Ese día, Fernando se subió a su coche y salió. Anduvo sin rumbo. Le dolía lo que había visto, quería matar a su hermano. Sentía que la traición era más amarga que perder un amor. Estacionó en algún lugar y dejo caer su cabeza hacia atrás. La imagen de Roque con Alicia, los dos con los torsos desnudos. Con las ropas a medio quitar, gimiendo de placer, sobre el escritorio donde trabajaban a diario...
Sentía impotencia, agravio, dolor... Por que, por que su hermano había hecho eso. Roque era su ídolo, su hermano idolatrado. Y le hacía esto.
Decidió apagar el teléfono, sus hermanos no dejaban de llamar. Alexa había dejado más de 20 mensajes. No quería responderles. Temía que la ira le hiciera cometer una locura con Roque.
No le importaba Alicia, sentía que no estaba enamorado de ella. Ella se había acercado a él hacía unos meses y le divertía los modos tan obvios que tenía para seducirlo. Él sabía que ella buscaba una relación donde obtuviera un beneficio. Pero le dolía, le dolía la traición de Roque. ¿Por que nunca le dijo que sentía algo por Alicia? ¿Por que se hizo a un costado cuando Alicia dijo delante de todos, que serían novios? Se río, ni siquiera le había pedido ser su novia, ella lo había dado por sentado, luego de una noche de toqueteos y besos que habían tenido. Eli se había enojado con él, porque no le gustaba Alicia como su novia. Presentía que le haría daño.
Cuando oscureció, puso en marcha su coche y se volvió al taller. Alli está Xavier esperándolo. Quiso hablar, pero Fernando lo hizo a un costado. Entró a la oficina y derribo el escritorio. No quería ver el lugar donde su hermano lo traicionó. Sentía una herida en su corazón por culpa de Roque.
Ya habían pasado varias semanas de eso y se había encontrado con Roque allí. Cuando volvía con Xavier. No quería hablar con Roque. Estaba dolido. Enojado.
Subió al ático, donde tenía algunas de sus cosas junto con sus hermanos y las sacó. Tomó el teléfono, llamó a su madre. Le dijo que no se preocupara, que necesitaba tiempo para pensar. Les dejo saludos a todos. Subió a su auto y se marchó. A medida que iba manejando, una imagen se le cruzo por su mente. La chica de labios rojos.
Porque parecía triste? Que la llevaba a caminar sin mirar?
Decidió volver a la casa de su madre, ya más calmado. Sus hermanitos y su madre no merecían estar preocupados.
Cuando llegó escucho risas, risas infantiles en el comedor. Entró y se encontró con una mesa servida, llena de cosas dulces... Y allí estaban riéndose sus hermanitos menores Alexis y Alexa con una niña de unos 14 años. Los mellizos se sujetaban la panza de algo que había comentado la niña. Estaban con la tía Gisele, que había venido de visita.
Cuando lo vieron entrar, se quedaron callados. Pero la tía en cuanto lo vio, grito: Fernita, estás aquí!! ¡Creí que no te vería! Ven prueba algunas de las cosas que hicimos con mi sobrina.
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Días atrás Emma había recibido unos mensajes de su tía Gisele, comentándole que pronto estaría por la ciudad. Que visitaría a su hermana y a su cuñado. Pero que tenía ansias de ver a su mejor y más hermosa sobrina del mundo.
La tía Gisele, cuando era una adolescente había tenido una pelea con el abuelo y había huido. Lo que Emma sabía de la tía, era que el abuelo la había querido emparejar con un muchacho, pero que ella había huido para evitar ese noviazgo. Y en una ciudad más grande, sola y sin tener donde ir, poco a poco se había abierto camino haciendo pasteles. Hoy era una mujer poderosa en su ámbito. Y quería que Emma se metiera en el mundo de la pastelería, con ella. Ya que era su única sobrina.
Después de salir del parque, Emma había caminado varias cuadras. Se sentía cansada, tomo un taxi y se dirigió a su casa. Cuando llegó, se encontró con su madre y su tía hablando.
Su madre la miró, noto lo pálida que estaba y le dijo - basta, cuentame que pasa-
Y allí... Parada mirando a su madre y a su tía, se dejó derrumbar y lloro. Lloro para sacar esa bronca y rencor. El engaño era doloroso.
Les contó todo. Les contó de Sara, como los había visto. Les contó la confesión de Martin, cada palabra que había dicho. Y cuan humillada se sentía. Sabía que no era amor, que era su orgullo lo que dolía. Ambas la abrazaron y la consolaron.
Pasó un rato y las tres se pusieron a hornear. Las relajaba hacerlo, así que la frustración de ese día, se convirtió en bundt de frutos rojos, Cupcakes, mini tortas de chocolate, cheescake de maracuya, lemon pie, apple crumble... Todo era una delicia.
Cuando llegó su padre de la oficina, las encontró a las tres cubiertas de harina, riéndose a carcajadas.
En ese momento, la tía recordó que la esperaba su vieja amiga. Así que le dijo a Emma que empaquetaran algunas cosas que las llevarían a la casa de su vieja amiga.
Se alistaron como pudieron, la tía tenía apuro por irse. Así que ni tiempo a bañarse. Solo atino a cambiarse de ropa y alisarse el pelo con las manos
Su madre no las acompaño, quería hablar con su esposo de lo que había pasado hoy Emma. Entonces ambas partieron hacia la casa de la amiga de la tía Gisele, muertas de risa.
Llegaron a la casa y le trajo algunos recuerdos. Le parecía conocido el lugar. Entonces su tía le dijo.
-Te acuerdas que te traje a jugar con los mellizos cuando eras pequeña? -
-mmm no mucho, tía, pero el lugar me es conocido.
-No importa Emma, entremos que mi amiga nos espera. Ya verás como empiezas a recordar tus aventuras con los mellizos... -
Tocaron el timbre y las atendió una bella mujer de ojos verdes, era Blanca, la amiga de años de su tía.
Las hizo pasar y en el salón estaban un muchacho y una chica, muy similares entre sí. Ellos levantaron la cabeza y las saludaron cortésmente. Emma, cuando estaba con la tía Gisele, era una versión de la misma más joven y más potenciada en bromas y ganas de divertirse. Ambas se miraron y pensaron que debían romper ese hielo que había en el aire. Y así fue... De inmediato estaban los mellizos probando las tartas y pasteles que habían traído. La teoría de la tía es que el Azúcar es un elemento alegre, por lo tanto, cuando comes algo dulce, se te contagia la alegría. Y así comenzaron a reírse todos. De a poco los mellizos comenzaron a contar anécdotas y de pronto se estaban riendo a carcajadas de los recuerdos que habían compartido con Emma en su infancia.
Mientras reían de una anécdota de Emma, llegó uno de los hijos de Blanca. Alexa, cuando vio llegar a su hermano y le dijo a Emma - No te asustes, parece malo, pero no lo es. Solo está pasando por un mal momento-
Emma esbozo una gran sonrisa y giro...
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