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...╔─¤ ◎Parte V◎ ¤─╗***...
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En algún punto de los 12 años, mep.
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Kurai: - papá, ¿qué hacemos aquí? -
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Dr Fuyu: - visitar la aurelio de tu abuela -
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Kurai: - ohh… ¿cómo era ella? -
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Papá… levanta la mirada. La mayoría de veces es bastante serio, aunque su voz es tenue. En sí, su manera de actuar es bastante cariñosa conmigo, mamá y mi hermanito.
Sinceramente, no tenemos lujos. Es raro que alguien los tenga. En todo el planeta se controla bastante el comercio y la cultura que tenemos poco a poco dejo de ser tan consumista. Es cierto que aún hay globalización y modas por las redes, pero como que no es tanto como papá cuenta que era a sus 15 años. Es interesante la verdad, es interesante saber que hubiese pasado si no se hubiese dado la WW3.
Papá es una persona fuerte, no ruda, fuerte de mente y cuerpo. Entrena bastante y su ideología de entrenar todos los músculos de tu cuerpo, incluyendo el más importante para él: el cerebro, le ha ayudado a resistir mucho en su trabajo y el trabajo de voluntariado, inclusive la casa donde vivimos es totalmente construida por papá y algunos de sus amigos de una inmobiliaria.
Como sea, a la abuela jamás la conocí. Pero si Yuki, mi prima mayor y la única prima que tengo. Mamá es única hija y papá solo tiene un hermano, el tío Tamya. Yuki me decía que la abuela era alguien bastante alegre y con mucha energía. Y que le encantaba vivir en nuestra pacha mama, en Ecuador. Más precisamente en una ciudad de nombre 'Baños'. Esta ciudad se conocía bastante por sus aguas termales, balnearios, deportes extremos y la variedad de paisajes de cascadas. Vendría también lo más importante: la melcocha, caña de azucar y dulces varios.
La abuela era fanática, decía Yuki, de los dulces. Yuki también lo era, le gustaba los postres. A papá le gustan los dulces de café, uff amargo. Al tío Tamya le fascinaba los regaliz y gomitas. Y pues a Kurai, a mi, me encanta el chocolate, a quién no, si el chocolate alivia el alma *-*.
Jeje, y pues la abuela y su fanatismo le dio por ser empleada en un puesto de melcochas, dulces de guayaba, manjar de leche. Yuki siempre recalcaba la humildad de la abuela al no gozar de las posesiones que tenía. Todo lo utilizaba papá y el tío Tamya en sus estudios y ayudar a la gente.
La abuela tenía una gran habilidad en hacer melcocha, sería turno de la peque Kurai aprender aquel arte.
Aunque en si estaría más distraída queriendo ir a 'canopy' -deporte de balsa- o lanzarme por 'jumping'. Así que ni puse atención y convencí a mamá de ir allá. Jeje. Además que ya sabía hacerlo, jeje.
En este viaje, también iría Mirai. El inge Beaulieu estaría en una conferencia así que mejor la llevamos con nosotros.
Mirai se quedaría, tomada de la mano de papá, en el puesto de melcochas en el que la abuela trabajaba.
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Señor de la tienda: - pero mira a quien tenemos por aquí, el gran Doc Fuyu. -
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Dr. Fuyu: - como vez, he vuelto por aquí a ver que tal te va en el negocio. -
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Señor de la tienda: - ahh, no tan bien la verdad. Siento que cada vez se esta dejando los manjares de la vida atrás -
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Aquel señor, bonachón y siempre con una pinza de panadero en su cintura, miraría con mucha sorpresa a Mirai.
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Señor de la tienda: - mmm… supongo que ella es la hija del pataschuecas. -
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Papá miraría algo serio al sujeto, luego regresa la mirada a Mirai. Colmaría de tanta risa abrazando al sujeto por el hombro, este lo recibe con palmadas en la espalda.
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Dr. Fuyu: - jaja. Ay. Tan solo por que Simón era una tontera con el balón le pusieron ese apodo. Jaja. -
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Señor de la tienda: - es que como va ir directo a la portería y fallar lanzando el balón a su izquierda. Estaba super cerca y que la friega. -
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Dr. Fuyu: - todo un caso es Simón -
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Mirai sujeta el brazo de papá. Lo hala con inquietud.
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Mirai: - Simón…. Digo, ¿por qué papá es pataschuecas? -
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****Dr. Fuyu****: - jaja. Por que sí. No le da bien jugar fútbol. -
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Mirai: - ahh. Yo no. Yo sí sé jugar. -
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Señor de la tienda: - mucho mejor. Tu papá si que era torpe. Con toda y esa pinta de serio empresario. -
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Dr. Fuyu: - jaja si. A lo que venía, mi esposa me dijo que ya había hablado contigo, Jorge, acerca de unos papeles. -
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Señor de la tienda: - tu lo has dicho, 'fosforito' -
Mirai: - oh. Doc Fuyu es un fósforo -
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Comenzarían a reír de nuevo, con bastante libertad y serenidad.
Papá iría ha hablar con aquel señor de la tienda, el señor Jorge, quien siempre olía a alcohol. Era 'el duro del beber' decían los vecinos de las otras tiendas. Obvio que si lo conocía. Siempre que llegaba a la tienda me disponía a ayudar a realizar los dulces u ordenarlos en sus repisas sin pensarlo dos veces. Repetiamos este viaje cada año, en vacaciones. Ya era una tradición.
Mirai, tan curiosa, se acercaría poco a poco a las señoras y señores que elaboraban los dulces, más que todo el prestaba una notable atención a los que hacían las melcochas.
Una larga y gruesa tira -como de 9cm de grosor y casi 50cm de largo, aproximadamente- la cual era cortada en retazos de forma rectangular, aveces con nueces o alguna almendra, enfundadas y vendidas a montones. Un dulce de paso bastante rico que al calentarse se derretía y parecía chicle. Sin embargo si seguía en un ambiente frío, llegaba a ser duro hasta también quebrantarse.
Esta tira sería la dichosa melcocha. Un dulce duro que empieza primero con la extracción del melado.
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Señora artesana: - esta melcocha es primero una miel muy espesa que sacamos a partir de la panela. -
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Mirai: - ohh. Y eso luego se hace así de duro. -
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Una de las señoras, quien tenía las manos engrasadas y halando de este dulce, invita a Mirai a ver aquella preparación. Mirai se sentaría a su lado en un banco, prestando atención.
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Señora artesana: - la miel se cocina a fuego lento, eso si, sin revolver. Sigues y sigues hasta que hierva y notes que se vuelva caramelo. Algo espesa. -
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Mirai: - mmm, ¿y ahí se vuelve largo y como si fuese pasta? -
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Señora artesana: - falta para llegar a eso. Una vez que la veas llegar a ser caramelo, este se vierte lentamente sobre una bandeja de mármol o metal previamente engrasada con mantequilla. -
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Mirai: - ¿sirve aceite de oliva? -
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Señora artesana: - sí, señorita. -
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Mirai: - ohh ya. Siga por favor. -
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Señora artesana: - Una vez que la mezcla está fría, se la estira con las manos engrasadas hasta que el color se vuelva más claro y se forme una pasta más sólida, lo que habías dicho antes. Entonces ahi empezamos con esto sobre este palo de guayaba. -
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La señora empieza a lanzar la masa, la cual empieza a ser batida de una manera bastante vigorosa hasta obtener la consistencia ideal. La masa, ya en el gancho del palo de guayaba, se coloca. Esta tendría un tono marrón muy oscuro. La señora, bastante corpulenta, empieza a batir con sus manos en este gancho. Poco a poco hasta estirar la masa. Aqui empieza la magia.
La señora, levantada en sus sandalias, empieza a lanzar una y otra vez el extremo de esta pasta, hacia aquel gancho de manera muy perfecta. Realizando ondulaciones abiertas que terminan amoldando y dándole un tono más blanquecino a la pasta.
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Miria: - woooow. ¡Ya está la melcocha! -
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Señora artesana: - jaja. Sí señorita. -
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...I...
Empiezo a correr hacia Mirai -soltando la mano de mamá toda alocada- mirándola hacer melcocha en un palo de guayaba más corto y con bastante ligereza. Se le hacia difícil pero seguía intentando.
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Kurai: - Miraaai… ¿qué haces? -
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Mirai: - jugar fútbol -
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Kurai: - ohhh y ¿quién esta ganando…? Ehh, estas haciendo melcocha, jeje. -
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Mirai: - ¿sabes hacerlo?
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Kurai: - Yuki me enseñó y la señora Lore. -
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La dichosa señora Lorena sería quien enseña a Mirai a realizar este dulce.
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Señora Lorena: - jaja. Ha sido la hija del fosforito -
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Kurai: - señoraaa Loreeee… quiero cañaas, por faaa. -
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Señora Lorena: - luego que tu amiga termine sus lecciones. -
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Y así fue como las peques Mirai y Kurai comieron muchos dulces. Terminando con dolor de panza al siguiente día.
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