Dylan como cada día acudió a su universidad.
Claro una publica por que el dinero que generaban entre él y su madre no le alcanzaba para pagar una privada.
Aún así él estaba muy feliz y sumamente agradecido por el esfuerzo que cada día hacía su madre para sacarlo adelante y entregarle su amor y protección de madre y padre todos estos años.
Y él como buen hijo, por el amor infinito e incondicional que tiene por su madre no le pesaba trabajar desde muy joven para poder ayudarla y así hacerle su carga más ligera.
Desde pequeño al darse cuenta como su madre se emocionaba por sus buenas calificaciones.
Todo el año se esforzaba mucho para ser siempre el mejor de su clase y al final del año siempre obtener la nota perfecta y algunos reconocimientos por parte de sus profesores por su buen desempeño académico.
Todo esto con la finalidad de hacer sentir feliz y orgullosa a su amada madre.
Los años siguieron pasando y él siempre fue un excelente hijo y un estudiante ejemplar.
Ahora, luego de sus clases en la universidad. Dylan espera el autobús a las afueras de esta el cual lo lleva cerca del gimnasio de Tadeo donde trabajaba medio tiempo como instructor y en el cual es muy perseguido y asediado por algunas mujeres coquetas las cuales ponen excusas y pretextos para tenerlo a él de instructor.
Y quien no lo querría si el chico es: alto, apuesto, caballeroso, gentil, amable, con una sonrisa encantadora y con un cuerpo de dios griego que quita el aliento tan solo verlo sin camisa.
_ Hola Dylan que bueno que llegaste._ Le dice Tadeo un joven de aproximadamente 30 años dandole un par de palmadas en la espalda.
_ Lo siento se me hizo un poco tarde, pero ahora mismo me pongo manos a la obra._ Le dice el chico descolgado su mochila.
_ Por mi esta bien, pero tu club de fans esperan ansiosas por que les enseñes como se usa cada máquina._ Le dice este con una sonrisa mientras voltea a ver discretamente un grupo de mujeres mayores quienes los observan detenidamente.
Después de que Dylan se fuera a cambiar por su ropa deportiva a los vestidores, salió y comenzó con su trabajo que consistía en enseñar a las personas a utilizar adecuadamente la máquina que quisiera usar y no sabía como hacerlo.
Para eso estaba él, para ayudarles y demostrarles cómo se hacía. Y mientras él hace su trabajo tiene que soportar las insinuaciones y coqueteos de esas mujeres quienes se lo comen con la mirada.
_ Muy bien chicas si no necesitan nada más me retiro y ustedes también regresen a casa ya es tarde y puede ser peligroso._
_ ¿Nos estás corriendo Dylan?._ Pregunta Susana una mujer de más de cuarenta y cinco años haciendo flexiones frente a él dejando ver sus enormes senos operados.
_ No para nada, si ustedes quieren pueden ejercitarse un poco más pero yo me tengo que ir. Así que hasta mañana y que pasen una bonita noche._ Les dice el chico amablemente dándose la media vuelta listo para irse cuando alguien lo toma del brazo impidiendo que se vaya.
_ ¿Hoy si puedes aceptarme la cena o me vas a despreciar nuevamente?._ Le pregunta María una mujer de casi cincuenta años con una voz melosa y usando toda su coquetería en ello mientras intencionalmente con sus pechos toca el brazo del chico.
_ Eh, yo lo siento pero me están esperando en casa. Además le recuerdo señora Marcia que usted tiene marido y si yo fuera él no me gustaría que estuviera cenando con alguien más._ Le dice el chico amablemente mientras se suelta sutilmente del agarre de esta.
_ Solo será una cena pero si tú quieres podemos ir a tomar un trago._ Insiste la mujer.
_ Lo siento pero no puedo. Discúlpeme por favor._ Se niega amable mostrándole una sonrisa con educación.
_ No les hagas caso Dylan y regresa a casa que estás cincuentonas menopáusicas no saben lo que hacen._
_ ¡Menopáusica tu Celia!. Tú eres la mayor de las tres._
_ Por eso lo digo Susana, por que como yo ya pasé por eso sé que ustedes dos están atravesando esa etapa._ Les dice encogiéndose de hombros.
Mientras ellas peleaban y discutían quien estaba con la menopausia y quien no, Dylan aprovechó para irse de ahí.
Tomó su mochila, se despidió de Tadeo y fue directo a la parada del autobús para regresar a casa.
Aproximadamente cuarenta y cinco minutos era lo que el autobús hacía de regreso hasta la parada cerca a su casa. En ese lapso de tiempo al chico siempre le gusta ver a traves de la ventanilla como el sol se va desapareciendo en el horizonte y la oscuridad de la noche cubre la ciudad.
Esta noche para él sería un poco diferente.
Para su buena o mala suerte, hoy cambiaría su vida.
Una vez su autobús llegó a su parada él se bajo y camino un par de calles escucho como unos pasos venían detrás de él.
Dylan camino un poco más lento empuñando sus llaves en los dedos de su mano derecha listo para atacar, obviamente en defensa personal.
Ya que desde niño ha sido blanco de innumerables palizas por parte de sus vecinos del barrio.
Por tal razón Sofía desde muy pequeño lo inscribió en clases de karate y defensa personal para que se defendiera y no se dejara golpear.
Cuando faltaba solo una calle para llegar a su casa fue detenido por chico que salió de una esquina y se paró enfrente de él.
_ Vaya, vaya miren a quien tenemos aquí nada más y nada menos que al hijo de nadie._ Se burla Mario un joven sin oficio ni beneficio quien siempre molesta a Dylan recordándole que no tiene padre.
Dylan antes de contestarle cualquier cosa revisa a sus alrededores cuantos son los pandilleros que acompañan esta vez a Mario, dándose cuenta que en esta ocasión son dos que vienen detrás de él.
_ Ya aburres siempre con lo mismo, ¿Qué de verdad esa única neurona en tu cerebro no te da para más?, ¿O fue tanto el uso que se murió y ahora tienes la cabeza hueca?._ Le pregunta el chico con una sonrisa burlona.
_ Pues yo no tendré neuronas pero tengo madre Y PADRE._ Grita haciendo énfasis en esto último.
A Dylan no le importaba que se burlaran de él por no tener un padre. Pero se volvía una bestia salvaje cuando se metían con su madre.
_ Dime Dylancito, ¿Qué se siente ser hijo de una puta que abre las piernas para que se la coj..?._
Mario no terminó de hablar cuando el chico enfurecido lo tomo fuerte del cuello y lo azotó con fuerza contra la pared mientras hacía presión con sus llaves en el cuello de este.
_ ¡UN PASO MÁS Y LO DEGOLLO AQUI MISMO!._ Les grita furioso a los amigos de Mario quienes quieren ayudarlo al ver como este desesperadamente trata de soltarse del agarre de Dylan.
_ Tuviste los huevos para meterte con mi madre. Ahora sabrás de lo que está hecho su hijo para que una vez por todas dejes de joder._
En cuanto el chico le dijo eso le dio un fuerte rodillazo en el estómago el cual prácticamente le saco todo el aire.
Dylan no se detuvo ahí y siguió golpeando a Mario una y otra vez sin saber que alguien con una enorme sonrisa de satisfacción lo estaba mirando desde la distancia.
^^^Continuará...^^^
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Comments
Yca Ramirez Hernandez
siempre hay envidiosos 😡
2024-07-20
0
esterlaveglia
como de costumbre los imbéciles envidiosos de siempre..... bien por Dylan 👍👌💪
2024-07-08
0
Alessa Lombardo
Que estupidez. Pues por lo que veo tu padre no te da buena vida Mario, la edición viene desde casa y me imagino que es una basura como tú
2024-06-28
8