Capítulo 11

CAPITULO 11

Siento una paticas caminando en mi espalda, escucho algunos maullidos a lo lejos, pero son maullidos muy suaves como de bebe, siento una lengua muy áspera en mi rostro

-mmm kiwi no molestes es muy temprano. - abro mis ojos como platos al escuchar esa voz tan gruesa quien carajos está a mi lado, tomo las sabanas y veo debajo de ellas rogando que este vestida.

-Por favor por favor que haya ropa en mí. - veo y estoy en vestido de baño, porque tengo puesto un vestido de baño. Tomo un poco de aire y volteo para saber quién está a mi lado, cuando lo veo solo quedo en shok al ver a Hércules al lado mío nunca lo había visto tan de cerca mirando bien tiene una pestañas muy largas y gruesas sus cejas son muy peludas y definidas su nariz es perfecta, su cabello es espectacular.

-Puedes tomar una foto no.- en qué momento se despertó, tapo mi rostro con las sabanas para que no pueda ver mi rostro enrojecido.

-Porque haces eso- intenta quitar me las sabanas, pero no puede. - siempre me ha gustado como me vez. - y ahora de que está hablando digo en mi mente- crees que no doy cuenta, pero si lo hago, siempre ves mi rostro detalladamente. - yo hago eso. – talvez no te des cuenta cuando lo hace, pero yo sí, y me encantan.

-Por me dices esas cosas. - digo mientras destapo mi rostro. - porque eres bueno conmigo después de todo lo que te hice, todo lo que te hice pasar, los engaños, trampas que utilicé para poder deshacerme de ti y hacerte la vida imposible.

-No lo sé, solo me nace, te veo y no siento rencor, solo siento paz y no veo a una mujer mala, solo veo a una engañada que no ha podido superar el dolor de una traición… bueno de muchas traiciones y sé que sientes que tu luz se ha apagado.

- No sé qué piensa que diga con esto, o haga, pero lo que si te voy a preguntar es… porque estoy en vestido de baño. - la suelta una cargada enorme y una sonrisa de oreja a oreja.

-No te acuerdas de nada de anoche verdad. - dice mientras se levanta de la cama.

-Solo recuerdo que estábamos tomando algo de vino y con música y ya.

-Primero no te asustes no pasó nada, relájate aun que si me controle demasiado. - lo veo un poco sorprendida. - lo siento si te ofendí, pero escúchame y luego me dices si tengo o no razón. - él se sienta en un sillón y cruza su pierna.

-Cuando pusiste música tomaste de más de un momento tomaste la botella y haces un fondo blanco te emborrachaste tanto que no te podías poner de pie.

. No puedo creer eso.

-Mmm te estoy diciendo la verdad, luego de eso decidiste que sería bueno nadar en el mar, en un momento subes al cuarto luego bajas con ese vestido de baño que tienes puesto, no me diste tiempo de reaccionar saliste corriendo con los brazos arriba gritando que viva la vida o algo así. Tuve que cargarte hasta acá y no iba cambiar así que solo te seque lo mejor que pude y te puse la cobija.

-Ay no que vergüenza.

-Relájate nadie te vio y fue muy divertido ver como el mar de revocaba en la arena.

-Si claro, no vuelvo a tomar en mi vida.

-Si claro, vamos tenemos que desayunar y darle de comer a kiwi.

-De acuerdo, sola dame un momento tengo que bañarme y quitarme toda la tierra que tengo encima.

-De acuerdo. - el sale de mi cuarto yo solo me tiro en mi cama arrepintiendo de lo sucedido, aunque acá entrenos lástima que no pasó nada más.

Bajo las escaleras y encuentro a Hércules con un malten bien amarrado a sus cinturas que marca muy bien su trasero que le va muy bien nalguear…. Dios Hera no más.

Hace mucho que no tengo sexo o me siento deseada por un hombre y mis hormonas están un poco locas será mejor deje invitarlo tanto a mi casa.

-Te vas a quedar ahí viendo mi trasero o vas a desayunar? - dice mientras tomo de su taza de café.

-No te estaba viendo el trasero solo me sorprendió verte con eso puesto.

-Aja si claro. - camino hasta la mesa donde tiene todo el desayuno.

Nos sentamos a desayunar y es muy agradable estar con el no tengo que mantener un estatus.

-Oye desde cuando tienes ese tatuaje en la espalda? - dice el mientras mete una tostada con mantequilla a su boca, carajo el tatuaje ah al demonio no tengo porque darle explicaciones a él.

-No tengo ningún tatuaje.

-Si lo tienes, te recuerdo que tuve que cargarte y secar tu cuerpo así que al menos que tengas una lunar en forma de mariposa, eso es un tatuaje, cuéntame no seas mala.

-Solo suspiro fuerte. - ahhh bien, fue hace mucho tiempo, siempre quise un tatuaje, pero nunca tuve el valor de hacerlo.

-Porque no lo tenías?

-En ese tiempo le era devota a Zeus siempre creí que él me amaba y todo lo que dijera era verdad y siempre me dijo que o le gustaba verme con limpia que no tuviera ningún rasguño, mancha, cicatriz o tatuaje en mi cuerpo.

-Pero es tu cuerpo, tú decides que sucede en él. -

-Di el eso a mí yo de hace unos años a ver di ella lo entenderá. –

-Que dijo cuando vio tu tatuaje.

-Se volvió loco. - mi mente comenzó a viajar al pasado en ese momento en que vio mi tonto tatuaje.

AÑOS ATRÁS.

Volvía de un viaje con Perséfone era de su cumpleaños y ella quería un viaje de chicas, hace mucho que viajaba, Zeus siempre estaba ocupado o tenía un viaje de negocios, tenía tiempo para todo menos para tu esposa.

-No puedo creer que me hallas obligado a hacer esto Perséfone. - digo mientras caminamos al hotel.

-Oye yo no te obligué a nada, solo te dije atrévete, eres una mujer adulta tu veras que haces con tu vida no tienes que pedirle permiso a tu esposo todo el tiempo.

-Si talvez tenías razón.

Tomamos nuestras maletas ya que era el último día en las vegas, solo espero que Zeus no se enoje tanto por el tatuaje.

Hace unos días llegue a casa, pero me entero que Zeus salió un viaje de negocios con su secretaria, hoy es el día que llega le prepare una cena romántica para nuestro reencuentro lo extraño mucho.

-Bienvenido mi amor. - me lance a sus brazos cuando llega siento un olor a perfume de mujer… talvez en el aeropuerto había muchas personas. Pasamos al comedor y cenamos y tomamos vino, hablamos de nuestro viaje luego de un rato las copas suben a nuestras cabezas y nos vamos a nuestro cuarto.

Todo iba muy bien, besos iban y venían el a mí y yo a él, hace mucho que no teníamos una noche apasionada, peor todo cambio cuando me puse en cuatro él vio mi tatuaje y dijo las palabras que me marcaron:

-Te dije que no me gustan esas cosas, eres un asco. - salió de mí y me empujo a la cama, sol llore y él se vistió y se fue dejándome mi herida

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