Tras disipar el sello de la cueva, el guardia y los alumnos entran hasta desaparecer de la vista de los que custodiaban la entrada.
Estando adentro, se mostraba un sitio espeluznante lleno de telarañas y esqueletos de demonios regados por el suelo; las rocas tenían cortes de espada y uno que otro con rastros de explosiones.
—Fíjense donde pisan, este sitio ya fue descubierto por magos de primera clase. «Dice el guardia sosteniendo su lanza con ambas manos»
Los estudiantes caminaban con precaución y Armando estaba en la parte de atrás con su guadaña recargándola en su hombro derecho observando los cadáveres descomponiéndose y emitiendo un olor nauseabundo.
Roberto estaba al frente de sus compañeros mientras que sus amigos cazadores de la espada lo seguían de lado a lado; Blanca con sus ambas manos sostenía su bastón apoyándola en su pecho mostrando su rostro de la preocupación.
Después de haber caminado por varios minutos, llegan a una puerta grande y el guardia lo abre lentamente; para su sorpresa había pequeños grupos de demonios en forma de duendes hasta que uno de ellos miraba al guardia y da un grito agudo alertando a los demás.
—Mierda aquí vienen, ¡ATÁQUENLOS!
Los estudiantes corren hacia ellos y Roberto hace su primer ataque con un corte de espada y bloqueando las estocadas de los duendes mientras que sus compañeros cazadores mataban a cada uno de ellos incrustándoles la espada a los ojos, cuello y estómago.
—¡Muy bien muchachos vamos por los demás! «Dice Roberto de forma orgullosa»
Blanca eleva su bastón convocando bolas de hielo dirigiéndolos a cada uno de los duendes causándole la muerte mientras que los curanderos restauraban la fuerza gastada de los demás.
Rodrigo abre su libro y recita hechizos haciendo aparecer estacas de sangre y al momento de tocar con los duendes, la reacción de la sangre los derrite como si se tratara de un ácido.
—¡Wow esta clase de hechicero es el mejor! «Dice Rodrigo sonriendo»
Armando corta a los duendes imbuyendo aura de oscuridad en la navaja de la guadaña y los convierte en cenizas, después observa que otros duendes se acercaban rápidamente por la espalda de Blanca y dudando de si dejarla morir o no mejor decide cubrirla con un escudo de oscuridad bloqueando los ataques.
Blanca se sorprende por la ayuda de él y pasa directamente a acabar con los duendes lanzando bolas de fuego y después le dice de forma grosera:
—No esperes a que te agradezca solo porque posees ese poder de oscuridad.
En lo que ella se alejaba para ayudar a los demás, Armando aprieta fuertemente su guadaña y frunce el ceño arrepintiéndose de haberla salvado.
El guardia con su experiencia en combate, termina de matar a todos los duendes que quedaron en el área y les dice a los estudiantes:
—¡Bien hecho muchachos, a este paso completaremos el laberinto… tomemos un descanso, coman y duerman!
Haciendo caso a las órdenes del guardia, unos duermen y otros comen con sus compañeros mientras que Armando permanece sentado y alejado de todos; algunos de los estudiantes observan a él apartándose de los demás y comienzan a murmurar entre ellos:
—Mírenlo nada más, se cree la gran cosa solo porque su clase es a base de oscuridad.
—Ni lo digas, le tocó una buena arma y a nosotros un estúpido bardo que solo sirve para curar y potenciar a los demás.
—Ya no digan nada, pensar en eso me da más coraje… ¿Qué tal si le quitamos la guadaña? «Dice Mario con una sonrisa amenazante»
—Va a ser imposible, si tienes éxito en quitárselo se regresará automáticamente. «Responde Mauricio mientras sigue bebiendo agua de una cantimplora»
—Tiene razón, yo intenté deshacerme de este bardo lanzándolo fuera del castillo y, aun así, regresó a mis manos. «Argumenta Diego»
Los tres suspiran y lidian con su arma de curación mientras que Armando logra escuchar los murmullos de los 3 curanderos aumentando más su enojo.
Por otro lado, en el castillo del reino Radaristo, la maestra Laura mantenía su conversación con el rey Kamiltor y le dice:
—Hay una cosa que quiero saber, rey Kamiltor… Habías dicho algo de una marca de la magia del caos, ¿qué significa esa marca?
Manteniendo un silencio incómodo, el rey le responde con seriedad:
—Bueno, supongo que siendo una mujer valquiria te lo podré explicar sin rodeos… la marca de la magia del caos está conformada con una especie de estrella con 8 picos en forma de flechas, varios magos oscuros trataron con esa magia oscura que ni ellos pudieron controlarlo y para su resultado todos fueron absorbidos por un agujero negro.
Laura pone su gran atención y el rey sigue hablando:
—El poder de la magia del caos es mucho más poderosa que la magia que poseemos y no está basada en alguna creencia, moral, falta de moral o dogma en particular… de hecho los demonios están en busca de esa magia del caos para fortificar sus tropas y crear agujeros negros para transportarlos aquí en este mundo.
—¿Y por qué le dijiste ese comentario a mi estudiante que usa la guadaña?
—Porque él es el candidato de portar magia.
—¿A qué se refiere, él va a utilizar esa magia?
—Me temo que sí, él es el probable usuario de la magia del caos, pero para eso necesita hacer un contrato con la misma magia de oscuridad para aumentar sus poderes incluyendo su estabilidad mental y sobre todo, al momento en que tocó la esfera blanca reveló que su corazón está lleno de pura maldad.
—¡Eso no puede ser posible, Armando es un buen chico y lo conozco desde que él era un niño!
—No sé qué decir Laura, pero me temo que eso va a suceder… en caso de qué él llegara a obtener esa magia del caos, todo el mundo hará lo posible por eliminarlo.
Laura mostraba una cara triste y se levanta del asiento diciendo antes de irse:
—No sé cómo funcionará esa clase de magia, pero no puedo dejar que Armando se deje manipular por esa magia y haré todo lo posible para alejarlo de ese peligro.
—¿Aunque tengas que matarlo? «Dice el rey Kamiltor mostrando una mirada seria»
—Sí, aunque lo considero como un hermano tendré que hacerlo.
Laura abandona el sitio y se pone su casco para ir directamente al laberinto donde están sus alumnos.
Por otro lado, el guardia y los estudiantes seguían su camino repeliendo a los demonios hasta el punto de llegar a una entrada donde hay unos árboles secos y varias telarañas en ellos, tras caminar a lo profundo de ese sitio una niebla los rodea y el ambiente se ponía tenso.
—¡Esto es raro, no debería de haber árboles aquí… vigilen sus alrededores! «Dice el guardia en voz baja»
Momento después, se escucha un rugido fuerte por toda el área y los estudiantes se asustaban y sostienen más sus armas, Armando miraba hacia arriba y nota que hay monstruos voladores en el techo.
—¡Cuidado, están arriba!
En cuanto los monstruos voladores aletean sus alas hacia los estudiantes, Armando usa su escudo de oscuridad evitando que pasen y Roberto aprovecha la situación para lanzar un poder mágico.
—¡GOLPE DE ESPADA CORTANTE!
Blanca eleva su bastón y convoca varias bolas de aire lanzándolos causando que los monstruos voladores recibieran miles de cortes con el aire.
Rodrigo convoca miles de estacas de sangre golpeando en el rostro de cada uno de los monstruos y los cazadores aprovechan para rematarlos con fuertes cortes de su espada.
Los arqueros lanzaban flechas triples contra los monstruos que aún seguían volando y los curanderos utilizaban sus habilidades para restaurar la fuerza de los demás.
—¡Oigan esto no está acabando, siguen llegando más y más! «Dice uno de los arqueros Felipe»
—¡Tenemos que salir de aquí, nosotros estamos debilitándonos al conjurar de nuestras habilidades para restaurarles su fuerza!
—¡De acuerdo movámonos hacia la salida, rápido!… ¡Armando sigue protegiéndonos con tu campo de escudo! «Grita el guardia quitando a los monstruos del camino»
Todos corren hacia la salida, pero para su sorpresa se acercaban otros monstruos gigantescos y gordos por el camino de la salida, los demás se detienen y observan que la apariencia de esos monstruos no eran demonios.
—G-guardia de la lanza, esos demonios se ven diferentes… «Dice Roberto mostrando una cara aterrada»
—Debemos correr…
—¿Qué?
—¡CORRAN, NO SON DEMONIOS SON OGROS!
Todos corren para otro lado mientras que Armando seguía manteniendo el escudo y los arqueros seguían disparando contra los monstruos voladores; varios ogros rugen fuertemente y comienzan a perseguir a los demás a mucha velocidad.
Justo antes de que lograran escapar por donde entraron, otros ogros gigantes bloqueaban el camino preparándose para atacar y se detienen los estudiantes con el rostro lleno de miedo.
De repente uno de los ogros se acercaba al guardia de la lanza y lo golpea fuertemente con su mazo fracturándole las costillas lanzándolo a varios metros de distancia, Roberto corre hacia él gritando:
—¡SEÑOR DE LA LANZA!… ¡Mierda esto es malo!
Los demás se reagrupaban y observaban al guardia de la lanza inconsciente y desangrándose, los curanderos trataban de sanarlo, pero debido a mucha conjuración perdieron mucho poder mágico y no lograban sanarlo bien.
—¡Esto no está funcionando! «Dice uno de los curanderos»
—Escuchen todos, tenemos que usar todo de nuestro poder mágico mientras que Armando sigue manipulando ese escudo… hay que irnos de regreso mientras atacamos y los curanderos nos brinden más fuerza.
Tras escuchar la orden de Roberto, Armando se debilitaba al utilizar el escudo por mucho tiempo mientras que todos los monstruos trataban de traspasar el escudo.
—¡D-dense prisa, no aguantaré por mucho tiempo! «Dice Armando con la voz cansada»
—¡RUGIDO DE LEÓN!
Roberto utiliza el rugido para aturdir a los ogros gigantes por un corto de tiempo mientras que Blanca y Rodrigo aumentan sus ataques mágicos para derribar los monstruos voladores y todos aprovechan para escapar rápidamente.
Tras correr algunos metros, los monstruos los persiguen con más rapidez y Armando quien aún sigue manteniendo activo el escudo se queda sin poder mágico y va desapareciendo el escudo poco a poco diciendo:
—¡O-oigan curadores, curadores ya no tengo poder mágico... ayúdenme a restaurarlo!
Sin obtener ayuda de ellos, Armando corre más lento debido a la falta de poder y se queda atrás; los demás siguen corriendo hasta llegar a la entrada donde habían llegado y observan que Armando corre muy lento mientras que los demás monstruos estaban a 2 metros atrás de él.
—¿Qué haremos ahora, lo ayudamos? «Dice Rodrigo»
—No, él ya no puede hacer nada para llegar hasta aquí, debemos irnos antes de que nos maten a todos. «Responde Blanca apartando la mirada»
—¡Destruyan la entrada, rápido! «Dice Roberto mientras da la vuelta»
Los arqueros utilizan flechas explosivas y Blanca aumenta las bolas de fuego apuntando al techo de la entrada mientras que Armando observa y grita:
—¡NOOO QUÉ ESTÁN HACIENDO!
Armando seguía corriendo todo lo que pueda y los demás sin mostrar lástima por él disparan al techo de la entrada causando que varias piedras se desprendieran y cayeran tapando completamente la entrada.
Llegando hasta la entrada bloqueada, Armando golpea las piedras con todas sus fuerzas y entre lágrimas murmuraba mientras volteaba a ver a los monstruos que estaban a punto de matarlo:
—"M-me dejaron solo, me han abandonado como a un perro... realmente son capaces de dejar a una persona morir... no podré hacer nada, este es mi fin"
Armando suelta su guadaña dejándolo caer y cierra los ojos mientras que uno de los ogros lo sostiene y lo termina aplastando con la mano causándole una rápida muerte y por el otro lado, el guardia de la lanza está siendo devorado por 3 de los monstruos voladores.
Laura seguía corriendo casi llegando a la entrada del laberinto y siente una sensación de que algo andaba mal y se detiene murmurando:
—¿Qué fue esa sensación?... no importa, necesito llegar.
Fin del capítulo
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