Castigo.

Elida se paseaba por las calles de lo que alguna vez fue su reino, oía por todos lados quejas y lamentos.

Con cada paso el horror crecía, escuchó que alguien la seguía, los pesados pasos no se detuvieron, estaba muy cerca de ella.

Tuvo miedo, su cuerpo temblaba con cada paso que daba , la marca que llevaba en la mano derecha pasaba, si alguien la descubría sería sin duda alguna asesinada no sin antes torturarla.

Se fue por un pasillo muy estrecho y entró en un patio de alguna casa de familia pobre.

Una pequeña niña se percató de su presencia y la jaló hacia unos escombros de lo que muy seguramente fue su antiguo hogar.

La pequeña le hizo una señal a su madre para que arrancara la puerta y así evitar que el hombre que seguía a Elida pudiera entrar.

Después de un rato y viendo que nadie venía Elida salió, la niña tenía llagas en sus manos.

__ Mujer, por qué sus manos están tan lastimadas???.__ Quizá Elida ya sabía lo que era pero prefirió oírlo de la boca de la mujer.

__ Quien eres tú, una espía acaso??.

__ Tranquila, soy leal a la princesa Elida, no temas.

__ Nos obligan a trabajar en la mina del monte azul, a los niños y los grandes por igual, los que no resisten los avientan al fondo o sirven de alimento para los animales de su alteza el príncipe Dionisio.__ El miedo en la voz de la mujer se podía casi respirar, ya había perdido a su esposo y a sus padre a manos del demonio de Dámaso.

__ No le llames su alteza , ese infeliz no es mas que un ebrio y usurpador, sean fuertes un poco más , la princesa va a volver y los va a rescatar.__ Para si misma ella quería creer que podía salvar a su gente.

En el palacio verde, el rey Dorian volvió a la corte para reclamar el jugoso botín de el reino , ya habían pasado muchas lunas y nadie reclamó las joyas y oro de la antigua familia real. Dionisio ya había repasado Costa Esmeralda sin éxito , al parecer el tesoro se había desaparecido.

En el gran salón el corpulento y muy malencarado Dámaso se dirigió al rey.

__ Su majestades, tengo información de un conde , que probablemente el tesoro fue llevas a la isla de los lamentos, si atrapamos al viejo barquero , podemos llegar al lugar.

Giles, se incomodó con la sugerencia de Dámaso y se apresuró a intervention para que el rey no lo tomara en cuenta.

__ Su majestad, es un riesgo muy grande , quizá mayor al beneficio que obtendrás, sin contar con lo que está a la vista las terribles olas y la marea alta de ese lugar y que tal que las coronas no están ahí??.

__ Como te atreves a contradecir a tu superior muchacho insolente!??.__ En realidad Dámaso estaba más interesado que nadie en llegar a la isla por todos los mitos que la rodeaban, era como un reto personal para él.

__ Giles, tú vas a investigar todo acerca de la dichosa isla y me entregarás un informe detallado, Irineo va contigo.

__ Majestad, permita que sea yo el que vaya , solo es misión de reconocimiento , no vale la pena que su alteza se exponga.__ Muy dentro de su persona planeaba matar a Giles haciéndolo parecer un accidente.

La mujer que horas antes escondió a la princesa Elida, irrumpió en el gran salón, venía sucia y manchada de sangre, con la mirada desafiante, no hizo ninguna reverencia solo gritó con todas sus fuerzas.

__¡¡ Ustedes son unos malditos, ustedes mataron a mi bebé, mueran todos!!.

Y tiró en dirección del rey y los príncipes, un bote de latón que contenía polvorín, este explotó en el aire.

No hizo ningún daño excepto el susto, pues nadie se había atrevido a tanto, era hora de poner un alto y cortar de tajo con las esperanzas de alguien que pensara hacer algún día lo mismo.

Dámaso tomó a la pobre mujer de el cabello fuerte y sin piedad, la mujer estaba aturdida debido al ruido de la explosión.

La ataron de las manos sobre un poste , en el medio del gran patio real, mandaron pregonar que estaban por enjuiciar a una mujer por atentar contra el Rey.

Poco a poco la gente los nobles y esclavos comenzaron a llegar, pronto el patio se vio rebasado. Y no es que al rey o a los príncipes les agradara la gente , era más bien para dejar en claro que las cosas en Costa Esmeralda ya no eran las mismas.

Dámaso azotó a la mujer con un grueso cuero de bisonte, era su herramienta de tortura favorita, sus ojos brillaban y se saboreaba la sangre que salía de la espalda herida de la mujer.

Cuando ya no había más piel que lacerar , vino Jason y trajo un cuenco con agua y algunas anguilas, al igual que pequeños peces comedores de carne , desataron a la mujer toda desmayada, y pusieron sus pies en el cuenco.

Ya ni gritaba , solo lloraba y a ratos desvanecía. Giles quiso salvarla, algunos nobles quisieron salir con sus esclavos pero Dionisio bloqueaba la salida.

Dorian no estaba muy contento, en ciclos pasados el mismo se habría encargado de propinar el castigo a tan repugnante mujer, solo que ahora ya no le satisfacía nada de ésto.

Levantó la mano en señal de parar. La mujer ya estaba casi muerta , algunos huesos de los pies le habían quedado expuestos y su espalda estaba muy carcomida.

Dámaso hizo resonar un platón de bronce, habló para la multitud.

__ Que sepan todos que este no es castigo suficiente para quien piense siquiera en atentar contra la familia real, quien sea que lo intente correrá con la peor de las suertes.

Dejaron a la mujer enmedio de el camino principal en la villa real, todos los que pasaban y quisieron ayudarle recibían un latigazo, la orden fue dejarla morir lentamente, sin agua, ni comida y mucho menos un sanador.

Era una imagen difícil de ver.

Por la noche una bruma espesa y de un sabor empalagoso llenó el camino, justo en el lugar dónde la mujer estaba dando su último aliento...

Pronto los guardo quedaron tendidos sobre el empedrado camino. La bruma se arremolino junto al cuerpo y lo hizo desaparecer.

Con los rayos del glorioso Sol, se vió el desastre, todos los guardias estaban decapitados, algunos sin órganos, otros sin extremidades y una jauría de lobos alrededor de los cuerpos.

Las noticias llegaron al palacio, en instantes el rey y sus príncipes estaban en el lugar.

__ Que alguien me diga que demonios pasó, tú Dámaso , serás el responsable hasta que hayas encontrado al verdadero culpable.__ Dijo con firmeza un muy enojado y gélido príncipe Irineo.

__ Padre debemos irnos, no es seguro para usted estar aquí.__ Ulises en verdad tenía miedo , había visto cantidad de muertos antes pero no una escena como esta, los lobos no siquiera dejaban que alguien se acercara.

Un soldado dijo que los lobos eran del príncipe Dionisio, cosa que llamó la atención del rey.

Ordenó buscar al príncipe, quien estaba ahogado en alcohol en la casa del tabernero, ignorando por completo lo que pasaba afuera, estaba siendo señalado por causar problemas y el solo bebía sin parar.

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