El día siguiente me levanté sumamente preocupada, ya que no sentí la llegada de Douglas, ese sinvergüenza no llego a dormir definitivamente, pero es que me va a escuchar.
Me ducho y arreglo, voy a la cocina donde está reina peleando con Fer por hacer el desayuno.
—Buen día— les digo para llamar su atención, puesto que llevo rato aquí y no me han visto.
—Buen día— dicen al unísono.
—¿Y esa pelea de chiquillas?—le digo mirando a ambas.
Las dos bajan la mirada como si las regañara.
—Es que está cría, no me deja hacer el desayuno, —se defiende reina.
—A Douglas le gusta que le haga su comida.
—¡Douglas un carajo! —digo con molestia que la chica da un salto en su lugar. —Deja trabajar a Reina que para eso está aquí, Douglas que se aguante.
Reina pone cara de victoriosa y le quita algo que Fer tiene en sus manos.
—¿Douglas llegó? —me dirijo a la chica, niega de inmediato.—ok debo irme, reina me avisas cuando aparezca ese muchacho.
—Como ordene, señora, ¿No va a desayunar?
—Ya no tengo tiempo en el salón como algo.
Salgo directo al salón pensando dónde carajos está y con quien.
A media mañana me avisan que Douglas ya llegó.
Por lo que quedó pendiente para hablar con él.
También recibo un mensaje de Lucía invitándome a comer en su casa, lo cual acepto de inmediato.
El día avanza sin mayor contratiempo, atendiendo los citas programadas.
Llegó la hora de irme a casa o mejor dicho a casa de Lucía.
Subo a mi auto, pero por alguna razón no encendió.
Llamo a un taxi para no esperar mucho.
Llegó a la casa de mi amiga que luce espectacular como siempre.
—Kat, pasa por favor.
—A que se debe está cena amiga hoy lunes—me extraña, claro uno hace cena a diario, pero es raro que ellos lo hagan hoy.
—Bueno, amiga, es en disculpa por lo que pasó el otro día es tu casa, ya sabes Rodrigo, es demasiado correcto, y no le gustan las cosas mal hechas.
Así que todo esto es idea de él, me adentro en la casa detrás de ella, tanto Rodrigo como Rodolfo se levantan para saludarme.
—Buenas noches, señora Katrina— saluda Rodolfo muy amable con un beso en mi mejilla.
—Hola Katrina—me dice Rodrigo mirándome a los ojos, tomando mi mano y dejando un beso en ella.
Siento el peso de la mirada de la chica, así que aparto la mano de inmediato, pero les cuento un secreto, ese gesto tan invasivo, lo digo por su mirada penetrante, hizo que me diera calor.
****************
Estoy en mi oficina y no puedo dejar de leer los mensajes que me envió Katrina joder que esa mujer me pone mal muy mal, tan solo con un maldito mensaje anoche estuve a punto de ir a su casa y trepar por su ventana solo para robarle un beso, como si de una princesa se tratará.
Se me ocurre una idea, llamo a mamá con fingida vergüenza para proponer una cena de disculpas por lo que sucedió ese día, ella como siempre tan bella, por eso la amo tanto, por qué me ayuda sin saber, dijo que se iba a encargar de todo.
Espere que el día pasará, en la tarde le escribí a Douglas para que fuera a la casa, claro obvio no quería que fuera, agradecí cuando me dijo que no porque se había ido con la rubia.
Nunca va a cambiar pobre Fer no la respeta para nada.
Bueno ella ya se dejó pisar, lo que me hace recordar a Mariana no hable con ella, anoche no quiero que se sienta importante y mucho menos que va a lograr que mi mamá influencie sobre mí para volver con ella.
El día de trabajo transcurrió lento, diría yo o a lo mejor será la ansiedad de lo que haré está noche, lo que me tiene así.
Llegó a mi casa, me doy un baño, sé que ella no llegará todavía, así que me doy mi tiempo, me coloco el perfume y me visto bastante casual, jeans negros con una musculosa blanca que muestra todos mis músculos, me miro al espejo y me siento listo para verla, o mejor dicho para que ella me vea a mí.
Estamos todos en el recibidor esperando solo por ella, miro mi reloj y creo se ha tardado un poco, Mariana con su antipática forma de ser, sugiere que ella no vendrá que mejor cenemos.
—No opines—Le digo, verdaderamente molesto, quien se cree para meterse.
Mi madre me da una mirada de pocos amigos y en ese momento tocan el timbre, sé que es ella por el golpeteo de mi corazón.
Ella entra detrás de mi mamá con una hermosa sonrisa, así bella como es ella, tan fresca, tan, tan hermosa, no tengo ni palabras para describir a esa mujer que todos los días anda de punta en blanco como si anduviera en una pasarela.
Dejo que Rodolfo la saludé por qué se me adelantó, pero está noche pretendo hacer que ella se dé cuenta de lo que siento, sea como sea así se lo tenga que susurrar al oído, bueno esa no sería mala idea, es más esa idea me encanta.
Sin dejar de mirarla a los ojos le doy un beso en los nudillos de sus dedos, juro que la sentí estremecer, o solo serán las ganas que tengo que eso sea así.
Nos sentamos a conversar de trivialidades, Mariana se levanta y se sienta a mi lado metiendo un brazo por debajo del mío, la ignoro totalmente para no arruinar la noche, porque tengo ganas es de decirle algo, los ojos de Katrina se mueven al mismo tiempo que Mariana lo hace, la veo sonreír por lo bajo, pero claro eso me demuestra que está decepcionada.
No les voy a negar que esa expresión me gustó mucho, ¿Serán celos los que vi? ¿Estaría mal que utilice a Mariana para darle celos? Así se da cuenta de que le importo, bueno vale la pena intentar.
Pasamos a cenar y me porté muy caballero con Mariana de sobre manera, sé que esto le va a crear falsas ilusiones, pero ya me encargaré de eso mientras tanto solo quiero resultados.
Nos sentamos a comer y de reojo la veo incómoda cuando Mariana susurra cualquier estupidez en mi oído, yo solo le sonrió por qué no tengo ni idea de lo que me habla, mi mamá parlotea toda la cena con Katrina, Rodolfo solos nos mira divertido, termina la cena en santa paz, es más todo va muy bien hasta que Mariana quiere marcar territorio, besándome delante de todos.
—Aún estoy molesto, más tarde hablamos— susurro en su oído evitando que lo haga.
Cuando me giro ahí están los bellos ojos de la mujer que me pone tonto mirándonos sin parpadear, daría lo que sea por saber qué pasa por esa linda cabecita.
—Debo irme —dice sin dejar de mirar hacia nosotros, eso me hizo poner nervioso e incómodo.
—Lucia puedes llamar un taxi.
—¿Y tu carro, amiga? —le pregunta mi mamá.
—No lo sé, no quiso prender. —dice encogiéndose de hombros.
—Como te vas a ir en taxi—le dice mi mamá, pero antes que ella ofrezca a su chófer, me levanto del asiento.
—Yo, te llevo—Todos incluyéndola a ella me miran.
—No se preocupen, me voy en taxi—Dice apenada.
—De ninguna manera yo te llevo—Insisto.
—Es mejor que Rodrigo te lleve—me ayuda mi madre.
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Comments
Margarita 12345 Gongora
Será q. La mamá ya sabe q su hijo esta enamorado de la amiga
2025-04-11
1
Margarita 12345 Gongora
/Heart/
2025-04-11
0
Lita Wellington
Ya te estabas tardando cariño
2024-02-08
2