.

...Me cuestiona, dejándome anonadado, mis ganas de tomarla se fueron de mi cuerpo como si me hubieran echado agua fría al recordarme ese engreído de la escuela, Ian Connor, hijo de industrias Connor , el engreído riquillo que estaba detrás de Sarah como si fuese un caniche, si no fuera por mí, él la hubiera violado aquella vez que se encontraba sola en la piscina practicando a altas horas de la noche....

— No te atrevas a compararme con ese sujeto.

Le dije frunciendo la mirada, alejándome de ella con repudió, ¿ Por qué tuvo que mencionar a ese malnacido?.

— ¡¿ Acaso no recuerdas que si no fuera por mí el te hubiera profanado en las gradas ?!

Le reclamé volviendome a vestir.

[ Narrado por el autor ]

Sarah no sabía que responder, se sentía culpable de compararlo con su antiguo rival que intento tomarla a la fuerza, pero se le escapó esas palabras por miedo, al estar forzándola a tener relaciones.

Sarah aún era virgen, quería decírselo pero, seguramente no le creería, después de aquella experiencia en la piscina Sarah no quería que ningún hombre se le acercará, y por ese motivo su virginidad aún permaneció.

Sarah entonces callo, mientras que los ojos de Jonathan la miraban de lado con una fijación de extrañes por su silencio.

" ¿ Acaso?" se preguntó el, sospechando de que sea pura, pero eso era imposible, Sarah tenía su misma edad, estaba seguro que después de la universidad tuvo su primera vez con algún desconocido.

" No me volverás a engañar ".

Se dijo, y se dio la vuelta para irse por las puertas de su habitación.

—Se lo que intentas hacer, pero cuando se me de la gana te follaré Sarah, que no te sorprenda si regreso más tarde.

Le afirmó con ojos llenos de odio, desapareciendo de la habitación para dejar a Sarah al borde de las lágrimas.

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