Isabella quiere ayudarlo, pero está paralizada de miedo. Daniel se siente mareado por la fuerza de los golpes, tanto así que está viendo borroso.
Los golpes le causan una pequeña cortada en el pómulo y dejan sus dientes cubiertos de sangre, tanto que Daniel ya no distingue formas ni nada por el estilo, su vista estaba totalmente borrosa. Por un momento pensó que moriría, pero entonces el atacante se detuvo. Ya no estaba sintiendo sus golpes, ¿qué lo había detenido? Daniel supuso que tal vez había muerto y por eso ya no sentía dolor.
Pero no, el atacante desenfundar una espada que traía en su espalda, Isabella ve como el atacante pone su pie en el pecho de Daniel y levanta su espada listo para cortarle la cabeza.
Daniel comienza a ver mejor; ve la silueta de su atacante sobre él, Daniel cierra sus ojos un instante y escucha un grito.
Isabella había saltado sobre él desde atrás para sujetarlo del cuello, ella estaba intentando someterlo con la llave del mataleón, Isabella estaba sujetando bastante fuerte el mataleón y tenía sus piernas bien aferradas a la cintura de su atacante.
Su atacante comienza a quedarse sin aire, Isabella no afloja el agarre se sujeta bien fuerte.
-¡Cae! ¡Cae!. -Grita Isabella aplicando el mataleón mientras su atacante comienza a tambalearse, pero en lugar de caer corre hacia atrás chocando la espalda de Isabella contra la pared, como Isabella ya tenía adolorido su lado derecho por los golpes en sus costillas terminó soltándolo.
Daniel estaba muy confundido; no sabía cómo era posible todo lo que estaba sucediendo. De algo estaba seguro; él no era Roberto, Isabela quiere levantarse, pero al intentarlo se cae al suelo por el dolor en sus costillas.
El atacante se para frente a ella con su espada, al ver que levantó su espada para atacar Isabella Daniel intenta desesperadamente ponerse de pie. El dolor que sentía era tal que necesito ayudarse con la pared no solo para levantarse si no que necesitaba sujetarse de la pared para mantenerse en pie y no caer. Por más que no quisiera ni siquiera pensarlo la verdad es que si intentará acercarse o correr solo conseguirá caer al suelo.
-No, no, por favor. -Súplica Isabella mientras sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas.
-¡Déjala! Es a mí a quien quieres! -Le grita Daniel al atacante al ver que no podría datenerlo.
Roberto se voltea a ver a Daniel y se queda de pie un instante observando.
-¡Si, estúpido! ¡Es a mí a quien quieres! -Le grita Daniel mientras cae de nuevo al suelo al intentar dar un paso hacia el. -¡Ven por mí!
El atacante corre hacia Daniel para matarlo con su espada, entonces él toma una de las patas de la mesa y lo usa para bloquear el golpe de la espada.
La espada corta la pata de la mesa en dos, pero no llega a cortar a Daniel, al ver el temor en su rostro Roberto sonríe mientras le apunta en el cuello con su espada, entonces Daniel suelta los pedazos de la pata de la mesa.
-¡Ni siquiera lo pienses! -Le dice Isabella al atacante mientras se arrastra hacia ellos.
El atacante ignora a Isabella y se prepara para cortarle la cabeza a Daniel.
-No! -Grita Isabella.
Ambos están está exhaustos s Daniel no le queda fuerza para quitárselo de encima y está muy adolorido, aunque por alguna razón la fuerza del atacante iba disminuyendo aún sus golpes eran devastadores.
Daniel siente que no tiene opción, no hay nada que pueda hacer así que cierra sus ojos fuerte y temeroso se prepara para el fin.
-¡Ya basta!
Daniel abre sus ojos al escuchar una voz familiar, era Mateo Alvarez quien estaba apuntando a Roberto a la cabeza.
-Mateo! -Dice Daniel sonriendo aliviado.
-¡Tira esa espada! ¡Ahora! -Le grita Mateo al atacante mientras le apunta a la cabeza.
El atacante se transporta una vez más, esta vez reaparece detrás de Mateo y lo sujeta desde atrás sosteniendo el brazo para que no pudiera disparar.
Mateo intenta liberarse, pero el atacante se teletransporta llevandose a Mateo con él. Ambos se desvanecieron con el destello blanco dejando solo una ligera nube de humo que se desvaneció.
Daniel se pone de pie y tambaleándose camina hacia Isabella para ayudarla a ponerse de pie con dificultad. Isabella intenta pararse derecha, pero el dolor le impide hacerlo por lo que se encorva levemente.
-Se llevó a Mateo -Le pregunta Isabella a Daniel.
-¿Que fue lo que pasó? Exclamó Daniel confundido.
Isabella se apoya en la pared y suspira exhausta, ambos estaban muy lastimados y adoloridos por lo que lo principal era tratar sus heridas para luego intentar comprender que era lo que había pasado para ayudar a Mateo.
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