Persecución.

Fausto no tarda mucho en acudir el llamado de mi padre, me toma de los brazos y comienza a salir de la mansión a toda velocidad, puede escuchar en el transcurso del camino disparos y gritos de personas siendo masacradas, mi cabeza solo piensa en las dos personas que deje atrás, solo le pido a Dios que los proteja y me deje volverlos a ver con vida. De la nada siento un dolor indescriptible en mi pierna y al verificar me doy de cuenta que una bala me había alcanzado y por reflejo dirijo mi mirada hacia el frente, donde puedo ver a Ricardo con una arma en la mano, intentó abrir la boca para pedir una explicación cuando él me dice.

- Sabes algo, siempre sentí envidia por tu padre, tiene a su lado una hermosa e increíble mujer y yo creía que no podía tener mejor suerte. Sin embargo, estaba tan equivocado y es hay donde naciste tú, una de las más habilidosas, bella y perfecta mujer de todos los clanes europeos. Mierda!!, ese maldito tiene demasiada suerte pero sabes que.

Contesto un poco dudosa.

- ¿Qué cosa?

- Hoy se le acaba la suerte al gran Leandro Santoro, ja, ja, ja.

- Estás loco, maldito loco de Mierda.

Fausto aprovecha ese milisegundo de distracción de Ricardo para sacarme del lugar y llevarme para el bosque. Corremos tan rápidamente sin importar que estamos siendo perseguidos, en mi cabeza solo tengo grabadas las últimas palabras de mis padres y es que me mantenga con vida, corremos tan rápido que en pocos minutos estamos a las afueras del bosque, la verdad no se como logre hacerlo con el estado actual de mi pierna. Fausto al observar mi cara de dolor me pregunta un poco preocupado.

- ¿Señorita como se encuentra? ¿Siente que puede continuar?

La verdad es que me duele como un demonio, pero mis quejas no van a solucionar nada en este momento, por lo que opto dar una respuesta positiva.

- No te preocupes Fausto puedo continuar, solo concéntrate en salir de este lugar.

- Entiendo señorita.

Él al finalizar estas palabras, se desploma sobre el suelo, mi cuerpo al ver está escena reacciona por inercia, donde rápidamente tomó a Fausto entre mis brazos y nos escodemos detrás de unos árboles, sin perder un segundo de tiempo comienzo a verificar las heridas de gravedad que puede haber en su cuerpo.

- Mierda........

Tiene heridas muy graves en el cuello y pecho, le dispararon fue a matar, mis nervios comienzan a aumentar. Me cuesta comprender que Fausto se encuentre en esta condiciones y más siendo que él es uno de los mejores hombres que puede existir en esta mafia. Salgo del estado de schok cuando lo escucho balbucear algunas palabras, su voz es tan débil que tengo que acercar mi oído a su boca.

- Señorita, tome el arma de mi mano y corra y por nada del mundo se detenga, al igual lo siento por no poder protegerla como esperaba.

Fausto al terminar de decir estas palabras cae inerte en mi regazo, con sentimientos encontrados sigo sus instrucciones y corro tan fuerte como cuerpo me permite. Escucho motocicletas y autos acercándose, por lo que decido dirigirme a la zona más boscosa del bosque, el cual me permita obstruir su velocidad.

Corro unos metros más y me escondo en una zona donde los pueda observar perfectamente, pero ellos no puedan verme, puedo notar que están un poco dudosos si deberían bajar o no. Sin embargo, al final deciden hacerlos los noto que están hablando algo relacionando sobre mí, cuando su líder le grita al resto.

- Tengan mucho cuidado este es un objetivo de gran peligro, así que no estén confiados.

Presiento que este es el momento perfecto para atacar, así que comienzo a disparar uno por uno, impactando en algunos pero no en todos, así que vuelvo a esconderme y protegerme de la lluvia de bala que se dirige hacia mi posición, cuento hasta diez y comienzo a responder, una de mis balas alcanza en el pecho al que está del lado del líder pero este me alcanza en el hombro con una de las suyas.

Tomo un momento para vendar mi herida con un pedazo de tela que rasgo de mi blusa, sin perder tiempo retomo y comienzo a disparar, no pasa mucho cuando van cayendo uno por uno, necesito terminar esto rápidamente para salir de este lugar, ya que estoy perdiendo demasiada sangre, cuando me dispongo acabar con el líder me quedo si balas. ¡Mierda!, tenía que pasar esto, pero puedo notar que no soy la única porque el fuego por su parte ha cesado, me dirijo silenciosa hasta su posición donde puedo percibir que buscar balas con desesperación. Sin más y menos me lanzo a atacarlo, le proporcionó algunos golpes en abdomen y cuello, recordando lo enseñado por mi maestro y en las pruebas que he realizado, pero él me responde de manera más violenta; me alcanza a dar unos golpes en la cabeza dejándome un poco mareada, saca una cuerda y comienza a colocarla en mi cuello.

Por lo tanto, comienza a realizar presión, siento que me está estrangulado lentamente

y se me dificulta respirar, ya en el último momento recuerdo lo que me había dicho mi madre.

*Inicio del Flashback*

Escucha bien Alexa cuando estés en una pelea cuerpo a cuerpo y tu oponente sea más fuerte que tú, no pierdas tus fuerzas dando golpes inútiles; enfoca tu atención en su nariz y dirige toda tu fuerza a ese punto, esto dejará a tu oponente desubicado por unos segundos, así que aprovéchalos y haz una llave que involucre su cuello y columna. Esto limitará sus movimientos y si puedes involucrar otras herramientas que tiene a tu mano no dudes en hacerlo, pero eso sí resiste no importa el que.

*Fin del flashback*

Recordando lo dicho por mi madre, sigo todo al pie de la letra; visualizo su nariz y concentró toda mi fuerza en mi mano y proporcionó el golpe, veo que se tambalea, inmediatamente me repongo y hago una llave con mis piernas en su cuello y columna difícil de soltar y dirijo la cuerda a su cuello y comienzo a estrangulado. Él no deja de dar pelea y comienza a atacar a mi pierna herida pero sin importar el dolor no aflojo el agarre; Después de unos minutos para de luchar y queda inerte en el suelo, la verdad siento que mi vista se nubla por momentos, no sé si esto es debido a la pérdida de sangre o sentir la sensación de como se esfuma una vida en tus propias manos; sacudió mi cabeza y vuelvo a caminar rápidamente, es que sé que si me quedo en este bosque por más tiempo no saldré vida, este es uno de los tantos grupos que me está buscando, camino aproximadamente 30 minutos cuando me dispongo a descansar y observó que alguien me apunta en la oscuridad y puedo ver su cara. Si es maldita cara de las tantas que me atormentan al día de hoy.

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