Capitulo XlV

Recuerdo

En una  hermosa habitación se encontraba una niña pequeña de dos  años se encontraba llorando sus pequeñas manos estaban en sus ojos mientras secaba sus lágrimas de sus hermosos ojos, llevaba una ropa de color celeste cielo con una pequeña corona de hielo. Se escuchó como alguien habría la puerta y de ella entraba una pequeña niña de 4 años entraba en ella.

Deberías de dejar de llorar - Decía una voz seria mientras miraba a la pequeña niña de dos años que lloraba en su cama.

Záishéng - No puedo eres mala conmigo me dijiste tonta y me hablaste muy feo , eres mala - Decía la pequeña princesa entre llorosos.

- En este mundo habrá personas peores que yo, yo soy tu hermana, pero afuera encontraras personas que no tendrán piedad y serán crueles tal vez no te lastimen físicamente, pero si emocionalmente yo te dije eso para que aprendas a no mostrar debilidad ante nadie, todavía queda mucho tiempo para entrenar nunca olvides que yo también te quiero eres mi hermana menor a pesar de que no lo muestre, siempre te protegeré no importa si es en silencio .

  Záishéng - Si hermana buenas noches

- Buenas noches a ti también.

Actualidad

  Záishéng - Que ha pasado hermana no recuerdas tu promesa, no importa averiguaré que te ha pasado no importa cuando daños me hagas por querer acercarte quiero a mi hermana de vuelta y haré todo lo posible para volver a los viejos tiempos .  Todo ha cambiado deseo recordar que paso en la batalla quien fue la persona que me quería muerta y porque era esa su razón por que yo quien es la persona que mando a matarme tantas preguntas y dudas que no puedo responder por mi perdida de memoria.

Con tantas preguntas en la mente la princesa se durmió con tantas dudas que tal vez en un futuro pueda resolver para bien o para mal.

Narro Yo 

la princesa Záishéng se encontraban durmiendo tranquilamente hasta que su sueño fue interrumpido por su sonido en la puerta de su habitación Toc toc toc, al escuchar el sonido la princesa se levantó.

¿Sirvienta - Princesa?

Záishéng - Diga

sirvienta - Princesa debe bajar a desayunar con sus majestades.

Záishéng - muchas gracias por el dato, ahorita bajo.

Sirvienta - Como usted diga princesa - La joven se retiró dejando a su princesa vestirse.

Záishéng - Hay que dolor, me duele la herida, será mejor que me cambié .

Al terminar de cambiarse se miraba a la princesa con un vestido no tan largo que le llegaba hasta los tobillos, de color celeste suave, portaba una linda tiara en su hermoso cabello, este estaba trenzado en dos colas que caían por la espalda de la princesa acompañada de unos hermosos listones de color rosado suave, unos pequeños tacones acompañan su vestido. La princesa se miraba en el espejo, dio una vuelta y sonrió.

Záishéng - Estoy linda, ahora a desayunar - sonrió al espejo.

La princesa salió de su habitación, bajo las escaleras y camino por los pasillos, mientras admiraba los cambios que había en el castillo por el pasar del tiempo, al caminar por los pasillos se encontró con un retracto que ella no recordaba haber posado para el pintado, en ese cuadro se mostraba a los jóvenes príncipes con unos bellos atuendos cada uno portaba su corona, los rostros de los jóvenes mostraba alegría, la mirada de la princesa se posó en una princesa aquella niña que sonreía en el retracto, era ella portaba una hermosa sonrisa llevaba un bello vestido de color rosa suave con una hermosa tiara en su cabeza que hacían brillar sus hermosos ojos, después su vista se posó en aquella princesa que a pesar de no tener una sonrisa en su rostro, sus ojos mostraban brillo aquel brillo que no vio cuando miro a su hermana mayor, aquel hermoso resplandor que perdió su hermana con el pasar de los tiempos, ese brillo que extrañaba que lo hacía sentir protegida, pero ahora los ojos de aquella hermana mostraba frialdad, estaba vacío, sus ojos ya no brillaban solo mostraba una gran frialdad en ella. Al mirar ese retrato su cabeza me empezó a doler.

Záishéng - duele d uele, hay ...

Una joven sirvienta que pasaba por los pasillos miro a su princesa y al mirar como se encontraba corrió hasta ella.

¿Sirvienta - princesa se encuentra bien?

Záishéng - Me duele, d uele 

sirvienta - Majestad que le duele - preguntaba la joven desesperada.

Záishéng - L a cabeza me d ueke, due…

La princesa se desmayó del dolor que sentía, le dolía, sentía que se moría, escuchaba pequeñas voces de su cabeza. 

No lo hagas 

por favor, te lo ruego 

nunca lo olvidaré 

No importa lo que hagas 

Lo prometo 

Por siempre 

Por siempre fue la última voz que escucho antes de cerrar sus ojos y caer en brazos en la joven sirvienta que asustada gritaba.

Sirvienta - majestad despierte, MAJESTAD, AYUDA POR Favor, Majestad despierte.

Una horas después

La princesa Záishéng se encontraba en su habitación recostada , a su delante estaba su padre el rey del hielo hablando con su hija .

 Záishéng - Me dolió la cabeza y después todo se volvió oscuro .

Rey del hielo - No es nada grave hija, el doctor dijo que es por tu perdida de memoria.

Esos ojos se parecen tanto a los de mi hermana, pero porque razón me borraron la memoria, quien fue el que hizo esto.

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