Sorpresas inesperadas

Holly   

 

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Quitándole el control a Louis de las manos, intenté cambiar la pelea que estábamos viendo. Odiaba ver esa cosa. Dos hombres pegándose por ninguna razón, deformándose la cara completamente. Uno de los oponentes ya tenía la nariz torcida bañada en ese líquido carmesí, el otro tenía una gran abertura en la ceja izquierda. La sangre me daba náuseas, eso no era para mí. Me preguntó si de tanto golpe los boxeadores no quedarán como imbéciles. Supongo que tiene que ser de esa manera. 

Louis me tomó de la cintura haciéndome cosquillas para que le devolviera el control remoto, él sí estaba disfrutando del baño de sangre. Me removí como loca en el sillón de la sala familiar, gritando que me dejara. Louis no paraba de apretar mis puntos más débiles, provocando esos movimientos desesperados. Al momento de arrebatarme el aparato de las manos, colocó una vez más la pelea. Sus manos aún buscaban el lateral de mi cadera, presionando justo en el punto. 

—¡Basta ya! —le grité, tomando sus manos. 

—¿Ya? ¿Tan pronto? Vamos, Hol, un beso y te dejo que cambies de canal. 

Poniendo mi boca en posición para besarlo me quedé esperando a que Louis recibiera mi adorable beso. En lugar de acercarse y aceptarlo, Louis comenzó a reír ignorando mis labios. Alejándose de mí, tomó de nuevo el control, concentrándose en la pelea. Lo bueno y lo malo de la tecnología, era que podía dar el comando de voz y lograr que se cambiara de canal. Louis ignoró mi beso y yo iba a joderle el final. Justo en la última ronda, a unos segundos del final le grité al comando. La pantalla cambió directo al canal infantil. 

¡Mierda, nooooo! ¡Holly Marie, cámbialo! —Louis se puso de pie, observando la televisión. Movía las manos desesperadamente intentando regresar a la pelea. No pude evitar soltar una carcajada tomándome el estómago. Logró regresar a la pelea justo a tiempo para ver el último golpe del hombre con la nariz torcida. 

—¡Ganó Fenderich! —levantando el puño como loco, celebró la victoria del tal Fenderich. Cuando se dejó caer a mi lado, reposó su mano en mi hombro, me acercó a él plantándome un beso en la frente. 

Nunca en mi vida pensé ver a Louis de esta manera, tan libre y tranquilo con una mujer. No sabía si era de esta manera con todas, pero me hacía sentir especial, única, auténtica. Viéndolo con esa mirada que nunca le di a nadie, me acerqué para darle el beso que hasta hace unos minutos había rechazado. Lou aceptó mis labios atrayendo mi cara para marcar lo mucho que significaba para él. 

—Holly, Holly, Holly… ¿Qué diablos estás haciendo conmigo? 

—Te estoy conquistando con mis encantos —guiñé un ojo en forma pícara y coqueta. 

Buscando en el repertorio de películas, escogimos una de acción. Una que trataba de un secuestro de una bebé y su padre en la lucha de recuperar a su hija. Para ser sincera, no me interesaba la película, para nada. Cuando todo pareció volverse tedioso, me dispuse a besar el cuello de Louis, necesitaba tentarlo para atraerlo a mis exigentes deseos. No tardó mucho en reaccionar. Tomándome de la cintura, me colocó a horcajadas en su regazo. Comenzamos a besarnos, mezclando nuestras lenguas. Su beso se intensificaba reclamando o, mejor dicho, exigiendo que los míos lo siguieran. 

Bajé mi mano hasta encontrar su erección, jugando con ella a través de los vaqueros decidí sacarla para animarla mejor. Bajando su cremallera levanté mi mirada para observar cómo su respiración se comenzaba a acelerar. Quitándole el primer botón, luego el siguiente, lo necesitaba y él a mí. La pulsación se me aceleró de una manera tan increíble que no podía creerlo. Louis nunca apartó la mirada de la mía, siempre fija, una mezcla entre azul y gris. Tan perfecto. Introduciendo mi mano en su ropa interior blanca. Los ojos de Louis se cerraron una fracción de segundos antes de sacar todo el aire que guardaba en los pulmones por la anticipación. Apretándolo, comencé a bajar y a subir. No hay momento más erótico que ver a esa persona responder de esa manera. Te hace poderoso ver a la otra persona vulnerable. 

—No puedo más, Hol, voy a… —su voz era una súplica silenciosa que exigía más. Apretando una vez más, aceleré el movimiento de mis manos—. Holly, voy a venirme en toda tu ropa. ¡Para! 

¿Ropa? Me valía madres la ropa. No quería parar. Ya la tiraría a la basura. Era ropa de dormir por todos los Dioses, eso se puede arreglar. Esto era más emocionante que ver la mejor película de acción. Mordiéndome el labio comencé a gemir, sabía que eso lo destrozaría. Y así fue, cuando Louis soltó una convulsión extraña, y rogó porque me detuviera, era hora de hacerlo. 

—Pesas una barbaridad —susurré cuando me di cuenta de que me costaba respirar. 

—Ahora te esperas a que me recupere. Dios, no puedo ni mover las piernas. Me dejaste acabado y aún tengo que encargarme de ti. 

—No ahora, creo que necesitamos recuperarnos los dos, aunque no miento, estoy muy mojada. 

Louis abrió mucho los ojos, inspeccionándome con emoción. Él tenía la capacidad de mandarme al cielo y al Infierno solo con una mirada. 

—Mojada… ¿De ti o de mí? 

De los dos —respondí antes de darle un beso en los labios. Louis observó mi camisa unos segundos—. Directo a la basura — dije, tapando mi cara para no reír exageradamente. 

—Iré a comprarte unas veinte, al paso que vamos te quedas sin ropa. Ahora, bésame, necesito… ¿Qué diablos es eso? —un poco confundida lo observé unos segundos antes de caer en la cuenta de lo que estaba viendo. ¡Mierda! Las marcas. 

Tapándome el pecho, bajé la mirada sintiéndome completamente vulnerable. Louis se apartó de mí dejándome desnuda en el sillón. Lo observé en toda su gloria caminar con desesperación por toda la habitación antes de pegar el grito en el cielo. 

—¡¿Pero qué mierdas?! Sinceramente, Hol… ¿Cómo eres tan estúpida para permitir esto? Hay por lo menos nueve de esas mierdas en tu piel. 

Quise decirle que no era estúpida, que en realidad era difícil para mí cada vez que él me tocaba. Me lastimaba cada vez que hacía eso, en un principio era como un juego, ahora se había vuelto humillante. Me quitaba la parte sexi. Levantando la vista, observé cómo se transformaba Louis en una mezcla de enojo puro. Sus facciones habían cambiado mientras observaba mi pecho. Pánico, eso es lo único que pude sentir antes de que volviera a gritar de enojo alegando por lo que Adam me hacía. 

Me llevé las piernas al pecho, avergonzada por todo y con miedo a que reaccionara mal. Debía pedirle perdón para que no me fuera a tocar con brusquedad, no quería temerle a Louis también, no a él. Me tapé los oídos gritando un «lo siento». Suplicando que dejara de gritar. Esto era horrible. Estaba temblando y asustada recordando cómo era Adam. 

—¡Holly! —lo escuchaba decir mi nombre, pero no podía concentrarme. Sus manos me rodearon las muñecas apartándomelas de los oídos. Su cara estaba pálida, asustado al igual que yo. Recostándome en su pecho, dejé que mis lágrimas salieran libres de mi cuerpo. No lloraba porque le tenía miedo, no lloraba porque estuviera intentando detenerlo. Lloraba porque había caído en la cuenta de lo mal que estaba todo esto. Louis estaba muerto del miedo al igual que yo lo estaba, y eso solo significaba que Adam se cagó en mi vida más de lo que me imaginaba. Después del pequeño episodio con los gritos y el llanto, decidimos vestirnos y ver la película como gente normal. Estábamos empezando a servir la comida, cuando mamá y papá llegaron a casa. Los cuatro nos sentamos en la sala familiar a platicar. Mamá se veía fantástica con su cabello negro recogido en un moño, sus ojos grises y ese traje negro hasta la rodilla era hermoso. Su collar en el cuello me recordaba una historia demasiado romántica, como si la hubieran sacado de un libro. El corazón con tres gemas, algún día me gustaría tener algo que represente un amor eterno. Quizá mi destino no sea con Adam como siempre lo pensé, quizá era con… 

Observé a Louis hablar con papá. Los dos parecían grandes amigos. Su risa, sus movimientos marcados, la manera en la que mamá veía a papá. Eso era exactamente lo que quería para mi vida. No quería seguir teniendo miedo, no quería sentirme intimidada, ni mucho menos, sentirme como si no valía nada en este mundo. 

—Holly —dijo mamá frunciendo el ceño—. ¿Puedo hablar un segundo contigo en el pasillo? 

Los ojos de Louis se abrieron como platos, los dos nos observamos durante unos segundos antes de seguir a mamá fuera de la sala familiar. Estando ahí, me tomó de los brazos jalándome a su pecho. Sus manos me envolvieron completamente dejándome sin respiración. ¿A qué diablos viene esto? 

—No tengo ni la más mínima idea de qué pasa entre tú y Lou, Holly, sabes que te amo y lo único que quiero es tu felicidad. 

—¿De qué diablos estás hablando? —me hice para atrás unos centímetros de su abrazo. 

Te vi besarlo. Sé que los dos están comprometidos, pero nada en esta vida está escrito. Mira mi historia con tu padre. A pesar de que todo fue un poco loco, nos amamos y luchamos por las cosas difíciles en la vida. Si lo quieres, lucha. A veces es necesario hacer locuras por amor. 

Frunciendo el ceño asentí con la cabeza, no pude hacer otra cosa más que eso. Era lo que era. Mi madre volvió a envolverme en sus brazos. Era su forma de demostrarme su apoyo, pero, en cierto sentido, eso era todo. 

—Las locuras van mucho más lejos de lo que crees mamá, se supone que es mi hermano, primo, crecimos juntos. Esto no puede ser y lo sabes. Además, no creo que me vea como una chica para pasar el resto de su vida. 

Caí en la cuenta de que me estaba sincerando con mi madre… ¡Mi madre! No podía creerlo, de todas las personas que tengo para contarle esto, ella era a la que mi corazón eligió para decirle. Igual nos había visto, ya qué más da. 

—Sería un idiota si no te mira como alguien posible para tener tu corazón. 

Mamá logró sacarme esa sonrisa que no pensé darle a nadie, esa sonrisa llena de esperanza. Quizá así era el destino, estaba destinada a algo mejor. Crucé los dedos porque fuera Louis, algo en mí estaba enloqueciendo por él. Dándole un abrazo a mamá tomé la decisión más importante que tenía que tomar. Era hora de dejar a Adam para poder ser feliz. 

 

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Comments

Eleonor Baker

Eleonor Baker

Cómo no si te lo dijo

2024-05-03

1

Vanesa Garcia

Vanesa Garcia

Muy bien Holly !!

2023-04-26

1

Vane Quiroga

Vane Quiroga

biennnn buena decision no lo quiere y es un maltratardor es mejor apartarce

2023-01-27

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