Tu O Yo
Sam
Mi nombre es Samantha Harrison tengo 25 años y soy la directora ejecutiva de una de las empresas en tecnología más grandes que hay (El Génesis) mis padres me exigieron mucho por ser la hija mayor, pero no puedo negar que he disfrutado de los beneficios, soy una chica bonita y gracias a eso, la escuela y la universidad fueron mi reino, debo admitir, ahora tengo uno más poderoso “la empresa familiar”, mis hermanos menores, los mellizos Christopher y Charlotte son cuatro años más pequeños que yo, así que tuve que hacerme cargo del negocio familiar cuando mis padres decidieron que ya era momento de tomarse unas vacaciones y viajar por el mundo, la verdad no me quejo, me encanta mi trabajo y sobre todo, tener el control de lo que me rodea, casi nunca estoy en mi casa, mis hermanos tampoco se la pasan mucho en la casa de mis padres, si se preguntan, si vivo sola? La respuesta es si, mis papás se fueron de vacaciones hace mucho y mis hermanos están en sus vidas, no he visto la necesidad de quedarme en una casa grande y vacía, prefiero un departamento para mí y Lía, hoy es lunes y como todos los días salgo a las 6 de la mañana a trotar al parque junto con mi perrita Lía, ella es una Samoyedo, es una perrita hermosa de 4 años , me la tarje de un viaje que hice a Rusia, es mi fiel compañera, a dónde quiera que voy ella va conmigo. Hoy estamos corriendo por el parque cuando de pronto se quedó estática viendo a lo lejos un hermoso Malamute de manto negro que ya hemos visto un par de veces, pero no sé quién es el dueño, y nuestro tiempo está muy bien medido , así que no tenemos tiempo para distraernos, terminamos de hacer nuestro tiempo de ejercicio y regresamos al apartamento para poder arreglarme he irme a trabajar. Son las ocho y media cuando estoy cruzando las puertas de un imponente edificio negro, con muchas ventanas que van desde el techo al piso, todos al verme dan sus buenos días y se apresuran a ir a sus puestos de trabajo, la verdad es que la mayoría me tiene miedo, se que tengo un carácter un poco explosivo, pero no es para tanto, prefiero pensar que les parezco intimidante por mi belleza natural, aunque no soy muy alta mido 1.61cm, tengo un largo cabello castaño, unos ojos azules y un cuerpo de infarto, que les puedo decir, me mato haciendo ejercicio para tenerlo así, tiene que tener sus beneficios ¿No creen?, En fin, entro en mi oficina y ya tengo mi café sobre mi escritorio y unas cuantas carpetas por revisar. La mañana se me pasa en eso, son aproximadamente las cuatro de la tarde cuando recibo una llamada de mi secretaria/asistente personal y mejor amiga Fabiana.
-Sam te buscan en la línea 3, el director ejecutivo de la empresa FAT, quieres que te lo pase?- me pregunta, y la verdad es que no tengo muchas ganas de hablar con ese hombre así que, muy cortésmente le digo
--¡Ay no por favor!, Dile que estoy en una reunión, lo que tú quieras, dile que no estoy, lo que se te ocurra primero, voy a salir voy a llevar a Lía a pasear al parque- Fab responde
- O mejor dicho quieres que vea al Malamute del parque?- En su tono puedo notar un poco de picardía, así que solo le digo
-- No, solo quiero que Lía no vaya hacer algún desastre en el apartamento
- Si claro!, Seguro es eso-- pongo mis ojos en blanco, recojo mis cosas y me dispongo a salir de la oficina.
Llegó a mi casa y me pongo ropa de deporte y salgo con Lía a trotar, estoy un poco distraída cuando de repente me doy contra un muro muy duro de músculos y caigo sobre él.
--¡Ay! Disculpe no lo vi..- es lo único que logró decir cuando veo sobre dónde estoy, es el Adonis más hermoso que he visto en mi vida, pero parece que está un poco “muy enojado” y todo el encanto se evapora en cuando abrió su boca-
-¡¡Por Dios eres ciega, que te pasa?, fíjate por dónde caminas la próxima vez!!—me dice, me levanto, lo ayudo a levantarse y me mira con una expresión enojo tremenda
--Disculpe, no fue mi intención chocar contra usted, venía distraída— utilizo mi tono más serio y estoico para que se de cuenta que me molestó mucho su actitud
-Ya no importa, disculpe mi actitud, hoy no ha sido mi día, todo me estás saliendo mal hoy, y para completar no consigo a Apolo —me dice, lo miro con cara interrogante y me dice –mi perro “Apolo” no Tengo ni idea de dónde pueda estar, parece que le gusta una perra en el parque y se me escapa de las manos cada que la ve—
Lo miro y le digo—Seguro que está en la parte cerca del lago, a los perros les gusta esa zona, yo voy hacia allí para buscar a mi cachorra si quieres te puedo guiar a dónde queda—me mira con cara apenada y asiente
--Eres nuevo por aquí?—Le pregunto
–Si, me mudé hace algunos días—me responde
Llegamos cerca del lago y no puedo creer lo que veo, está Lía acostada en el pasto al lado de un hermoso perro de manto negro, miro al tipo a mi lado y esté también los está mirando, así que puedo deducir que ese es su perro, le doy un último vistazo al tipo a mi lado y los dos al mismo tiempo decimos
--¡Lía! --¡Apolo!—
nos miramos las caras y sonreímos, los perro llegan a nuestro lado y me dice –Gracias por ayudarme a encontrar a mi perro— lo dice en un tono muy neutro, así que respondo de la misma manera –
--No hay de que, adiós me tengo que ir—me doy la vuelta para irme cuando de repente me toma del brazo, volteo a verlo y me dice—
-Todavía no sé cuál es tu nombre, mi nombre es Tom—lo miro a la cara a esos ojos verdosos que me producen un cierto escalofrío y respondo—Sam, mi nombre es Sam—me sonríe y me dice—un gusto “Sam”—
Creo que alguien piensa que voy hacer una de sus conquista, que risa, nada más alejado de la realidad, le di un último vistazo y me doy la vuelta para irme a mi apartamento, el se queda en ese sitio un rato más jugando con el “Malamute inmenso” y yo solo me dirijo a casa, si les soy sincera fue un encuentro desconcertante e inquietante, era un hombre muy guapo, es alto con el cabello oscuro, una tez blanca-rosada y unos ojos un tanto raro, son de un color verdoso pero a la vez con unos destellos amarillos, totalmente como un lince, en fin espero no volvérmelo a encontrar, mi vida se encuentra en perfecto orden para desordenado con un desliz, llegó a mi casa me doy una ducha, le doy comida a Lía, me preparo algo para mí, veo un poco de Tele y me voy a dormir, son aproximadamente las 4 de la mañana cuando recibo una llamada,
--Bueno? Dígame?—respondo de manera soñolienta
–¡¡Sam!!, ¡¡Soy Chris Perdón por molestarte se que es tarde o mejor dicho muy temprano, pero tengo un problemita y necesito que me ayudes, estoy detenido, por favor, sácame de aquí!!— Respiro hondo y le pregunto
--Dónde estás?—escucho un “Yes!!” del otro lado y luego me da la dirección, me levanto, me pongo ropa cómoda, me monto en mi Bugatti Divo Color blanco (debo acotar es mi auto preferido) y en 6 minutos ya estoy en la comisaría, llegó al lugar y digo
--Buenas, vengo por Christopher Harrison—la señorita me hace un gesto para que espere un momento, cuando escucho detrás de mí Una voz fría,
–Tu también aquí?—volteo y no puede ser verdad lo que veo, y solo soy capas de decir –Tu!—
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