capitulo 7

Para que no se den cuenta de que Esteban ha escuchado su conversación retrocede unos pasos de forma sigilosa para que aparente que va llegando hasta donde ellos se encuentran, al recordar la conversación y enterarse de que su doctora favorita no está interesada en su amigo lo hace sonreír

-Doctor que sus placas ya están en su cubículo, perdón pensé que aún estaban aquí

Le dice de forma agitada la enfermera que minutos antes le había enviado a ese lugar

Los tres chicos pasan por su lado y le sonríen, Esteban regresa a su área de trabajo con un semblante de satisfacción indescriptible

Al revisar los resultados analiza que lo propio es hacer una operación, su paciente tiene un soplo en el corazón, es algo que no apremia una urgencia pero si se deja avanzar puede ocasionar muchos problemas así que de inmediato se dirige a la habitación de su paciente y les explica a los familiares la situación, ellos dan su consentimiento para realizar el procedimiento, habla a quirófano y programa todo

-Hoy no había podido saludar a mi colega y mejor amigo

Le dice Roberto al entrar a su cubículo, Esteban es tan ordenado que el pequeño espacio de ve amplió

-He estado muy ocupado, tengo que hacer una operación en un par de horas y estoy terminando de preparar todos los documentos necesarios

Dice el doctor sin apartar la mirada del expediente que tiene en sus manos

-Todo va a salir bien, eres el mejor en tu área

Le reconoce su amigo, y así es, él es unos de lo cardiocirujanos más reconocidos

-Eso ya lo sé

Lo dice de forma muy arrogante

-¿Y tú qué tal va tu día?

Le cuenta de la familia accidentada y que estuvo muy cerca del equipo de la doctora Mejía

-Está una chica muy hermosa con ella

Sonríe al recordar el bello rostro de esa bella mujer, lo que a Esteban le incomoda, bien sabe que se refiere a la doctora Regina

-Sí, es la misma chica con la que choqué

Contesta el moreno, no dice nada más, quiere saber ¿qué? piensa su amigo de esa mujer, antes de revelarle sus intenciones

-Tienes razón es muy bonita, pero muy arrogante

Lo dice con un dejé de fastidio, no es que Regina sea arrogante, sólo que no le interesa entablar algún tipo de amistad con él

-Jajaja y eso ¿porque lo dices?, No creo que haya alguien más arrogante que tú

Se burla Esteban, para él su amigo es el ser más arrogante y narcisista que puede existir

-Creeme ella lo es, mira qué tuvo la osadía de ignorarme todo el tiempo

La amarga queja del doctor más asediado por las mujeres lo deja con la intriga y con un poco de tranquilidad por el desinterés de Regina por él

-Me lo tienes que contar todo con detalles, pero ahora te tengo que dejar, te veo después

Se despide de él, de forma divertida se imagina la reacción de su amigo ante la indiferencia de la doctora

Los dos amigos se encuentran en la barra de un bar conversando sobre lo acontecido el día anterior, Roberto aún no supera el trauma que le ha dejado el rechazo de esa bella mujer

-Jajaja, acéptalo te rechazó y no puedes hacer nada

Esteban no ha dejado de burlarse de la desdicha de su amigo, lo hizo enfadar más cuando le contó cómo se comportó con él y que hasta un beso en la mejilla le dió, enterarse de eso hizo que su estómago se revolviera, ¿cómo es posible tal cosa?

-Eso no va a poder ser, hasta el momento ninguna mujer me ha rechazado y ella no va a ser la primera

-¿Y qué vas a hacer para conseguir que por lo menos te dirija la palabra?, Digo no se ha comportado contigo como lo hizo conmigo

-No lo sé pero algo se me ocurrirá, te aseguro de que voy a conseguir que esté en mi cama

Dice Roberto con mucha seguridad, bebiendo hasta el fondo el líquido ámbar que tiene en su vaso

-Mejor dejala en paz, yo estoy interesado en ella de buena manera, no como tú qué la quieres para solo una noche

Esteban, nunca había visto a su amigo tan desesperado

-Eso no va a poder ser, antes la bajo de esa nube en la que viaja y la hago mía, ya después puedes formar la familia que tanto deseas con ella.

-Jajaja, no creas que te la voy a poner fácil, voy a hacer todo lo posible por conquistarla, esa mujer va a estar en mi cama, eso te lo puedo apostar

-¿Apostar?

-Sí, te apuesto lo que quieras a qué esa mujer va a ser mía, como que me dejó de llamar Roberto Castrejón

Se pierde viendo un punto fijo y se imagina a esa mujer enredada entre sus brazos, llenando de besos su cuerpo

-No apuestes, eso no es de caballeros,

Esteban reconoce esa mirada y sabe que nada bueno pueda salir de todo esto, es arriesgar a la mujer que le interesa y la amistad con el hombre que tiene frente a él

-Lo soy, pero esta vez se me va a olvidar, te apuesto mi moto a qué va a estar en mi cama

Sigue insistiendo, en su vocabulario no existe la palabra rendición y nunca existirá

-Esta ocasión te voy a rechazar la apuesta, aunque sea muy tentadora

Esteban no quiero dar algún motivo que Roberto pueda utilizar en su contra

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