Capitulo 5-¿Qué están haciendo?

Las cuatro amigas se reunieron en su lugar secreto.

—Bien, ya estamos solas—se acomoda en el sillón.

—Quiero saber lo que planeas Meghan—Dice emocionado iris.

—De acuerdo—sonrió con malicia.

EN UN LUGAR DEL PALACIO.

Dos figuras masculinas se encontraban por los pasillos caminando.

—Vaya, la princesita abandonada, está en el imperio Igna—el pelinegro mira a su amigo con cierta burla en su rostro.

—No me provoques Arthur, desde que llegó no ha ido a molestarme con las mismas frases de siempre—Dice en un tono de aburrimiento.

—Ja, ja, Quien lo diría esa chica desafiando al príncipe heredero. La persona que no tiene sentimientos por culpa de una maldición—suelta una risilla.

—Buscas morir Idiota, pero es cierto, debo vivir con este infierno por el resto de mi miserable existencia—Cuestiona en un tono frío.

—No te preocupes amigó, vas a encontrar a alguien que te ayude a sentir por lo menos que es saber preocuparse por alguien—Menciona el chico con heteronomía.

—¡De verdad! ¡Practicaremos las cuatro el manejo de una espada!—Menciona feliz iris.

—¡Bueno, desde pequeña ya sé cómo usarla, pero, lo hacía a escondida, ya que mi padre no me permitía hacer nada!— Menciona La pelirroja.

—Yo... quiero aprender también—todas miran a Leyland.

—Desde... pequeña me llamo la atención, pero siempre menospreciado a las mujeres que solo sirven para criar hijos y atender a su esposo—cuestiona Charlotte.

—Es verdad, toda nuestra vida tenemos que ser menospreciadas por los hombres machistas—cuestiona iris.

—¡Pero chicas podemos esforzarnos en el campo de batalla!—Dice Meghan.

—¡Y-yo estoy de acuerdo! —Dice en un tono nervioso Leyland.

—¡Vaya, Leila... no puedo creer que te volviste a más valiente! ¡Todas derrotaremos a esos hombres machistas y callaremos sus bocas llenas de Mierdas!—levanta un brazo en señal de batalla.

—¡IRIS!—Todas gritan cómicamente.

—Está bien, todas son aguafiestas—Rueda sus ojos.

—Ja, ja, ja—todas sueltan unas carcajadas.

Meghan de que te pedistes, tienes unas amigas fabulosas; que te apoyan, te quieren con todo su ser , sinceras y honestas contigo.

Pero tú preferiste elegir el peor destino, sacrificándose por amor. Una obsesión que creció en ti, siempre hacías todo para que tu enamorado te viera con otros ojos o te prestará la más mínima atención, pero en tu lecho de muerte aun él te veía con esa mira sin emociones.

Y es porque el principe heredero tiene una maldición que nunca hablo con nadie a excepción de su mejor amigo Arthur, Antes de nacer su madre lo maldijo haciendo que este al nacer y crecer no tuviera ninguna pisca de emociones poco a poco sus ojos fueron cambiando uno de un azul celeste y otro de color ámbar.

En mi mundo eso se conoce como heterocromía, cada 1% de la sociedad nacen con esa condición, en especial los animales que los hacen ver más atractivos y sexy.

Volviendo a lo que estoy diciendo es que si no rompe la maldición vivirá un gran infierno por el resto de su Vida.

Puede que cada luna llena el dolor se vuelva insoportable, para poder calmar ese dolor debe encontrar a alguien compatible a el osea que... tenga que tener sexo con alguna mujer y así saciar su sed de sangre y el dolor que siente.

Eso debe ser horrible vivir toda tu vida soportando ese dolor y sufrimiento, solo porque a tu queridísima madre se le ocurrió echarte una maldición solo porque te odiaba antes de nacer.

Cuál madre haría eso... si yo hubiera Sido madre jamás haría eso, jamás algo contrario lo amaría por sobre todo.

Salgo de mis pensamientos cuando Iris me llama.

—¿He chica estás bien?—Menciona preocupada.

—Eh... si estoy bien, bueno mañana podemos disfrutar de un buen entrenamiento con la espada, las veo en el establo a primera hora de la mañana—Se da la vuelta para irse.

—¡Que! Pero... Meghan es muy temprano—Protesta iris.

—Es lo mejor que puedo hacer, ya que si descubren que estamos practicando el manejo de la espada nos castigarían, "ya que una señorita no debe estar en un campo de entrenamiento"—En las últimas palabras le agrega un énfasis.

—Bien... nos vemos en el comedor—Se va.

—Bienvenidas Altezas, espero que disfruten su estadía en el imperio Igna— Habla una voz gruesa en todo el comedor.

—Muchas gracias Majestad, tenga por seguro que a si será—hace una reverencia.

—Tomen asiento, los platillos están por llegar—sonríe cálidamente.

Todas las Mucamas estaban colocando cada platillo en la gran mesa.

—Aquí tiene alteza, espero que lo disfrute—dice la jefa de las Mucamas 

—Así será muchas, gracias—le sonrió dulcemente.

La mujer se sorprendió porque nadie le había agradecido solo por un plato de comida.

—De nada, bueno, me retiro alteza que lo disfrute—se va.

—La cena estuvo exquisita—dice iris

Bueno vamos a comenzar con el plan— susurra.

—De acuerdo vamos al mismo lugar—Se van las cuatro chicas.

—Falta para que anochezca, así que apresuremos nos—dice la albina.

—Coff Coff—su repentina tos, hace que las demás la vean con preocupación 

—¿Estás bien Leyland?—se acerca hasta la albina y le acaricia su espalda—Si vamos solo fue un pequeño inconveniente.

Las cuatro amigas se van a su lugar secreto.

—Bien... Bueno pronto la hiena de mi her-—no pudo terminar porque se escuchó a iris chillar.

—¿¡Pero que te pasa iris!?—menciona Charlotte

—Miren, Dios mío está tan sexy...— Menciona suspirando.

—No puedo creer que ya se volvió loca— niega muchas veces Leyland.

—Cuida tu vocabulario, por Dios iris __ dice Leyland.

—Pero miren por ustedes mismas, no está para comérselo—Menciona mordiéndose su labio inferior.

Las cuatro chicas se asoman por el balcón, encontrándose a un chico de cabellos negros y ojos color café oscuro., está sin camisa.

Puede que estaba entrenando o dando un paseo a caballo.

(imagínense que está sin camisa).

Todas a excepción de Meghan se sonrojan.

—Es cierto, iris tiene razón, Dios que hombre—Charlotte se muerde su labio inferior.

—¡Yo lo vi primero! ¡Consíguete el tuyo!—protesta iris

Suelto un suspiro de cansancio.

—En serio, yo no le veo nada de atractivo— se asoma por el balcón.

—Eres tan ciega, no lo ves, Dios mira su abdomen, su cuerpo lo tiene bien trabajado—mordiéndose su labio inferior.

—¡Oye Bombón!—grita Iris

—Pero que estás haciendo—Digo alterada.

—Nos descubrirán que somos unas pervertidas—dice Leyland.

El hombre levanta su vista encontrándose con unos ojos color rojo como la sangre, hace contacto visual con iris.

¡Ah! __ todas gritamos.

—¡Oye Bombón! ¡Que haces para mantener tu cuerpo en forma! ¡Dios estás para comerte!—sonríe maliciosamente.

Todas tenemos una gotita como el de anime.

Pasamos la mayor vergüenza, como está chica puede decir libremente eso.

El hombre pelinegro se sonroja, tanto que sale casi corriendo.

—¡Ah lo espantaron!—se cruza de brazos.

—Nosotras, pero sí fuiste tú con tus comentarios perversos—Dice Charlotte.

—Ahora pensará que somos unas pervertidas —dice Leyland.

—¿Qué están haciendo?—habla una voz ronca y sensual...

O Dios...

No puede ser él...

Todas volteamos a ver…

Una sonríe, otra suelta una risilla y la otra mira la cena y por última una está totalmente sería.

Porque él...

Nos vemos chicos en la siguiente actualización

apoyen esta historia

porfa

nos vemos.

chauuuu

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