Caminamos por el enorme lugar, habían muchas personas con batas blancas, el saludaba a las personas, creo que muchos lo aprecian y las mujeres lo miraban con deseo, sentían atracción por el, el lo sabía por qué camina con esa tonta sonrisa y sus ojos coquetos decían más que mil palabras.
La verdad es que si es guapo no lo voy a negar, el día que estuvo encima de mi, sentí algo que jamás había sentido, mi corazón latía tan rápido y sentía mi cuerpo tan caliente.
Pero creo que es por su tonta mirada de coqueto que tiene con las mujeres, creo que está acostumbrado a recibir la atención de todos, creo que es un presumido.
Subimos al elevador, yo no lo miraba, se que el si me mira por qué puedo sentir su mirada sobre mi.
Se acercó a oprimir un botón y se acercó su rostro al mío.
- Te ves hermosa por cierto dijo sonriendo.
- Gracias, dije empujando su cuerpo con fuerza, que lo tiré en el suelo.
Baje del elevador y miré a mi alrededor.
- Buen día, dijo un joven rubio con enormes lentes.
- Hola, dije sonriendo, pues sus lentes lo hacían ver chistoso.
Se quitó los lentes y los guardo en su bata nervioso.
- Soy el Dr. Domínico Venc.
- Hola soy Maritza Veth vengo del futuro, dije sonriendo.
- ¿Es una broma?
- No ella es del futuro, decía Kevin sacudiendo su traje.
Domínico me miraba asombrado y se giraba para mirarme de pies a cabeza.
- Ten cuidado, por qué es una soldado que fue entrenada para matar y se siente incómoda cuando la miras.
- Tranquilo Domic tu me agradas no podría hacerte daño.
Kevin me miró molesto, tomo su bata y se la colocó.
- ¿Quieres ver nuestro proyecto?, decía Dominic
- Si me encantaría.
Caminamos, Dominic no dejó de hablar sobre problemas matemáticos, que no lograba entender, sobre puntos en la tierra donde se puede acumular energía o puntos donde se puede generar cambios y puedes ser abducido y dirigido a otra parte en el tiempo, que ellos habían logrado mandar pequeños objetos a un lugar y en algún tiempo pero aún tenían fallas, los objetos eran destruidos por el acumuló de energía o cosas así, la verdad no entendía muy bien, de pronto me encontré frente a una gran cápsula blanca que flotaba en una superficie magnética.
- Este es nuestro bebé, ¿que te parece?, decía emocionado Dominic
- Es impresionante.
- ¿cómo llegaste tu aquí?
- Por medio de este celular, dije mostrándolo.
Dominic se quedó con la boca abierta, Kevin corrió hacia nosotros y me miró asombrado.
- ¿Puedo revisarlo?, dijo temeroso.
- Se rompió, dije mientras le entregaba dos pedazos
Dominic caminaba detrás de Kevin, el tomo el equipo y lo coloco con cuidado en una tabla metálica.
- Dom, por favor puedes traer mi maletín.
- Si claro, corría a toda velocidad
- Me agrada más Dominic, Dom se escucha simple.
- Pues a Dominico le gusta que le digan Dom, decía Kevin molesto.
- Si me gusta que me llame Dom, dijo Dominico.
Kevin tomo su maletín sacaba pinzas, se colocó sus lentes, miraba el equipo y lo observaba con cuidado.
- ¿Qué es eso?, dijo Dom.
- Es un chip imagino que contiene información importante.
- ¿pero esto que brilla acaso es oro?
- creo que si, dijo el tomando con la pinzas pequeñas piezas doradas, las colocó en otro aparato que tenía en el laboratorio era una clase de microscopio, podía mirar la composición del material.
- ¡es oro!, dijo sorprendido.
Dom y Kevin corrían y se sentaban en sus computadoras, teclean cómo locos y hacían cálculos, se perdieron por horas yo me senté en un sillón, mirando la esfera enorme, sin darme cuenta me había quedado dormida mirando un libro que hablaba sobre lugares mágicos en el mundo donde se proyecta mucho magnetismo.
- Hermosa es hora de despertar, escuché que decían en mi oído.
Abrí los ojos y mire a Kevin sonriendo.
- Ya es tarde, es hora de ir a comer algo.
- ¿Me quedé dormida?
- si creo que el viaje en el tiempo agota.
- Llevo aquí casi 20 días, solo quiero regresar a mi vida.
- ¿Tenías pareja en tu época y por eso quieres regresar para estar con tu amor?, decía burlándose de mi, con sus labios arrojando besos.
Lo mire enojada.
- Eres patético.
- Tal vez, decía enojado.
- ¿Y Dom?
- Se fue hace una hora a su casa, ¿te gusta?, por qué puedo darte su número, a él le hace mucha falta una novia, creo que tal vez eso lo ayudaría, el pobre necesita diversión.
- Imagino que tú tienes mucha diversión, por eso no puedes lograr terminar tu trabajo.
- Si se divertirme y eso me ayuda, dijo enojado
- si me di cuenta por como miras a todas esas mujeres de la recepción.
- Soy muy bueno, todas las mujeres necesitan sentirse deseadas.
- No pienso igual.
Subimos al elevador, se acercó a mi rápidamente y me susurro al odio.
- ¿Te deseo?, después se alejo de mi y sonreía mirando a la puerta.
No me dio tiempo de hacer nada, solo sentí como mis mejillas se sonrojaba. Es muy atrevido, pensaba.
El camino rápido, saltando y me abrió la puerta del auto, parecía un niño tonto brincando.
Lo mire enojada.
- Eres la persona más, más...
- sexi que has visto en tu vida.
- fastidioso, crees que con esa manera de comportarte lograrás que yo tenga sexo contigo, estás equivocado, tú solo eres...
- ¡tu destino hermosa!, gritó, bailaba como un muñeco robótico. Camino hacia la puerta del conductor y se subió.
Me subí al auto molesta, la verdad tenía ganas de reírme de el por qué bailaba horrible y se miraba muy chistoso, pero no quería hacerlo por qué no quería que supiera que su comportamiento era de mi agrado.
Arranco el auto yo iba callada, mirando el paisaje.
- Itza, disculpame por ser un idiota pero es que tú me pones muy nervioso, dijo en voz baja.
Gire a mirarlo y el no me miró.
- Pues deberías de dejar de comportarte como un idiota y solo ser tu.
El me miró y sonrió.
- Lo prometo, jamás he salido con esas chicas que me miraban en recepción por qué me da miedo que se den cuenta que soy demasiado aburrido, solo me la paso pensando en viajar al pasado y todos los cambios que haría si eso sucede, decía emocionado.
Coloque mi mano en su pierna.
- no eres aburrido, solo creo que si exageras en querer ligar a una chica.
- Eres muy hermosa Itza.
- ¿por qué me dices Itzá?, kev.
-¿por qué me dices Kev?
- Por qué es de cariño.
El se puso nervioso y casi chocamos.
- ¡quieres matarme, no pienso morir en el pasado!, grite como loca.
- Lo siento, dijo temblando.
Kev.
Itza.
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