Capítulo 4

Miré de nuevo mis manos antes de volver a mirar al señor y señora Edevane, odiaba ponerme uñas postizas, pero era la única opción que me quedaba, no podía venir a un evento formal con las uñas como las tenía.

Cuando Lucy me llamó ya sabía que era para un favor, pero nunca pensé que era para algo así. Voy a decir que solamente acepté para que Lucy no me molestará más, pero no fue solo por eso, estaba aburrida y tanto trabajo me tenía por las nubes, esto era exactamente lo que necesitaba, algo con que entretener mi mente de tantas cosas, una distracción. Ya estaba acostumbrada a asistir a eventos de este tipo, siempre que venía a alguno me esforzaba por verme bien. Le sonrío a la señora Edevane cuando la escucho hablar.

—¿En qué estudias? —pregunta dando un sorbo a su champán.

Le doy un pequeño sorbo al mío y miro detrás de ella dónde está Lucy hablando animadamente con una pareja de invitados.

—Programación —respondo limitando la conversación.

—¿Programación? —pregunta el señor Edevane con más curiosidad que su esposa.

—Sí, programación —afirmé.

No quería dar información extra sobre mi carrera, tampoco es que tuviera la obligación de hacerlo, hoy sería la primera y ultima vez que haría algo así, un escalofrío me hace dar por anticipado la cercanía de Eros cuando unas de sus manos cubren mi cintura me relajo un poco porque sus padres nos están mirando, siento como un aliento roza mi oreja, giro mi rostro hacia la derecha y veo a Eros muy cerca, más cerca de lo que debería, será abusivo.

Le sonrío para que no note las ganas que tengo de pegarle un codazo.

—Amor, ven te muestro el jardín —dice con glotonería, al escuchar que me habló de esa forma, me hace dudar de sus verdaderas intenciones.

—Claro —le respondí de la misma manera—, ya volvemos —le digo a sus padres.

Luego empecé a caminar detrás de él, su mano no abandonó la mía hasta que llegamos afuera al aire libre donde la gente casi no sale, el lugar está solo. Se da la vuelta y me observa en silencio. El lugar es bastante bonito, una fuente a nuestro lado hace que la incomodidad desaparezca casi por completo, mientras veo caer el agua, noto como Eros se me acerca un poco y empieza a hablar con un tono de voz más bajo, quizás porque no quiere que nadie se entere de nuestra conversación.

—Ya te llevas bien con mis padres —dice mirándome a los ojos.

—Soy buena conversando —le digo con confianza.

—Lo he notado —susurra y luego señala con un ademán de cabeza hacia la fiesta—, ahora va a empezar la cena y no quiero que respondas a las preguntas de mi madre, esas las respondo yo.

Me aguanto las ganas que tengo de poner los ojos en blanco y suelto un suspiro.

—¿Y las de tu padre? ¿También las respondes tú? —pregunté con burla.

—Sí, esas también la respondo —gruñe.

Regresamos en silencio y él como el caballero que es me retira la silla para sentarme al lado de Lucy y al frente de sus padres, él se sienta a mi lado derecho. Cuando traen la comida siento emoción, porque para ser sincera la comida de estas fiestas son muy deliciosas y de buena calidad. En silencio empiezo a comer y la señora Edevane empieza con su interrogatorio.

—¿Cómo se conocieron? —pregunta limpiando con una servilleta sus labios.

—En una fiesta de Lucy —dice Eros y luego mirando a mi amiga agrega—, ella nos presentó.

Bueno y los créditos para mí ¿dónde están? Lucy me mira y me sonríe, le devuelvo una sonrisa cómplice.

—Eva —habla la madre de Eros y miro hacia ella—, ¿Puedo llamarte así?

—Sí —respondo dejando mis cubiertos a un lado del plato.

—¿Qué te llamó la atención de mi hijo?

¡Ay no! ¡¿por qué esa pregunta?! La miro unos segundos antes de mirar a Eros, él le dedica una severa mirada a su madre.

—Hmmm...

—¿No lo sabes? —pregunta su madre con una expresión de fingido asombro.

—No... bueno sí —esto se está volviendo incómodo, miro a Eros y le sonrío—, su nombre me llamó la atención.

Una pequeña risa se escucha a mi derecha y con cuidado de no mover la mesa le doy una pequeña patada a Lucy, ella da un brinco que nadie nota.

—Sí, es poco común —dice su madre restándole importancia.

—Sí, muy pocos tienen el nombre de un dios griego —agregué con emoción infantil.

Lucy se ríe y Eros bufa con fastidio, el padre de él se muestra interesado.

—¿Él nombre de un dios griego? —dice con sorpresa—, ¿Entonces que dios se supone qué es?

Sonrío porque es lo único que puedo hacer ahora.

—El dios del amor —digo fingiendo un suspiro soñador, giro mi rostro hacia él y parpadeo con inocencia.

Su padre y su madre se ríen, Lucy también lo hace y como el ambiente está tan relajado me les uno en la risa, él único que no lo hace es Eros que tiene el disgusto marcado en toda su cara, entonces recuerdo que hace un rato él me cogió de la cintura sin mi permiso. Me acerco a él y con mi mano agarré su barbilla y lo atraigo hacia mí.

—Deja esa cara de amargado —dijo lo suficientemente fuerte para que todos escuchen entonces le sonrío con mofa y agrego—, también es conocido como cupido ¿Verdad Eros?

Él me agarra la mano y la aparta, luego de darme una mirada de advertencia se pone a comer en silencio, se ve bastante enojado.

—Agh pero que amargado eres —dice Lucy desde su asiento.

Comemos durante unos minutos en silencio antes de que la madre de Eros empiece de nuevo a hacer preguntas.

—¿Hace cuánto se conocen? —pregunta mirándome. Pero como Eros dijo me indicó me quedo en silencio.

Cuando él va a hablar su madre lo interrumpe.

—Deja hablar a Eva —dice su madre haciendo un ademán para que se mantenga callado.

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