CAPITULO 3

Ya estaba lista para salir. Tome el bolso, donde tenía una muda de ropa y el contrato.

Baje hacia el garage y saque las bolsas del cuartito que coloque luego en el baúl del auto.

Me senté en el asiento del conductor, me puse la gorra y con una enorme sonrisa maneje hacia mi destino. Amaba estos momentos del día.

Cuando al fin llegué y los vi a todos parados en la puerta esperandome, mi corazón desbordo de felicidad, ellos eran todo lo que estaba bien en mi vida, por lo que valía la pena vivir.

Bajé del auto y vinieron a abrazarme.

- No saben cuanto extrañé sus abrazos.

- ¡Emma! Pensamos que hoy no ibas a venir- me dijo Thomas con su dulce y tierna voz.

- Como no voy a venir a verlos, si yo no estoy con ustedes aunque sea por un segundo me pongo muy triste.

- Que bueno que visniste Emma, hoy te estuvimos esperando a la mañana, como todos los días, ¿por qué no apareciste? - grito Emily desde el fondo.

- Perdón mis niños. Hoy tuve una urgencia que me imposibilito venir, le avise a Amber de que no llegaría. Pero ya estoy acá. Y les traje regalos. ¿Los quieren?

- ¡siiii! - gritaron todos al unísono.

- Eso pensé - y comencé a reir, con esa risa tan fuerte que me caracterizaba.

Bajé las cosas del auto y se las dí.

- Ahora me voy a hablar con Amber un rato. Ya vuelvo.

-Amber, ¿cómo estás?

- Emma, yo ando muy bien y los chicos también. Por suerte está todo tranquilo y nada cambió desde ayer.

- Que bueno. Ya sabes igual, que cualquier cosa que vos y los chicos necesiten me avisas. Hoy mande a depositar más plata a la cuenta y ya pagué la colegiatura de todos. ¿Falta algo más?

- Si, te tengo que pedir si no le traes otra notebook a Edward, esta mañana se le rompió.

- Bueno, me encargo de conseguirle una nueva para esta tarde. ¿Algo más?

- No, eso es todo.

- Ya mañana regresan al colegio ¿no?

- Si, si. La desinfección era solo por hoy.

- Genial. Bueno, mañana vengo temprano como siempre, eso si, desayunaré con ellos, quiero recompensarles la usencia de hoy.

- No hay problema.

- Gracias Amber. Ahora me voy a ir a jugar aunque sea un rato con los chicos.

Me acerque a ellos en el parque trasero de la casa.

- ¿ Quién quiere jugar a la mancha?

- todos- contesto Abigail

- Bueno, entonces empiecen a correr.

Jugamos hasta las 14:30 hs, como cual cenicienta dieron las campanadas para marcharme del lugar aunque no deseaba hacerlo, "¿quién quiere tener responsabilidades en estos momentos?".

Llamé a Anthony para que viniera por mí, estaba muy cansada como para manejar.

Antes me fui a cambiar, porque cuando visito a los chicos uso ropa informal.

Mientras lo hacía, vino Aleli con su osito entre sus brazos, al que bautizó Emma en mi honor, a pedirme que fuera a tomar el té con ella un ratito en nuestro rinconcito particular.

Y así lo hice.

El altillo de la casa, era nuestro rincón, allí pasaba el tiempo con la pequeña Aleli, ella era muy especial para mí, fue la primera en llegar a mi vida.

Luego de un rato bajé a la sala a esperar la llegada de Anthony, todos estabamos ahí contando nuestras aventuras del día.

Desde la puerta sonaron las bocinas del auto.

- Bueno mis niños no tan niños. Me tengo que ir. Asi que como ya saben, Thomas, Alex, Maite, Abigail, Ayla, Daphne, Darla, Edward, Tony, Emily, Ethan, Marcos, Manuel y mi pequeña Aleli extrañenme, porque yo asi lo haré.

- Acá te estaremos esperando, hasta que vuelvas - dijeron todos juntos.

Nunca usabamos la palabra "adiós" entre nosotros para despedirnos, odiaba esa palabra. Por lo tanto nuestra despedidas siempre terminaban con un "extrañenme, porque yo así lo haré" a lo que ellos siempre respondían "Acá te estaremos esperando, hasta que vuelvas".

Los mire una vez mas y me fui. Se me partía el corazón tener que dejarlos.

"Mis pequeños niños. Espero tener la suerte de que pronto se conviertan en mis hijos"

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