Un Beso

Un Beso

I.

»Y aquí estoy yo, velando por la chica que trae mi mundo de cabeza, por aquella chica de la que llevo enamorado poco más de medio año y la cual decidió entregarle su corazón a otro hombre.

¿Qué le voy a hacer?, me encantaría obligarla, hacerle entender que la amo y que pusiera su corazón entre mis manos pero eso es absurdo, yo mismo sé que en el corazón no se manda, no podría obligar a la chica a destruir su órgano vital solo porque deseo que ella me vea con esos hermosos ojos de una manera romántica, sería un completo patán si lo hago.

En alguna ocasión la chica que yace a un lado mío me contó una historia de amor, esas estúpidas novelas románticas en las cuales un hombre poderoso secuestra a la protagonista, esta última desarrolla síndrome de Estocolmo y viven felices por siempre.

Confieso que eso sería fantástico, pero solo es ficción y la idea se quedará dentro de aquellos escritos que a las chicas les derrite el corazón.« Dereck pensaba para si mismo creando una linda historia en su cabeza como si verdaderamente alguien estuviera escuchando sus pensamientos. Hace dos meses sufrió un golpe en la cabeza que lo dejo un poco cuerdo, por ello vislumbra personas a su alrededor.

Junto con Alma ha trabajado mucho en aquel padecimiento y paulatinamente la doctora comienza a ver mejoría.

»Se han de estar preguntando ¿Quién demonios eres? ,pues les contaré.

Mi nombre es Dereck Del Valle Carusso de nacionalidad Americana con descendencia mexicana y francesa. Tengo 29 años, vivo en .... en... en fin solo vivo y lo hago por qué la chica que yace en la camilla sigue con signos vitales.

Soy hijo único de dos irresponsables que no supieron cuidarse hace 30 años y por ello tengo que aguantar los golpes de la vida, ¡no se crean, es broma! « El chico rió ligeramente observando el suelo, pasaba su pulgar derecho sobre los nudillos de la mano contraria. » Ciertamente es que mis padres me dieron todo lo que quise pues su estatus económico y social se los permitía. Mi madre es la mejor abogada del continente americano, por otro lado quisiera orgullecerme al hablar de mi padre pero no puedo, él es el mayor narcotraficante de América y Europa, cosa que está fuera de mis límites éticos y morales.

Mi padre, Ernesto Del Valle me obligó a separarme de mi madre a los 20 años, desde esa edad siempre insistió en colaborar con sus "negocios", obviamente me negué rotundamente y decidí hacerle caso a mi corazón, así fue que huí de la casa para estudiar una licenciatura en medicina con especialidad en cirugía plástica, ortopédia y cardiología.

Todo lo mencionado no habría sido posible sin la ayuda de mi linda madre, Pamela Carusso que a pesar de seguir a lado de Ernesto siempre me apoyo en cada uno de los pasos que dí y me cuido a la distancia.«

—¡De.. Dereck!—La voz apenas audible salió de la boca de aquella chica que Dereck tanto vigilaba.

Alma, una mujer morena de ojos marrones corrió al escuchar aquel sonido apenas perceptible. Colocó el estetoscopio sobre el pecho de la chica de piel blanca y comenzó a analizarla.

—¿Puedes escucharme?— la voz de Alma saco a Dereck de sus pensamientos.

—¿Di.. dijo mi nombre?— preguntó el chico de los ojos grises azulados.

Alma asintió con el rostro e inmediatamente pudo vislumbrar por primera vez una sonrisa en el rostro del chico.

—¡Alessia, Alessia. ¿Puedes escucharme?!— susurro el chico al oído de la paciente, sus lindos ojos se clavaron en aquel pálido y delgado rostro.

—Mmm— Alessia movía la cabeza con lentitud de un lado a otro.

—¡Dereck, está despertando!— mencionó Alma con alegría, daba pequeños saltitos como si fuera niña pequeña.

Dereck entrelazó su mano con la de Alessia, beso el dorso de la pequeña mano y agregó.

—Alessia, por favor responde— sus ojos se clavaron en aquellos labios pálidos que alguna vez tuvieron mucho color.

La chica de piel blanca luchaba con toda su voluntad por abrir los ojos, solo escuchaba balbuceos y no lograba distinguir las voces.

Después de dos cuartos de hora Alma regreso y se recostó sobre su cama improvisada, acariciaba su vientre imaginando como sería el rostro del bebé que tendría. »¡Ojalá y se parezca a Milo!« pensó para sus adentros con nostalgia.

Por otro lado Dereck seguía sosteniendo la mano de aquella chica que a la que miraba con devoción.

—♪♪You Don't have to say love me

(no tienes que decir que me amas.)

I just wanna tell You somethin

(solo quiero decirte algo)♪♪— Él cantaba un tanto cabizbajo, con su pulgar acariciaba los preciosos nudillos de la chica de tez blanca.

—♪♪Lately you've been on my mind

(últimamente has estado en mi mente)♪♪— Se escucho la voz pausada y débil de Alessia.

Dereck inmediatamente se sentó a su lado y comenzó a dejar pequeños besos sobre el rostro de la chica.

Alessia por fin pudo abrir sus bellos ojos grises profundos, inmediatamente vislumbró a su querido amigo sintiendo como su corazón se comprimía dentro de su pecho.

»¿Dónde estará Nathaniell?« pensó para si misma

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