La cena

Había terminado de ordenar la habitación, y solo me quedé sentada en mi enorme cama pensando en lo que sería la primera noche de mi vida.

Suena loco no!!! con casi 16 años y estoy considerando está noche como la primera gran noche de mi vida.

Tengo mi mente totalmente aislada de la realidad que viví durante años, no asimiló lo que está por venir, me pongo de pie en un ágil movimiento y como si no supiera ya que es lo que tengo en mi equipaje lo vuelvo a revisar y miro cada conjunto nada elegante que tengo guardado, cuando en eso entra mamá ala habitación. – Que haces mi vida? –me espanto tanto que termine soltando la prenda de mis manos.

– Mamá me asustaste!!!– puse mis manos en el pecho y respire un poco.

– Perdón mi vida, solo venía a hablarte para almorzar juntas, veo que te levantaste pronto y as ordenado tu habitación. Deviste dormir más son tus primeras vacaciones fueron de ese feo lugar tienes que relajarte, tampoco deviste limpiar en un rato más vendría la chica de la limpieza a hacerlo.

– Oh!!! es que es mi rutina del Internado, nos levantamos temprano ordenamos, nos duchamos y luego empieza nuestro día.

– Mi vida, vasta de eso, aquí déjate consentir, no nesecitas hacer nada, solo pasa tiempo conmigo tu madre.

– Bien, probaré eso mañana por qué hoy es muy tarde para eso– intenté ser amable, también la abrace quería ser cariñosa con ella, al fin de cuentas es mi madre la mujer que me dio a luz.

– Mi pequeña ese fue el abrazo más bonito que eh recibido en años.

– Yo.. yo lo ciento solo quería sentir un poco de tu amor de madre y que tú cintieras el mío.

– Fue hermoso hija, podemos hacerlo de nuevo.

Hacerlo de nuevo, no!!! cómo le decía que no, que es incomodo para mí el contacto físico con ella. – Eh tal vez después, dijiste que vamos a almorzar no? pues vamos.

Empecé a andar y a hacer preguntas no por qué me importaran las respuestas si no por qué quería acabar con la incomodidad del momento. – Tu marido nos acompañará?

– No, Mauricio sale muy temprano a su trabajo no volverá asta la noche un poco antes de la cena.

– Bien, entonces estaremos solas en casa.

– Si, bueno si gustas podemos salir de compras, o a qué conozcas la ciudad.

– No realmente solo quiero descansar un poco antes de que venga su familia.

Asintió y nos contamos en el gran comedor, todo el desayuno fue silencioso intento entablar una conversación pero no pude, es que a eso estaba yo acostumbrada a comer en total silencio, en el internado no nos permitían hablar mientras consumimos los alimentos.

Entonces todo fue total silencio. Después de eso me puse de pie y me fuí ala habitación, de hay no salí en todo el nefasto día cada cuanto revisaba la hora en mi reloj y veía que las horas avanzaban rápidamente y era lo que yo menos quería que se llegará la noche, en un breve rato eran las 4 de la tarde, solo en un cerrar de ojos me quedé completamente dormida.

Isabella, Isabella abre la puerta se está haciendo tardé, Isabella estás ahí, Isabella que pasa, son las 7 y cuarto.

Los gritos de mamá detrás de la puerta interrumpieron mi delicioso sueño. – Que pasa madre? ya voy.

Abrí la puerta un poco adormilada, frotando mis ojos entonces vi a mamá ya duchada frente a mi.

– Mamá, perdón me quedé dormida.

– Lo sé!! pero mira que hora es alas 8 estarán aquí todos para la cena, Mauricio acaba de llegar se está duchando.

– Bien mamá, puedes ir a terminar de arreglarte yo también me voy a duchar.

Como pude quedarme dormida, nisiquiera tuve tiempo de ver qué era lo que voy a usar, daba igual todo lo que traía era lo mismo y parecido, unos cuantos conjuntos deportivos, tenis, algunos jeans desgastados nada formal.

Me fui ala ducha, al salir a pesar de lo retrasada que estaba me tiré sobre la enorme cama envuelta en una sola toalla.

– Hija estás lista – ahí estaba mamá entrando a mi habitación lista con hermoso vestido pegado a su perfecta figura y su pelo ondulado, realmente era hermosa yo no me comparaba nada con ella.

– Mamá, eh no estaba a punto de vestirme. solo está esperando que el agua se secará de mi cuerpo.

– Bueno está bien, date prisa la hija de Mauricio a llegado con sus bebés, no deven de tardar Alessandro y Demián.

– Bien madre ve atenderla yo solo me voy a vestir.

Joder, esa mujer deve estar igual de elegante que mi madre, o incluso más. Pero por qué me preocupo yo no quiero ser como ellas yo solo quiero ser yo, la chica del internado una chica casual, entonces tomé los jeans negros un poco rasgados una simple sudadera y los puse sobre mi ropa interior.

Cepille mi cabello, coloque crema y loción en mi cuerpo y no muy convencida cruce la puerta de la habitación asta la sala.

– Hija as salido por fin!!! ven te voy a presentar a Irína. – La enorme sonrrisa de mamá al llamarme y mi mirada solo estaba en la chica sentada en el gran sofá dando la espalda a las habitaciones. Caminé al frente y saludé un poco tímida no esperaba que la chica frente a mi fuera tan .... tan hermosa y nada para nada a lo que mi cabeza maquinaba.

– Hola, tu eres Isabella, valla eres hermosa igual que tú madre, moría de ganas por conocerte. – muy amable, y carismática, es hermosa y era igual que yo solo tenía unos simples jeans de mezclilla y un simple top su conjunto acompañado por un par de tenis y su hermosa cabellera negra callendo por toda su espalda, una hermosa y joven mujer.

– Si soy Isabella y gracias, tu también eres muy hermosa...

– Irína mi nombre es Irína.

– Irína, gracias también eres muy joven.

– 23 años, y tú estás por cumplir 16 cierto.

– Sí.

– Genial, siempre quise tener una hermana pequeña con la cual hablar de moda chicos y esas cosas, pero as llegado un poco tarde para el segundo tema an robado mi corazón y ya no puedo ser infiel a mi marido ni con el pensamiento. – sonrrio dejando ver su hermosa dentadura blanca, pero lo que más me impactaba de ella eran esos hermosos ojos azul profundo, de verdad era hermosa.

De pronto un llanto nos interrumpió y llamo mi atención era el llanto de bebes, ella camino asta ellos y cargó una pequeñita bebé de rosa.

– Son tus bebés?

– Así es mis 3 hombrecitos y mi pequeña princesa. Además sabes cómo se llama la pequeña?

– Cómo?

– Isabella, como tú y como mi madre.

– Tu madre se llamaba Isabella.

– Si!! por eso le llamamos Isabella a mi pequeña, bueno y su mellizo se llama Crhistian, y los otros dos bebés también son mellizos son los más pequeños se llama Demián el de ojos negros y el ojos azules se llama Mauricio.

– No puedo creer que tengas 4 hijos eres muy joven además estás super conservada.

– Aaww gracias.

Después de un rato más ya había cargado a casa uno de los bebés, habíamos estado conversando todos juntos, bueno los que estábamos por qué aún faltaba que llegara el Alessandro y Demián, creo que esos eran sus nombres.

– Hija estás segura de que estos dos estarían juntos ya se están tardando. – dijo Mauricio a Irína al ver lo tardé que ya se estaba haciendo.

– Si papá, Demián ocupaba una asesoría de Alessandro en un caso, dijo que vendrían juntos.

Pues se están tardando, creo que mejor vamos al comedor nosotros, no dudo que estén en algún bar bebiendo y se olvidaron de la cena.

– Oh vamos papi, sabes que Demian no sería capaz, pero Alessandro no dudo ni un poco de que así lo aga.

Pues bien ya estábamos en el comedor la cena se estaba sirviendo, reíamos todos con algunas platicas sin sentido, nada de esto era como mi cabeza lo había imaginado era lo contrario un ambiente muy agradable a decir verdad.

Luego de que se había terminado de servir la cena , por la entrada del comedor entraron ellos, dos apuesto hombres de traje ambos de pelo negro brillante, uno de ojos negros y otro de ojos azules como los de Irína.

Ambos se veian serios y arrogantes vestían traje negro perfectamente entallado y zapatos lustrosos, pelo perfectamente peinado.

– Buenas noches a todos perdón por la tardanza, hubiéramos llegado antes pero aquí mi cuñadito se quiso parar a cómprale flores a mi hermanita.

– Está bien, hijo tomen haciento, ahora mismo voy a ordenar que les sirvan la cena.

Pero antes Demián Alessandro vengan hija ponte de pie, ven.

Caminé asta ellos, nerviosa claro, pues me sentía tan pequeña frente a ellos.

– Ella es mi hija Isabella.

mucho gusto!!!

Isabella bienvenida.

Respondió el de ojos azules, mientras que el otro que al parecer era el esposo de Irína nisiquiera me noto, solo fue i tomó haciento junto a ella y la besó.

Ya todos estábamos cenando, era mucho más incómodo el momento desde que llegaron ellos, pero fue mejorando al ver que nisiquiera me prestaban atención a mi, pareció mas una cena de negocios era de lo único que hablaban.

Luego de un rato se fueron Irína y su marido, junto con los bebés, se notaba la prisa que traían por irse pues más de una vez note al hombre metiendo su mano por debajo de la mesa para tocar las piernas a Irína y ella lo disfrutaba se le notaba, y eso que yo nunca había experimentado algo así.

En fin por último se fue el otro hombre que tampoco se despidió, valla que son muy arrogantes estos hombres.

Bien llegó la hora de dormir, me levanté de la mesa y fui a mi habitación a dormir, esperaría el siguiente día tal vez uno mejor o peor que el otro.

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