Yerno Menospreciado se convierte en Gobernante

Capítulo 10

Después de verificar la condición de Memei, Vin pidió a todos que abandonaran la habitación. Sin embargo, uno de los médicos insistió en quedarse.

"No me iré, deseo asegurarme de que este hombre, que pretende ser un salvador, esté a punto de hacer algo poco ortodoxo y violar las regulaciones médicas", declaró el Dr. Lin. Él es un especialista en Acupuntura Médica.

"Señor Vin, confío en usted, que puede curar a mi hija", dijo Ambar antes de salir con los otros médicos.

"Haré todo lo posible. Solo ruega, con suerte tu hija aún puede ser salvada", respondió Vin antes de que Ambar se marchara, y ella asintió en respuesta.

Vin revisó rápidamente los puntos de pulso arterial en la muñeca de Memei, luego sacó una aguja de acupuntura plateada. Inmediatamente, perforó los diez dedos de Memei, extrayendo sangre de ellos. Luego, Vin insertó rápidamente otra aguja de plata en su muñeca varias veces, penetrando completamente.

"Salva a la niña usando el método que has aprendido. Colócame en el punto de acupuntura en la cabeza para que pueda ayudarte a salvarla", habló la gema, emitiendo luz y transformándose en una aguja de acupuntura dorada.

"Está bien, lo intentaré, espero que funcione y salve a esta niña", murmuró Vin a la gema.

Vin se colocó detrás de la cabeza de Memei, buscando el lugar exacto para insertar la aguja dorada.

El Dr. Lin, quien observaba el procedimiento de Vin con escepticismo, entendía la acupuntura e intentó corregir a Vin.

Aunque se contuvo, deseando ver qué haría Vin, el doctor no tenía fe. Solo por su apariencia, el doctor dudaba de la capacidad de Vin para salvar a Memei.

Justo cuando Vin estaba a punto de perforar la cabeza de Memei con la aguja de acupuntura para estimular los neuronas cerebrales para una respuesta, el Dr. Lin lo alejó abruptamente del cuerpo de Memei.

"Detente, señor, no continúes con el método incorrecto. Deberías saber que insertar una aguja de acupuntura en la cabeza no debe tomarse a la ligera, y podría tener consecuencias graves, incluso si el paciente ya está muerto. Si continúas, es posible que tengas que enfrentarte a las autoridades", amenazó el Dr. Lin, pero Vin lo ignoró.

"Déjame hacerlo, doctor. La señora Ambar me ha confiado, así que déjame terminar", dijo Vin, apartando la mano del doctor.

No le importaban las palabras del Dr. Lin. En ese momento, su único objetivo era salvar a Memei.

El Dr. Lin grabó en secreto lo que Vin estaba haciendo, considerándolo evidencia en caso de que Ambar decidiera demandar y culpar a Vin.

Vin perforó el punto medio de la cabeza de Memei con la aguja de acupuntura, seguido de una inserción en el cuello.

Después de una breve espera, la circulación sanguínea de Memei se reanudó y su ritmo cardíaco comenzó a latir, aunque aún no era estable, como si la vida estuviera siendo devuelta a ella, los cambios eran evidentes en el monitor.

El Dr. Lin quedó asombrado al ver en el monitor de signos vitales el retorno del latido cardíaco de Memei y ver que sus dedos volvían a sangrar.

"¿Dónde aprendiste esta técnica de curación? No puedo creer que tu método esté casi funcionando y que hayas logrado revivir a esta niña", preguntó el Dr. Lin.

"No hagas preguntas ni interrumpas mi enfoque. Permíteme completar la tarea primero para que puedas presenciar los resultados", respondió Vin con frialdad.

El Dr. Lin decidió retroceder, dejando que Vin terminara su tratamiento. En secreto, el doctor continúo grabando las acciones de Vin para futuros estudios.

Después de perforar todos los puntos de acupuntura con las agujas, Vin esperó un momento y poco a poco el latido cardíaco, el pulso y la respiración de Memei se estabilizaron, un alivio para Vin ya que había logrado salvarla.

"Por fin, Memei ha sido salvada, gracias, gema, tu ayuda fue indispensable para salvar a esta niña desafortunada", pensó Vin con satisfacción por el éxito.

Vin le pidió al Dr. Lin que llamara a los demás médicos para que ayudaran a continuar el tratamiento de Memei.

Antes de salir, Vin retiró la aguja de acupuntura dorada de la cabeza de Memei, que luego volvió a convertirse en un anillo.

Sifa quedó atónita por las acciones de Vin, creyendo que era un hombre diferente al que conocía, ya que su esposo no podría tener la habilidad de salvar la vida de un niño.

"¿Quién es en realidad, cómo puede revivir a alguien que ha muerto? ¿Es verdaderamente mi esposo, conocido por su corazón tierno y su preocupación por el bienestar de los demás?" Sifa se preguntó, contemplando a Vin mientras salía de la UCI.

"¿Por qué pareces tan perdida en tus pensamientos? ¿Te sorprende que pueda hacerlo?" preguntó Vin acercándose a Sifa.

"¿Dónde adquiriste ese conocimiento médico? Nunca te he visto estudiar esto en el tiempo que hemos estado juntos", cuestionó Sifa, pero Vin simplemente sonrió.

"No es necesario que lo sepas. Lo importante ahora es que he logrado traer a Memei de vuelta de la muerte, y solo es cuestión de esperar a que los médicos confirmen su seguridad en el examen", respondió Vin.