Yerno Menospreciado se convierte en Gobernante

Capítulo 11

Después de que el corazón de Memei volviera a latir, el equipo médico acudió rápidamente a atenderla, asegurándose de que su frecuencia cardíaca se estabilizara gradualmente.

Después de cuidados intensivos, los médicos declararon que Memei estaba viva y había escapado por poco de la muerte, habiendo pronunciado previamente que había fallecido. Los médicos retractaron sus declaraciones anteriores y suspiraron aliviados, habiendo arriesgado sus carreras para salvar a la hija de una mujer de gran influencia.

Finalmente, reconocieron la habilidad de Vin para salvar a Memei, y ahora, con Memei superando la fase crítica, admitieron que todo era gracias a la ayuda de Vindra.

Los médicos, que inicialmente menospreciaron a Vin e intentaron expulsarlo, inclinaron la cabeza avergonzados, lamentando su descreencia en sus capacidades. Se acercaron a Vin, que estaba esperando afuera, y se inclinaron profundamente para disculparse. El Dr. Lin buscó personalmente el perdón de Vin.

"Perdóname, Sr. Vin, por subestimarte e incluso intentar expulsarte, y ahora reconocemos tu habilidad. Si no fuera por ti, seguramente la vida de la hija de Lady Ambar no habría sido salvada", dijo el Dr. Lin en nombre del equipo.

"¿Qué están haciendo? No se inclinen así. Solo estaba tratando de ayudar. Tenía la corazonada de que la hija de Lady Ambar no estaba muerta", respondió Vin, pidiéndoles que actuaran con normalidad.

"Tu técnica de acupuntura es extraordinaria; años de estudio no podrían dar la maestría que has demostrado", elogió el Dr. Lin, especialista en Acupuntura Médica.

"No me alabes demasiado, doctor. Todavía estoy aprendiendo, y tú eres el experto. Podría ser solo una coincidencia", respondió Vin modestamente.

"Tus habilidades superan con creces las mías. Una vez más, muchas gracias; has salvado al personal médico de ser despedidos por haber fracasado", el Dr. Lin se inclinó de nuevo, expresando gratitud antes de alejarse de Vin.

Después de agradecer y disculparse con Vin, uno de los médicos se acercó a Ambar para explicarle todo.

"Señora, su hija ha superado la fase crítica, lo que significa que va a estar bien. El Sr. Vin salvó a su hija de la muerte. Agradézcale", explicó el médico antes de alejarse de Ambar.

"¿Qué? ¡Mi hija ha superado la fase crítica, mi hija está a salvo!", exclamó Ambar con profunda felicidad, su ansiedad reemplazada rápidamente por una profunda gratitud.

Ambar se acercó a Vin y se arrodilló ante él, sorprendiendo a Vin con su repentino gesto de sumisión.

"Gracias, señor, por salvar a mi hija. Si no hubieras llegado a tiempo, su vida no habría sido salvada. Me prometí a mí misma que dedicaría mi vida a servir a cualquier persona que pudiera salvar a mi hija, y ahora, Sr. Vin, la has salvado, así que te serviré para siempre", dijo Ambar sinceramente.

"¿Qué estás haciendo, señora? Por favor, levántese. Me dio pena por su hija; por eso traté de salvarla. Levántese, señora, no merece arrodillarse ante mí; soy solo una persona común", insistió Vin, ayudando a Ambar a ponerse de pie.

"Muchas gracias, Sr. Vin. Sin su ayuda, no sabría qué hacer por el destino de mi hija", dijo Ambar, luego sacó una tarjeta negra de su bolso.

"Toma esto; puedes usar esta tarjeta para comprar cualquier cosa que desees. No solo eso, sino que también puedes usarla para satisfacer tus otras necesidades, cualquier cosa que desees se puede obtener con esta tarjeta", explicó Ambar, ofreciendo la tarjeta a Vin.

"Lo siento, señora, no puedo aceptar esto. Ayudé de buena voluntad, sin esperar ninguna recompensa. Solo el hecho de saber que su hija ha superado la fase crítica es suficiente para hacerme feliz. Por favor, quédese con ella; no la necesito", declinó Vin.

A pesar de la negativa de Vin, Ambar se acercó y lo abrazó.

"Por favor, no rechaces; esta no es una tarjeta ordinaria. Te será muy útil en el futuro. Si contactas el número en la parte posterior, puedes obtener cualquier información que desees, incluso influir en la voluntad de alguien si así lo deseas. Tómala; estoy segura de que será muy útil cuando te encuentres en apuros", susurró Ambar, asegurándose de que el secreto de la tarjeta quedara entre ellos.

"De acuerdo, señora, aceptaré esta tarjeta y la guardaré a salvo", aceptó Vin, aceptando a regañadientes la tarjeta negra de Ambar.

Sifa observó con ceño el acercamiento entre Vin y Ambar, sintiendo celos pero negándose a mostrar sus sentimientos y actuando indiferente. Se acercó a Vin con la intención de llevárselo.

"Si ya terminaste, ¿podemos irnos, Vin?" preguntó Sifa, claramente aburrida de esperar tanto tiempo en el hospital.

"Parece que debo irme, señora. Tengo otros asuntos que atender. Por favor, envíele mis saludos a su hija", dijo Vin, excusándose de Ambar y saliendo con Sifa.

"De acuerdo, gracias de nuevo, ¡y recuerda! Si necesitas ayuda, no dudes en contactarme", dijo Ambar, y Vin asintió antes de alejarse con Sifa.

Sifa entregó las llaves de su coche y le pidió a Vin que condujera. Él estuvo de acuerdo y abandonaron el hospital.

En el camino, Sifa dudó en decir algo a Vin. Los celos la empujaron a hablar.

"Vin, ¿no te parece que la señora Ambar fue un poco excesiva?"

"¿Excesiva en qué sentido? Tiene sentido para mí que la señora Ambar haya hecho lo que hizo. Ver a su hija salvada provocaría que cualquiera exprese gratitud de esa manera", intervino Vin.

"No, no me refiero a eso. La forma en que te abrazó así. ¿No te parece demasiado?" Sifa preguntó.

"No, ella sabe cómo expresar agradecimiento. Además, la señora Ambar es muy amable, gentil y bastante hermosa. Espera, ¿estás celosa?" Vin concluyó, sospechando de sus emociones.

"¿Qué dijiste? ¿Celosa de un hombre débil como tú? Eso está completamente por debajo de mí. Ni siquiera lo pienses", respondió Sifa, ocultando sus verdaderos sentimientos.