IV.

A las afueras de la ciudad, a poco más de 20 kilómetros de la carretera más cercana una bodega abandonada servía de refugio para tres personas.

La fachada era aterradora para cualquier ser humano capaz de sus facultades mentales. Pintura adherida a los muros con apenas un hilo de cemento amenazaba en descender, los vidrios rotos parcialmente cubiertos por un par de plásticos negros facilitaba la entrada a la tierra que sucumbía a las fueras, laminas apenas eran sostenidas por los innumerables castillos de tuvo metálico corroido; un par de roedores luchaban entre sí por las noches y los insectos se alimentaban de piel de las tres personas que con valentía habitaban aquel lugar, aún con todo en su contra decidieron habitar esa abandonada y polvienta bodega.

Dereck se encargó de conseguir lo necesario para el bienestar de las bellas damas que lo acompañaban. Con esfuerzo logro recabar lo necesario para Alessia hablando médicamente; camilla, tanque de CO² y O², desfibrilador, lector de signos vitales, en fin, toda el ala noroeste estaba cubierta por un sinfín de máquinas para la disposición de la chica de tez blanca.

Alma también recibió algo de parte del chico, muy agradecido Dereck le obsequio un ecografo portátil para que pudiera observar al pequeño niño que crecía diariamente dentro de su vientre, aquel que en un par de meses sería su lindo sobrino.

Llegaron a aquella bodega por instrucciones de un hombre desconocido, Joaquín Vega. Decidió ayudar a Dereck tras casi perder la batalla contra Christopher Bouchain el cual secuestro a su querida Alessia.

Sia observaba con detenimiento al hombre el cual hacia un sinfín de muecas tratando de contener los celos. Dentro el libraba una batalla contra sus demonios, sin duda estaba más activo que un volcán a punto de estallar.

»¡Dereck, práctica lo que Alma te enseñó, piensa en el recuerdo más bonito que tengas... Inhala y exhala«. Se decía internamente el chico reproduciendo aquella sonrisa acompañada por el sonido de la melodiosa risa.

—Lo siento Alessia pero no sé nada de él— el chico no tuvo valor en informarle que en reiteradas ocasiones se contacto con el rizado, pero este lo mando a freír espárragos sin siquiera dejarle explicar la situación.

»¡Voy a proteger tu corazón!« pensó para si.

Los zafiros cristalinos no pudieron evitar derramar lágrimas por la noticia.

La opresión en el pecho de la chica se sintió fuerte, metafóricamente como aquellas caricaturas dónde una vibrocompactadora pasa por encima del cuerpo dejandolo como una hoja de papel.

—No, no, no, no ,no — movía la cabeza al compás de sus palabras —No llores por favor, me partes el corazón—

Ella solo lo observo por el rabillo del ojo sin prestar atención a sus palabras, mecánicamente respiraba pero sentía como si estuviera muerta en vida.

Las palabras fueron arrepentidas por parte del ojiazul, rápidamente se irguío de su asiento y comenzó a caminar de un lado a otro, con tanta rápidez que quizá podría abrir un hoyo debajo de sus pies, su mano derecha era apoyada sobre su barbilla que contaba con su querida barba desarreglada, sus pensamientos se encontraban a mil analizando la triste situación.

Ladeó la cabeza en busca de alguna respuesta, sin obtenerla. — No llores Sia, estábamos esperando tu recuperación para salir de este lugar.

Pue... pue...— las palabras que pronunciaría el moreno saldrían en forma de dagas directo a su corazón, contra todo las lanzó —Puedes buscarlo y solucionar cualquier inconveniente que tengas con él— fingió una sonrisa mostrando su maravillosa dentadura blanca.

»Nada me hará más feliz que tu felicidad« Pensó el pelinegro sonriendo ladeado

Alessia pareció masticar las palabras su acompañante, tras varios minutos en silencio mortal decidió secar sus lágrimas y mostrar una radiante sonrisa que le derritió el corazón a Dereck.

—¿Crees que me siga amando?— preguntó un tanto cabizbaja.

»¿Quien no podría hacerlo?« pensó provocando que sus mejillas se tiñeran de carmesí.

Sin imaginar la equivocación de sus palabras habló tratando de darle confianza a la chica sobre la camilla .

—¡Por supuesto!, cuando vuelva a verte correrá a tus brazos y todo el tiempo perdido lo podrán recuperar.— su sonrisa permanecía intacta, pero sus ojos denotaban algo completamente diferente.

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...Dereck Del Valle....

...Alessia Velarde....

...Nathaniell Torres....

...Iris Castillo....

...Alma Carbajal....

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