Hoy comienzo las clases particulares con Erika, decidida a que mi niña supere la fase del garabateo y se nivele con sus compañeros. He decidido apoyarme en el dibujo, es lo que a ella mas le gusta, además recibiré un dinero extra que en verdad necesito, ojala pueda comprarme el libro de cálculo. Después de mi jornada laboral y almorzar me decido a llegar a la residencia de Erika, ubicada en uno de los mejores y exclusivos barrios residenciales de la ciudad, es una gran casa de 2 pisos , que digo casa es una mansión , un hermoso jardín , muchas habitaciones, un amplia sala y un confortable y amplio estudio, la verdad no sé qué más hay en ella, solo describo lo que puedo observar, por donde observo hay lujo, elegancia ; sin embargo lo que más me llamo la atención era que era un hogar, irradia ser acogedora y de un muy buen gusto, pero no vine acá a chismorrear.
Me recibe la señora Milena con un beso en la mejilla y unas buenas tardes y me lleva al estudio para disponerse a llamar a Erika. Después de trabajar con la niña, quien ha disfrutado su clase más que de costumbre, nos la pasamos dibujando, coloreando y asociando esos dibujos fonemas y grafemas.
Me dispongo a salir de allí cuando ingresa en el estudio un atlético y guapo joven de unos veinte tantos años, con unos hermosos ojos azules que resaltan el color de su tez trigueña y mientras quedo inmóvil sin saber cómo reaccionar, Erika corre y se le lanza a sus brazos.
Mientras tiene entre sus brazos a la niña, el me observa de arriba abajo como un animal raro y se me acerca. La niña le dice – “Mario ella es mi seño Lise, seño él es mi hermano favorito en todo el mundo Mario”.
- “Mucho gusto” le digo y él me extiende su mano y me dice – “Mario Carvajal”. Como ya he terminado la clase por el día de hoy, me retiro.
Al salir de allí me decido a caminar, aún es temprano para las clases de la noche y la universidad está como a 10 manzanas de allí, pero no importa, el ejercicio es bueno.
Cuando ya había avanzado varias calles, escucho el pito de un automóvil detrás mío y al dirigir mi mirada hacia el sitio de donde creo se origina el sonido, veo al hermano de Erika en un Lamborghini o eso creo, pero que auto , oh Dios quede un poco fuera de base, cuando su voz ronca, me dice – “hacia donde te diriges”, le respondí – “a la universidad” .Estaciona el automóvil a un lado de la acera y se ofrece a darme un aventón, lo cual agradezco, pero niego gentilmente. Él se despide y se retira.
Unas horas más tardes, en el salón de clases me hallo distraída y esta vez es Luis quien aprovecha y me da un codazo, - “Tierra llamando a Martes. El profe te va a cachar”.
Creo que hoy ha sido un día extraño, fui a una mansión, conocí un hombre sacado de revista que primero me trato seco y después me sigue en su lujoso automóvil y propone traerme a la universidad y porque si fuera poco hoy sumo un día más de mi vida con mi corazón latiendo lento, con desgano, a tal punto que me sorprendo al darme cuenta que unas furtivas lágrimas silenciosas y traviesas enjuagan mis mejillas.
Pero al final de la noche tomo la decisión de dejar de pensar en ese hombre, que en tampoco tiempo revoluciono mi mundo,
Llego un nuevo día y con el crecen mis expectativas, a eso de las 6:15 empiezan a llegar mis niños, los cuales recibo, pero hoy hay algo en particular que me llama la atención, en menos de 24 horas he visto a Mario Carvajal 3 veces, hoy fue quien por primera vez trae a Erika al colegio.
- “Buenos días Erika” y ella me dice – “Buenos días seño Lizy” y me da un abrazo, al cual obviamente correspondo. – “Buenos días Lizy” dice Mario, -“Buenos días señor Mario”, respondo yo. Por un instante me queda mirando sin decir nada, hasta que se despide diciéndome que le quite el señor , que él no es ningún viejo y que nos vemos al medio día cuando venga por Erika, por un breve instante me doy cuenta que esto no es normal, porque tanta cortesía , cuando apenas me conoce.
Fue una bonita mañana, hoy un acto cívico sobre la No violencia organizada por quinto grado, pero mis niños espectaculares, con la explicación de esa cartelera elaborada entre todos y una poesía dejaron a mis colegas con la boca abierta, hasta el punto que varios de ellos fueron a felicitarlos al salón. Llego la hora de entregarlos al transporte, uno a uno de ellos los fui despidiendo y solo me faltaban Jeison y Erika.
Mi reloj marcaba la 1:30 de la tarde, cuando por lo general a la 1.00 mi horario laboral había terminado, cuando me decido a llamar a los padres, entra una llamada de la madre de Jeison, estaba ingresada en una clínica por urgencia, porque se había desmayado justo antes de venir para el colegio y me pedía el favor que llevara al niño a su casa, allí estaba su padre. A lo cual accedí, Jeison vivía a 3 calles del colegio, sus padres tenían una impresionante frutera en uno de los sectores comerciales más importantes de la ciudad, pero aún me faltaba Erika y me dispongo a llamar a doña Milena, cuando diviso en el panorama al auto de Mario.
- Disculpa Lizy, pero a la hora de salir se presentó un grave percance con un proveedor y tuve que solucionarlo, me disculpo contigo. Y veo que Erika no es la única. – “Así es digo yo, señor Mario”, para reafirmar el hecho de que a pesar de ser joven, soy la profesora de su hermana, no su amiga.
- - “Bueno seño le ofrezco mis disculpas y le ofrezco llevar al niño a su casa y como la clase con Erika las invito a almorzar y de allí las llevo a casa. ¿Les parece? “.
- –“ No es necesario” le respondo yo, pero ante la insistencia de la niña y la hora , acepto al plan.
Después de llevar a Jeison a casa, nos lleva a un hermoso y agradable restaurante, uno de los más reconocidos de la ciudad, uno que ni en mis más dulces sueños podría ir. El almuerzo fue exquisito y la atención ni se diga, la niña no dejo de hablar del colegio, de las clases, de sus compañeros y de mí.
– ¡Caramba! Que buena seño tienes dijo Mario, ojala ella pudiera darme clases particulares a mí”. Me puse roja como un tomate y solo sonreí para no decirle la grosería que por mi mente atravesaba y este que.
- “Creo que es hora de irnos”, mirando el reloj, hay que dar las clases y hoy tengo que repasar unos temas, hoy tengo quise en la noche.
Nos llevó a su casa y se despidió, la clase con Erika fue extremadamente provechosa, la niña avanza vertiginosamente y con un entusiasmo arrollador.
Más tarde voy llegando a la universidad por la entrada de la puerta principal y veo a Jesús abriéndole la puerta del copiloto a una hermosa mujer, quien le sonríe todo el tiempo, quedo petrificada por no sé cuánto tiempo, me escondo, no quiero que me vea.
Observo alejarse al auto y no sé por qué razón me invade un desasosiego inexplicable, es una opresión en el pecho, que me corta el respirar y que al finalizar el día confirma lo correcto de la decisión tomada ayer.
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