Sebastian: me corto ese imbécil, pero en parte tiene razón la conozco hace 4 meses y medio, desde que llegue aquí, debo pensar sobre la misión, también debo arreglarte esto con el maestro.
A la mañana siguiente.
Mark, me levanto temprano como de costumbre, ayer fue una noche dura, tuve que cuidar de Ale, estuvo sufriendo otra crisis de pánico, además de algunas pesadillas que tuvo, no me gusta verla en este estado, yo la acompañaba con mi madre a las terapias, ella incluso tomo medicamentos, aunque ya no los toma, me preocupa que ella este así, no había sufrido una ataque desde hace 2 años, le hago su desayuno y se lo llevo a su habitación.
Alejandra, me siento horrible, anoche no pude dormir casi nada, sufrí otro ataque recordé todos los eventos que han pasado en mi vida, la muerte de mis padres, el abandono de mis hermanos y la humillación de Sebastian, me levante y me quede sentada en mi cama, pensando en que debería hacer ahora, pero unos golpes a la puerta me sacan de mis pensamientos.
Mark: Ale, estad despierta, puedo pasar, te traigo el desayuno.
Alejandra: Pasa Mark, si estoy despierta.
Mark entró a la habitación, dejo la bandeja en la mesita de noche y se sentó en la cama.
Mark: como estas bugaboo, te traje algo para que comas, mas tarde te acompañaré a visitar a la Maite la psicóloga que te atendió de niña, te parece.
Alejandra: si estoy bien, no te preocupes, no tengo apetito pero gracias, si está bien esperare a que vuelvas de la preparatoria, podrías pedir un permiso con el director, él conoce la situación.
Mark: vamos Ale, come aunque sea un poco, necesitaras fuerza para el resto del día.
Alejandra: de acuerdo creo que tienes razón en ese caso, pero ya vete que se te hará tarde.
Mark: prométeme que comerás, te conozco.
Alejandra: si, ok voy a comer, lo prometo feliz, ya vete que se te hará tarde.
Mark: me parece o me estás botando de mi propia casa, que cruel eres, dios me siento despreciado.(finge llorar)
Alejandra: hay ya no seas un bebe llorón, al parecer no cambias, vete de una vez, llegarás tarde, apura me canso de decirlo tanto, parezco un loro que repite las cosas.
Mark: hay ya no me grites Doña amargona.
Alejandra: como me acabas de llamar, repítelo una vez mas. (agarro una almohada, para tirársela a Mark).
Mark: eh que haces con la almohada, bájala y hablemos como personas civilizadas, yo no dije nada, creo que escuchaste mal.
Alejandra: me estás llamando mentirosa, a no ahora si, ya fuiste empieza a escribir tu testamento, papacito porque de esta no te libras.
Mark: no dejame loca, no quiero morir joven, sabes a cuantas chicas debo conocer, esta belleza cuesta mucho, dejame loca.
Alejandra: ahora verás, loco estarás tú.
Alejandra correteó a Mark por toda la casa, Mark recibió unos cuantos almohadazos y golpes, por haberle dicho eso, Mark llego tarde a la preparatoria, debido a tanto juego que tuvo con Alejandra, pero le gusto verla sonreír de nuevo, él sabía que a pesar de todo ella le ve el lado bueno de las cosas.
Autora: Mark serás burro, como se te ocurre decirle loca a una mujer que está loca de remate.
Alejandra: oye de lado estas tú, de él o mío, además yo no estoy loca ok.
Autora: del tuyo, la última vez que hable contigo casi me dejas pelona, así que de tu lado.
Mark: ja, ja, ja Pelona, te dejaban.
Autora: ale quieres otra ronda de almohadazos.
Alejandra: eso ni se pregunta, ven aqui Mark.
Bueno chicos cuidense mucho, no olviden comer bien, y lavarse los dientes, los quiero.
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