LA ERMITAÑA
Alfonsina recogió agua del río intentando no recordar como había llegado a esta situación. El murmullo del agua entre las piedras le brinda una sensación de tranquilidad y sonríe triste recordando que ese fue uno de los motivos por los que eligió comprar la vieja cabaña metida entre la sierra.
Si alguien le hubiera dicho que terminaría viviendo casi como ermitaño, perdida entre las faldas de la Sierra Madre Oriental, nunca lo hubiera creído, ella que siempre fue chica de ciudad, que disfrutaba cantar en restaurantes y bares, que siempre busco vestir a la moda y convivir con la sociedad, ahora se ocultaba de todo y de todos.
Solo iba a la ciudad cuando requería entregar productos que ella producía artesanalmente en el pequeño taller junto a su cabaña y a realizar algunos suministros. Por lo demás, vivía aquí sola rodeada de sus 3 perras y varios gatos. Cuando la gente subía a disfrutar del río en tiempo de calor, visitaban su pequeño taller para comprar algún detalle creado por ella, pero ella procuraba mantenerse lejos de las personas.
Siempre ha dicho y se ha repetido a si misma que el "si hubiera" no existe, así se ha plantado firmemente con los pies sobre la tierra para no volver a soñar, sin embargo, el aroma a madera de los árboles del río, la lluvia cuando cae suave, las frías mañanas de invierno, siguen trayendo a su mente la imagen tan amada del hombre perdido.
Si hubiera sido él más amable, menos duro, más valiente y quizá menos interesado, su historia sería diferente y ella no hubiera sufrido tantas pérdidas.
- Deja de soñar tonta, el "si hubiera" no existe.
Recogiendo de su frente un mechón rebelde que se ha escapado de su cabello recogido.
Junto al taller acondiciono una pequeña cocina abierta, donde prepara sus alimentos diarios, hay un pequeño refrigerador, una barra donde prepara sus alimentos, una pequeña isla con cubierta de madera donde muchas tardes prepara masa para hacer su pan, tortillas de harina o pays en tiempo de calor, que muchos visitantes compran por lo sabrosos que le quedan, junto a la barra donde tiene un fregadero hay un espacio y luego un horno de barro y ladrillo donde cocina a leña dándole a sus productos un sabor diferente, que incluso los guardias que rondan la zona le han comentado mil veces que no tienen comparación con productos elaborados en la zona recreativa que se ubica río abajo.
Tras el taller-cocina y la cabaña se ubica un pequeño huerto, a donde Alfonsina siguiendo su rutina y acompañada por sus perras se dirige para desyerbar y recoger algunas verduras frescas para su comida de hoy.
Esta en ello, cuando escucha el sonido de una camioneta detenerse frente a la cabaña, Imán una de las perras sale corriendo hacia el recién llegado y Alfonsina sonríe dirigiéndose hacia el taller para saludar a una de las pocas personas con las que tiene contacto constante.
- ¡Hola extraño!
De la camioneta negra que ha llegado, desciende José, hombre joven de 30 años de edad, cabello negro ondulado muy corto, moreno claro de 1.80 de alto, viste vaqueros, bota, sombrero y camisa azul, apenas la ve, sonríe con alegría que llega hasta su mirada color miel. Imán brinca a su alrededor pues no olvida que siendo cachorra José la rescato de un canal de aguas negras y la curo para poder así llegar hasta los brazos de Alfonsina.
- ¡Hola extraña! Es día de vacunar a tu "manada", refiriéndose a todos los gatos y las perras de Alfonsina. (acariciando a Imán) quieta cachorra déjame bajar mi maletín. (sacando un maletín y una hielera pequeña de detrás del asiento), vamos Imán. ¿Cómo está hoy la mujer de mis sueños?
- No seas meloso José, que podría ser tu madre. (sonríe), ¿comes conmigo hoy?
- Por eso vine a esta hora, Nina (llamándola por el diminutivo que siempre usa con cariño con ella), no me perdería las comidas de sábado contigo, (guiñándole un ojo de manera coqueta) y claro, sigo esperando que un día me permitas que no solo sean los sábados, sino todos los días de lo que me resta de vida.
- ja, ja, ja, estás loco, hay una gran diferencia de edad entre nosotros, como siempre te digo, podría ser tu mamá y no podría permitirme alejarte de las chicas que podrían darte un hogar y familia. Deja de coquetear y comencemos la vacunación, así más pronto preparo de comer.
Se pusieron manos a la obra, Alfonsina siempre se admiraba de que junto a José hacían un equipo excelente en cuanto a los animales, de hecho al ser José un veterinario experto en fauna silvestre ya había ayudado a Alfonsina en varias ocasiones con animales heridos o atrapados, más al fondo del huerto habían construido juntos un pequeño albergue para casos de animales que necesitarán curarse, o pasar un tiempo lejos, de la vida libre, madres recién paridas y otros casos, ellos aprovechaban para implantar chips, aretes y otras maneras de señalar a quienes quisieran cazar en el área, que ahí era una reserva natural, aunque los cazadores furtivos siempre intentaban introducirse al lugar.
Mientras agarraban a Catzilla el gato más grande de la manada con más de 9 kilos de peso, José observo de reojo a Alfonsina, su figura bien conservada, nadie diría que tiene 44 años, su cabello rojo, sus ojos verdes que siempre se miran tristes, de complexión media con las curvas bien puestas en su sitio, como diría el padre de José si aún viviera, 1.68 de alto, piel nacarada hermosa. No entiende aún por qué está sola, alejada del mundo, pero daría todo por conocer su historia, lograr enamorarla y vivir con ella. Sin embargo, ya estuvo una vez a punto de perder su amistad por insistir en conquistarla así que ahora la observa siempre de reojo, cuida su amistad y sigue esperando por ella.
Catzilla lo rasguña al hallarlo descuidado.
-¡Catzi!, ¡garito malo! (chupándose la sangre del arañazo)
- Déjame ver la herida José, (Alfonsina toma su mano y la lava bajo el chorro de agua de su lavabo) ahora si te pesco profundo mi gatote, te he dicho mil veces que nunca debes descuidarte con él.
- Lo sé, me distrajo el fuego de tu cabello rebelde (toma el mechón que oculta un poco su cara y lo coloca detrás de su oreja, Alfonsina se ruboriza y de manera instintiva se aleja de él).
- Toma (le pasa una gasa) cúrate tu mismo. Haré de comer.
Se aleja de la mesa del taller donde han trabajado con los gatos y mientras él vacuna a Imán, Nut y Milenka, ella prepara la comida, cuando José termina se lava las manos y pone la mesa. Alfonsina sirve un arroz blanco acompañado de filetes de pescado a la parrilla y ensalada, agua fresca de Jamaica y comen mientras José le cuenta como ha estado su semana, las novedades de la ciudad, cuando terminan y mientras él lava los platos, Alfonsina pone café, saca juegos de mesa y mirándolo con cariño dice:
- ¿Pensaste que no te voy a dar postre? (acercándose al horno de barro) pues te equivocas hice tu favorito, pay de nuez, así que, ¿listo para una tarde de juegos?
- (Sonriendo feliz) más que listo, Nina, muy ansioso por devorar ese delicioso pay y jugar Scrabble. Hoy si te voy a ganar.
- Inténtalo, no me molesta.
Se volvieron a sentar a disfrutar de la tarde. Las perras se recortaron junto a ellos a pasar un rato agradable.
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Updated 49 Episodes
Comments
RoseMary
que edad tiene Alfonsina
2023-05-23
0
Virginia Zapata
hoolaa querida Autora espero que esta historia tenga final parece muy interesante 😊🤭😃🥰 gracias ❤️🌹
2022-11-28
2
Virginia Zapata
CC cual sera la historia de mina que sería lo que le sucedió 🤔🤔🤔🤭🥰
2022-11-28
1