Capítulo 4

ZEUS.

Hermano por lo que más has querido en todas tus vidas detente de una vez por todas, si Hera se entera de lo que le has estado haciendo más de 3 años no te lo va a perdonar.— le dice Poseidón

No para nada, ella no va a hacer nada porque no lo va a saber y tú mi querido hermano no le dirás nada ni a Hera ni a nadie

—Yo… esto no es justo que le hagas esto, esas es una decisión de ella

Ella no puede dejarme, ella debe estar conmigo para siempre sin importar nada

Hermano, sabes que en cualquier momento nuestra madre va a intervenir en esto y tú no podrás salir bien librado de esto.

Soy el gran Dios Zeus, nadie puede contra mí, mucho menos nuestra madre, nadie sabe enterar, entiende lo de una vez, ya relájate

Zeus es tu hermana, tu esposa no puedes ser tan egoísta y obligarla a estar contigo cuando ella no quiere estar contigo, porque crees que ni siquiera duerme en la misma habitación, yo te diré el motivo, porque le das asco, ella no quiere que la toques, ni que la mires, ni siquiera desea respirar el mismo aire que tú. Su subconsciente sabe y por ello no has podido volver acercarte a ella.

Hubo un momento de silencio en la habitación, los dos hermanos se miraron a los ojos, uno intenta descifrar lo que pensaba el otro y el segundo esperando que su hermano entrara en razón y dejara en paz a Hera.

No, seguiré haciéndolo hasta mi muerte y mis siguientes vidas.— Dice Zeus.

Unos tacones se escucharon al fondo del pasillo, los dos hermanos miraron hacia la puerta esperando a ver quién era la causante de ese sonido. Tocaron la puerta y Zeus dio permiso de entrar y por ella entró Hera.

—Buenos días.-dijo ella con una sonrisa de ironía y maldad, pues una parte de la antigua Hera estaba en ella.

Hera, que haces acá?. Dice Zeus.

—No puedo visitar a mi esposo en su trabajo, o ya veo te dañé el momento que querías tener con tu secretaria.

—Claro que no, pero jamás vienes a mi oficina.— Zeus se levanta de donde estaba y camina hasta ella intenta besarla, pero ella se aparta.

No te atrevas a tocarme o no respondo.

Qué te sucede?.

—Te diré que sucede.— Camina hasta el centro de la oficina y mira alrededor de esta.— que lugar que no has ensuciado con tu secretaria.— Zeus no dice nada y Poseidón solo niega con la cabeza.— Bueno, al parecer todo el lugar está utilizado… como ella.

Hera deja su bolso en el escritorio y dice.

Has hecho muchas cosas contra mi dignidad Zeus y que yo desgraciadamente he permitido, pero eso se acabó bueno en sí hace 3 años hubiese acabado esto, pero tú has decidido que no, que mejor mantenerme amarrada a ti.

Eres mi esposa y debes estar a mi lado.

—Y también debes ser fiel, pero nunca los has hecho, así que tus palabras no tiene sentido.

Hera se sentó al lado de su hermano Poseidón en el sillón que había en la oficina, al frente estaba una mesa y en ella una botella de ron al cual sirvió un poco y tomo de este.

—Así que en visto que me tienes un pequeño hechizo en mí, has tomado y fuerza, no seré buena contigo.

—No puedes hacer eso?.

Por qué no? - dice Poseidón que hasta el momento estaba en silencio.

—Si porque no?.— dice Hera.— Tú has hecho peores cosas contra mí y yo solo quiero que me devuelvas mi poder y que nos separamos.

—Como te vas a separar, siendo la diosa del matrimonio, se supone que debes de cuidar de los matrimonios.— Camina para llegar hasta su escritorio y sentarse en él.— que dirán de ti, sería hipocresía seguir en tu cargo.

—Para mí no lo es, porque sin estarlo poder seguir de ellos, es mucho más hipócrita seguir en un matrimonio en el cual haya más amantes que los años que llevamos de casados.— Hera saca una carpeta, los pone en la pequeña mesa que tiene al frente.

¿Qué es esto?.— dice Zeus tomando en sus manos la carpeta lee el contenido a medida que lo le va frunciendo el ceño.— un acuerdo de divorcio?

Claro, pero lee lo siguiente.

¿Un acuerdo de confidencialidad, para que es esto?

—Bueno, quieres que todo el mundo sepa que el gran Zeus debe manipular a su esposa para mantenerla a su lado. Piensa en lo que pueden decir de ti, que mal querida.

Hera se sirve un segundo trago de Ron y camina a la gran ventana que hay en la oficina y mira por ella, es una gran vista. Paso un tiempo hasta que Zeus leyera todo el documento, en un momento la puerta se abre dejando entrar a su secretaria la cual no les dio importancia las demás personas que había.

Amo Zeus, sé que el día lo tiene libre, así que creí que podríamos pasar un tiempo.— se acerca a él y toca su pecho y luego lo toma por la corbata.— hace mucho que no pasamos un tiempo a solas como antes.

Hera y Poseidón se miraron no juzgando lo que esa mujer acaba de decir, en sí la sorpresa es que no tenga por ellos dos, ya que son dioses y deben tener un respeto. Por ello a Poseidón lo enfado un poco.

Lamento bajar de tu pequeña nube, pero él tiene asuntos que atender.— La mira de abajo y arriba con un poco desprecio.— más importante que calmar tus hormonas.

Afrodita los mira a los dos con sorpresa y miedo, ya que Hera estaba en el lugar, no sabía cómo actuar o que decir y eso lo noto Hera.

—No tiene que ponerte nerviosa, al igual ya este castigado lo recuerdas— Dice Hera tomando de su trago que tiene en su mano.— No deseo tener una discusión en este momento, así que solo espera afuera que TU amo firme los papeles que tiene en su mando y me voy luego podrán su tiempo juntos.

Afrodita se queda en el punto.

Mmm necesitas que te saquemos o qué?.— dice Poseidón, afrodita, obedece y sale del sitio.

Aún necesitas tiempo para que firmes.

No los voy a firmar Hera, eres mi esposa, solo dame una oportunidad una y te prometo que no te voy a defraudar.

—No, Zeus, ya no más, deseo ser amada de verdad, deseo que solo tenga ojos para mí y nada más para mí.— Hera se acerca para tomar su bolso y salir del lugar antes de irse dice:

Te doy hasta mañana que firmes el documento o todo el mundo lo sabrá.— sale del lugar dejando a sus dos hermanos en silencio. Después de un rato, Poseidón hablo:

Hermano es lo mejor, ya no estamos en los siglos pasados donde eso importaba, ahora ni los humanos se casan y solo se van a vivir juntos y listo y ni siquiera saben de nuestra existencia.

Al no recibir respuesta, Poseidón se pone de pie y se va del sitio porque no quiere que se vuelva una discusión entre ellos.

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