Marcus es traído al despacho del rey en pocos minutos. Éste saluda al rey con una reverencia y saluda también al almirante. Arthur es quién habla primero con Marcus.
- Marcus, te presento el almirante De la Croix y estuvimos pensando en la propuesta que me hiciste anoche.
- Señor almirante De la Croix es un placer conocerlo. Mi nombre es Marcus Dartnell.
- Buenos días, Marcus. - ambos se saludan con mucho respeto, pero el almirante no le da la mano.
- Marcus por favor siéntate. - el rey le invita a sentarse. - Bien, para empezar anoche me comentaste que Wilson Bøhj tiene una flota cerca de Jamaica, sé que esa isla está lejos de aquí. También sé, que cruzar el Atlántico es muy peligroso y mis hombres no están preparados para hacer una travesía tan larga y tan peligrosa, por lo tanto, esa propuesta de ir hasta allá no me parece razonable.
- Su majestad, si usted me permite, usted necesita barcos para la guerra y un corsario para no perder la batalla que le va a declarar Wilson Bøhj.
- Joven Marcus, espero que usted pueda comprender que nuestros hombres no están acostumbrados, o mejor dicho nunca han hecho una travesía tan larga y peligrosa cómo cruzar el Atlántico, espero que usted nos pueda comprender. - el almirante se mostró serio ante la gravedad del problema – que nosotros somos marinos mercantes y no militares, mucho menos corsarios.
- Aquí tenemos el mapa. Así que, pensemos bien cuál es la mejor estrategia para bloquear el ataque de Wilson Bøhj.
Han pasado varios minutos entre el rey y el almirante, que no se ponen de acuerdo, mientras que Marcus guarda silencio, estuvo pensando de qué manera poder ayudar a estos hombres para poder obtener estos barcos sin exponerlos a tanto peligro.
Cierto punto de la reunión, Marcus pide la palabra, el rey sede.
- Entre los barcos que tienen, ¿Hay un barco ballenero o galeón que no lo usen?
- Su majestad, tenemos un galeón en mantenimiento. - aclara el almirante.
- ¿Cuál es tu plan Marcus? - El rey está preocupado.
- Se me ocurre hacer un plan: el engaño, usando disfraces de balleneros y comerciantes con aspecto de enfermos para poder cometer un asalto en altamar.
- ¿Un engaño usando disfraces? - el almirante no entiende el plan.
- Si, hay que estar vestidos de pordioseros, aparentar que estamos enfermos y que fuimos agredidos. Iremos al Este navegando en alta mar con una distancia, 400 millas mar adentro, hasta que vengan hacia nosotros. Será la carnada perfecta, el vernos en esas condiciones pensarán que somos blanco fácil. Empezaran a registrar el barco, pero los atacaremos, el barco debe estar en mal estado, su casco debe presentar rastros de ataque.
- La pregunta es ¿Con qué frecuencia salen de esa isla? no sabemos. - El almirante quiere más información.
- Hacemos la jugada con dos galeones quemados. Cada 15 días hacemos el cambio. Así, no estaremos tanto tiempo expuestos, el día 15 se retira el galeón 1 y entra el galeón 2. Es un juego de paciencia.
- La idea no es tan mala después de todo, así que no expongo a mis hombres a estar cruzando todo el océano. – el rey muestra su acuerdo mientras acaricia su barba.
- El juego, para que sea más atractivo sería bueno que mientras más dañado este el casco, mayor atracción sería para nuestro enemigo. Un casco quemado como dije puede funcionar, pero el aspecto de la tripulación debe ser miserable.
- Su majestad, solo tenemos uno en mantenimiento, el otro será desmantelado en los próximos días.
- Marcus, ¿Estarán bien las condiciones de esos galeones? – El rey está nervioso.
- Son perfectos. Es más, desde allí nos organizamos en las maniobras que hay que hacer con esos barcos, hay que recordar que los piratas tienen flotas ligeras y rápidas, los hombres deben estar atentos en la aproximación al área de combate y en la graduación de cañones según la distancia. Atacaremos al rey del Norte con sus propias naves.
- Muy buena estrategia – el almirante se siente convencido - Esperemos que los cascos de los galeones estén en las condiciones ideales para atraer al enemigo.
Se pone en marcha el plan. En el muelle, Marcus da el visto bueno a los galeones, entrena a los hombres para que estén preparados para la hora de la batalla cuerpo a cuerpo.
Llegó el día del embarque, solo llevan provisiones alimenticias, tienen puestos sus trajes desgastados son amplios y sucios. Unos auténticos trajes de pordioseros, solo una tripulación de 50 hombres va en el primer navío, el segundo grupo debe esperar unos días.
No fue necesario esperar tanto tiempo, solo 35 días. Con la ayuda del catalejo, el almirante avista un barco y desde la cofa, uno de los marineros, divisa la flota de 8 barcos, son ligeros tal como lo dijo Marcus.
- Almirante, se ve que la flota es ligera, son más de cinco barcos. - Grita a todo pulmón.
Rápidamente, el almirante organiza la tripulación para guardar las velas más pequeñas y quemar dos grandes, la idea de hacer humo es para despertar el interés de los piratas. Los marineros están listos, se dan golpes para hacer creer que han sido agredidos, hasta desgarran las prendas, es la hora del show.
Los piratas del norte mordieron el anzuelo, se acercaron al galeón humeante. Aunque fueron cautelosos, querían asegurarse de que fuera un galeón comercial, ya que también hay galeones de guerra. Al ver un galeón netamente comercial, subieron al barco e inician su inspección.
Durante lo que quedaba del día, los marineros se levantan con mucho sigilo y salen de la bodega e inician con su ataque, tal y como lo acordaron los marineros, los piratas fueron tomados por sorpresa, al estar en un lugar con poca luz, no pudieron defenderse.
Ahora, el ejército del reino de Sete tiene el control total de los bergantines y corbetas. Los cuerpos de los enemigos fueron arrojados al agua.
A 300 millas de la costa del reino de Sete, Marcus estaba en el otro galeón, esperaba a la flota recién adquirida, estaba ansioso de saber cómo fue el asalto. Almirante y corsario se saludan, las dos partes del flamante ejército se saludan conforme van desfilando los navíos recién adquiridos.
Los navíos deben renovarse por fuera y por dentro, algunas piezas metálicas deben cambiarse para no reconocerse, los herreros presentan los nuevos diseños de los remaches que adornarán, los emblemas y las letras de los nombres de los nuevos navíos. Los diseños representan la fuerza del reino, como la heráldica de la familia Grenière, serán de oro y los cascos serán de color negro, todos los detalles de la ornamenta serán cambiados y cubiertos con hojas de oro.
Walter quiso festejar esa victoria con el pueblo, Arthur se aprovechó de la fiesta para hacer nombramiento de Marcus Dartnell como corsario oficial del reino de Sete.
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Comments
Viviana Bustos Aldana
No se pero ese almirante ya me da mala espina 😒😒😒
2023-07-17
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Maru
Un buen plan Marcus ☺️ pero no sé el Almirante me da mala onda
2023-06-20
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