Me acompañas?

Mi maldita lengua suelta respondía si algo no le parecía, sin pedir explicaciones había lastimado a tanta gente sin darme cuenta. Un defecto terrible aunque mi orgullo era peor.

-Si eso está bien

Le respondí sin darle importancia sin darle una disculpa solo me concentré en mi taza de café agachando mi cabeza.

-¿Entonces quieres acompañarme a la oficina o prefieres ir con el chofer?

Preguntándome Noah agachando su cabeza para poder verlo, su sonrisa no era sarcástica o seductora, recordé nuestra charla de anoche sonrojada.

-Tengo que avisarle a mi mamá antes así que prefiero a acompañarte

Le dije tapando su cara con mi mano y nerviosa no sabia porque yo era la única incómoda. Alexia me ayudó a guardar la comida y fuimos juntos a la “oficina” en el camino hablaron de un proyecto y patrocinadores. No les puse mucha atención solo miraba por la ventana con mis audífonos puestos. Esperaba ver un enorme edificio con mucha gente de traje, hablando por teléfono, con una bonita recepción y oficinas de fotografía. Este lugar en realidad era un edificio en realidad era una residencia de departamentos y todo el 7° piso era usado como oficinas. Tenía una alfombra verde vieja, gente desarreglada corriendo por todos lados, de pronto estábamos caminando más rápido, todos tecleando en sus computadores frenéticamente podía sentir el estrés en el ambiente. Entramos en un cuarto privado, Noah se quitó el saco y comenzó a trabajar. Todo era muy irreal pero Alexia me recordó que debía hablar con mi madre. Salí y con tanta gente en movimiento me fui a la azotea. Allí me parecían más tranquilas pero su tono cambió cuando les dije que me acompañaría Noah. Su visión de él era complicada. Le había dicho que fue una cita fallida cuando Hana publicó el video mi madre quería nuevas explicaciones. No me gustaba mentirle, primero quería a mi abuela en su casa y luego podrían odiarme con gusto.

-¿Estás imaginando tu muerte?

Preguntó una voz a mi oído con una clara alegría de satisfacción. Yo di un brinco por el susto pero me calme al ver al amigo de Noah.

-¿Qué te pasa? Me asustaste

Le indique con mi mano sintiendo mi corazón alterado pero esa voz resultó ser de Edgar el amiguito de Noah quien llevó a una niña de 7 años a una reunión de adultos. Desde que nos vimos la desconfianza era mutua sus ojos siempre me analizaba con desaprobación.

-No me culpes a mi, estabas por sufrir un ataque de pánico no tienes de que agradecerme

-Como si te importara mucho

-Pues no pero hay mejores tutores para una perra como tu ¿aprovechaste muy bien la situación? Lo digo en serio me impresionó bastante

Me había arrinconado a una pared sin perder mis ojos, el odio atravesaba su mirada tratando de matarme. Entre más lo escuchaba mi cuerpo se ponía más tenso listo para atacar.

-Ese es mi puto problema ¿que chingados de te importa? Solo sabes estar jodiendo, maldita mierda.

Le conste furiosa, técnicamente tenía razón, me había aprovechado de la situación y trataba de sacar el menor beneficio. Los beneficios no estaban concordando con mis intenciones iniciales, había exigido un lugar donde vivir, luego me queje consiguiendo un diseñador. No quería aprovecharme de su dinero o fama pero los videos habían hecho mis cuentas virales recibiendo invitaciones de patrocinios. Mi madre siempre me dijo que tomara lo bueno y desechar lo malo de todas las situaciones ese fue mi lema toda la vida. Y si algo desecha o enfrentaba era la gente que pretende insultarme, tenia un limite es estupido lo había pisoteado. Estaba lista para golpearlo cuando alguien me sostuvo el brazo. Ambos volteamos para ver a Noah super serio, su presencia nos callo dejándonos paralizados.