Capítulo 3 - Una noche para recordar

Narra Kate

No podía creer lo que estaba haciendo, pero ya había decidido que está noche haría que él se fijara en mi a como diera lugar, y es por eso que ahora me encuentro en su apartamento al que me imagino traerá a sus múltiples conquistas, pero eso no me importa en lo más mínimo, pues esta noche estoy decidida a disfrutar y entregarle mi mayor tesoro al hombre del que he estado enamorada desde que tengo uso de razón, sólo espero no arrepentirme después, aunque lo dudo mucho.

Benjamín: ¿quieres tomar algo? - Me pregunta de la nada sacándome de mis pensamientos.

Kate: ¿eh? No, sólo quiero que empecemos con lo que sabemos va a pasar esta noche, eso es todo...- Le digo de manera seductora acercándome a él, quien desde que subimos al carro se ha quitado la máscara y sus ojos me desnudan completamente.

Benjamín: pues tus deseos son mis órdenes... - Dice mientras acorta la distancia entre nosotros, una vez más sus manos acarician la parte de mi rostro que está al descubierto con la clara intención de quitarme la máscara, a lo que de inmediato lo detengo.

Kate: no necesitas ver mi rostro, si quieres continuar con esto...- Le digo algo agitada pues su otra mano ha empezado a acariciar uno de mis pechos haciendo que mi cuerpo tiemble.

Benjamín: claro que quiero continuar...- Sin más se apodera de mis labios, haciéndome estremecer, y es que así como en el ascensor esto me está volviendo totalmente loca, se que muchos me juzgarán por estar haciendo está locura pero, está es la única manera que he encontrado para acercarme a él y hacer que me note, aún sin saber quien soy.

Sus manos expertas van deshaciéndose de mi ropa mientras que las mías ya han retirado los botones de su camisa y ahora se dirigen al cinturón de su pantalón, es increíble que aún para una fiesta de disfraces se vaya en traje y sólo use una máscara, eso definitivamente dice mucho de su carácter y personalidad, pero eso ahora es lo que menos me importa, pues sus manos se mueven por mi cuerpo con total libertad y astucia, haciéndome estremecer por completo, cómo puedo termino de quitar su pantalón dejándolo solo en boxer mientras que él ya está quitando mi brasier haciendo que sólo mis bragas me acompañen.

Su cuerpo es un verdadero deleite, su espalda ancha es una perdición y sus fuertes brazos que me aprisionan en este momento me hacen sentir lo poderoso que es, sin esperarlo el de un rápido movimiento tomando mis piernas me levanta del piso haciendo que tenga que enredarlas en su cintura teniendo más cerca su masculinidad, sin que le requiera esfuerzo camina conmigo hacia la cama sin siquiera dejar de besarnos.

No sé con cuántas mujeres él haya estado y eso no me importa pues lo único que hoy quiero es darle mi mayor tesoro y dejarlo marcado para siempre con mi entrega, porque estoy segura que nadie lo va a hacer sentir como yo lo estoy haciendo esta noche y no se porque pero eso me hace sentir más poderosa y segura de mí que hace apenas unas pocas horas atrás.

Lentamente me va depositando en la cama y sus besos empiezan a bajar por mi cuello hasta llegar al monte de mis senos, en los que se entretiene bastante, pues mientras su boca hace maravillas en uno de ellos su mano derecha acaricia frenéticamente el otro, pues su mano izquierda ahora se dirige hacia mi zona más secreta, haciendo que mi cuerpo sea un volcán a punto de erupcionar. Lentamente sigue descendiendo sus labios hacia mi abdomen y luego a mi monte venus, mientras con sus manos acaricia mis piernas de forma ascendente, deslizandolas con una delicadeza asombrosa tomando con ellas nuevamente mis senos, mientras allá abajo su lengua hace maravillas, no sé qué ni cómo pasó, pero mi cuerpo empezó a sentirse al límite del placer haciendo que convulsione y mi garganta emite un gemido que debería ser un delito que otros lo escucharán.

Mi respiración ahora está entrecortada y no consigo concentrarme en nada excepto en que ahora sus labios toman nuevamente mis labios de forma fuerte y algo territorial dejándome sin aliento y calentando mi cuerpo nuevamente, no sé en qué momento se ha deshecho de su boxer sólo sé que ahora al igual que yo está completamente desnudo excepto por la máscara que aún llevo, mis ojos se abren como platos al observar su tamaño haciendo que trague grueso, sus manos experimentadas están separando mis piernas haciendo que los nervios me tomen, mientras que él acerca su miembro a mi entrada. Pero de un momento a otro el se detiene colocándose de rodillas mientras estira su mano a la mesa de noches, abriendo uno de los cajones de esta, lo miro algo confusa, pero esa confusión se va al momento de ver lo que saca de allí, sin más se pone el preservativo y nuevamente besa mis labios con muchísima pasión mientras que su miembro se va abriendo paso en mi interior, de forma un tanto apresurada haciendo que un grito de dolor salga de mi garganta al mismo tiempo que él se detiene en seco.

Benjamín: ¡¡no me jodas!!... - Lo escucho decir y de inmediato yo me siento aterrada y avergonzada, pero antes de que pueda decir algo o alejarse yo lo aprisionó con mis piernas y acerco su rostro a mí para besarlo como lo hemos hecho hasta ahora.

Kate: ¡¡¡continua por favor!!!...- Le digo casi como una súplica, mientras lo vuelvo a besar, y parece que ha funcionado pues él corresponde a mi beso de forma apasionada, una vez más se empieza a deslizar en mi interior pero está vez con mucha más delicadeza, mientras aún nos besamos, cuando ya ha logrado atravesar la barrera de lo que según mi madre debería guardar hasta el matrimonio se queda quieto, haciendo que me acostumbre a su tamaño en mi interior, acaricia mi rostro miestras me ve directamente a los ojos, con una mirada que la verdad no logro descifrar y ahora no tengo tiempo de hacerlo, cuando creo que ya el dolor ha menguado un poco en mi interior de forma instintiva y casi primitiva, nuevo mis caderas dándole la orden silenciosa de que continúe y obviamente así lo hace, en un vaivén lento, turtuoso y apasionado que me hace ver las estrellas, en esta habitación sólo se escuchan nuestros gemidos y el sonido de nuestros cuerpos desnudos chocando con el otro, si pudiese detener el tiempo y hacer que esto sea eterno lo haría, sin pensármelo dos veces, porque aunque sé que está locura de hoy no está bien, he descubierto que no me arrepiento de absolutamente nada, lo repetiría mil veces porque es lo que deseo, lo desee a él durante años, y ahora aunque sea sólo por una noche le demostraré toda mi pasión, amor y adoración que he sentido por él durante todos estos años.

Después de estár así de unidos durante un largo rato terminamos en un exquisito orgasmo que nos ha dejado sin aliento, y una vez más nuestras miradas hablan por nosotros, él sé recuesta a mi lado, acercándome a él y yo en un gesto de protegerme a mí misma me alejo un poco.

Benjamín: quédate está noche… -Lo escucho decirme tomando mi brazo, pues ahora yo estoy sentada al borde de la cama mientras él aún sigue acostado.

Kate: perdón, pero ya debo irme... - Le digo con un tono un poco antipático, mientras como puedo me pongo de pie mientras voy tomando mi "ropa" y deslizandola por mi cuerpo, en tanto un silencio se apodera de la habitación.

Benjamín: ¿y supongo que tampoco me dirás tú nombre? - Me dice con un tono un tanto ¿Triste? O al menos eso me parece.

Kate: lo siento, pero es mejor así, de todas formas, gracias por esto tan especial...- Le digo mientras me acerco nuevamente a la cama y le doy un corto beso en los labios, pues él ya se ha sentado en el borde de esta... - Lo siento de verdad, pero ya me tengo que ir, además es mejor dejarlo hasta aquí, adiós...- Le digo alejándome de sus tentadores labios.

Benjamín: ¿Qué tan mal estuvo?... - Me pregunta y eso sí que me sorprende, jamás imaginé que un hombre como él podría sentirse inseguro en ese aspecto...- Lo digo porque no entiendo porque te vas así sin más.

Kate: la verdad es que estuvo genial, además como te habrás dado cuenta no tengo con quien más comprarte, pero de verdad me tengo que ir ya mismo, lo siento... - Digo ganándome una mirada suya que la verdad me causa confusión pero la ignoró por completo, camino hacia la puerta, le lanzó un beso con mis manos y me alejo de su apartamento, con la certeza de que hoy fue la mejor noche de mi vida, por lo menos hasta ahora...

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