¿Y ahora qué?

🗨️ Nos dirigimos al hotel y revivimos nuestra luna de miel, no me puedo quejar, Catalina me enciende a su antojo.

Y si eso logra hacer sin amarme no me imagino que sería de mi cuerpo cuando me ame, pero la alegría terminó con el inicio del día. La casa explotó, por fortuna no teníamos vecinos.

La noticia salió en primera plana, no había víctimas fatales.

— Maldita sea, como pudo salvarse, deberé comenzar de nuevo, ese matrimonio tiene que acabar.

🗨️ Salimos del hotel antes de almuerzo, la familia nos había llamado preocupada, así que almorzaríamos donde Amanda y ya luego veríamos donde nos quedaríamos.

Leonardo aprovecha para revisar algunos de los documentos de la investigación cuando llegó su padre.

—Hola hijo que tanto haces, no me tienes confianza, de que se trata todo esto.

🗨️ Le entregue una carpeta.

Mi padre la detallo hoja por hoja, sus lágrimas corrían por sus mejillas.

—Papá, no se que hacer, debemos proteger a mamá y a Catalina ellas deben irse, para poder dar esta batalla necesito que estén seguras.

—Estoy de acuerdo hijo, tu madre será feliz si se va a recorrer el mundo, tu esposa puede ir con tu suegra allá estará segura y les pondremos seguridad.

—Me parece bien, hablaré con Catalina.

— ¿Catalina podemos hablar?

—Claro amor, te escucho.

—Necesito que regrese con tu mamá.

—¿Alguna razón en especial, algo que deba saber?

— Si te quedas conmigo, tu vida está en peligro.

—¿Y te parece que esa sea suficiente razón para lograr convencerme?

—Conociéndote creo que no será suficiente, entonces te contaré una historia.

—Perfecto, te escucho.

🗨️ Leonardo entendió que su esposa no se alejaría de él fácilmente y menos ahora que están tratando de hacer las cosas bien, es hora de contarle una parte de su vida que ella desconoce.

— Mi padre hace parte de la mafia italiana, nosotros somos, bueno fuimos tres hermanos, yo soy el menor.

Cuando yo estaba pequeño era muy curioso y muchas veces vi como mi padre maltrataba a mi madre, mi hermano mayor me enseñó a manejar armas, la familia se debe proteger, era algo que siempre me decía

En una ocasión mi padre llevó a sus amigotes a casa, llegó muy tarde ya todos dormíamos, yo tenía tan solo doce años.

Todos estaban ebrios, mi padre subió al cuarto y sacó a mi mamá a rastras de la cama y la llevó hasta donde estaban sus amigos.

Mi madre siempre fue una mujer muy hermosa, cuando se casaron mi padre fue la envidia de muchos que deseaban a esa bella mujer, así que ya te imaginaras lo que querían hacerle, mi padre había perdido una apuesta y ese era el pago.

Con el ruido me desperté, muy despacio abrí la puerta y salí de mi cuarto, para esconderme detrás de una maceta.

Vi a mi madre llorar y pedir ayuda mientras mi padre le pegaba por no acceder a sus deseos y a los de sus amigos, no sabía que hacer mis hermanos no estaban.

En un momento me llegó una loca idea y fui muy rápido sin ser visto al cuarto de mi hermano, saqué una de sus armas, busque las balas, la cargue y sin pensarlo dos veces salí a salvar a mi madre.

Cuando salí le estaban rasgando sus ropas, mi madre estaba casi desnuda, yo únicamente apunte en dirección de mi padre, pero él se agachó para sujetar a mi madre y el tiro le dio a uno de sus amigos.

Mi padre no salía de su asombro y yo volví a disparar, no sé cuantas veces, antes de que mi padre logrará arrancar de mis manos el arma, herí a tres, mate a dos.

Después de eso, estuvimos en terapia, mi madre, mi papá y yo, mis hermanos se encargaron de lo demás, uno de los muertos era un político conocido y alguien debía ir a la cárcel.

Mi hermano mayor se hizo cargo, a pesar de eso, mi otro hermano fue desaparecido por la familia de uno de los amigos de mi padre tiempo después nos dimos cuenta de que lo habían asesinado.

Mi padre debió pasar por muchas pruebas antes de poder ganarse el perdón de mi madre y también el mío.

Dejar el alcohol, olvidarse de las apuestas y ceder su puesto en la mafia, ya teníamos dinero suficiente para no seguir al mando, aunque debe seguir vinculado, nadie se libra de eso.

Yo estuve fuera del país por varios años, estudie, me prepare y me hice cargo de las empresas que mi abuelo le había dejado a mi padre, nunca acepte ser parte de la mafia.

En la universidad conocí a un chico de mi edad, su familia lo había mandado a estudiar lejos después de la muerte de su padre, cuando lo invite a casa mi madre lo odio, pero nunca me dijo el por qué.

Con ese amigo pase por muchísimas cosas, hasta que un día me llevó a un sitio de apuestas en esa época estaba cerca de cumplir veintidosaños.

De mi padre heredé la suerte en las cartas, y me gustó ganar, el juego siempre se acompaña de mujeres y trago.

Sin embargo, cuando conocía alguien especial y quería dedicarme a esa persona y dejar ese mundo, mi amigo hacia lo posible por llevarme a las apuestas, al trago y a las mujeres, de repente ellas se marchaban.

Desaparecían, me odiaban y yo volvía a caer en el mismo círculo vicioso, así estuve durante dos años.

Cuando conocí a Vladímir estábamos por finalizar un torneo, él ya había dejado en la ruina a varios jugadores que apostaban sus fortunas, ya sabíamos que lo único que podía poner su mundo de cabeza era su hija.

Siempre que ganaba alguna joya preciosa, automáticamente decía, este será un regalo para mi princesa, es lo más valioso que tengo.

A mí no me interesaba su fortuna, yo quería algo que valiera la pena, además como empresario estar casado era algo bueno.

Vladímir nunca pensó perder, él al igual que yo no perdía, teníamos una racha perfecta, pero yo le gane.

Esa noche como siempre hable con mi amigo que estaba haciendo negocios en Japón y le conté lo sucedido, por primera vez me dijo que le parecía buena idea, tu hermana no podía prohibirme continuar con mi vida disipada, solo sería una esposa para mostrar y cada quien seguiría con sus vidas.

Al morir tu hermana, esa opción ya no era posible y ya había pensado acorralar a Vladímir hasta matarlo, había visto a tu madre esa noche, tenía el rostro hinchado y escucharla hablar era como oír las palabras de mi madre. Recibir golpes hasta que las matara ese sería su destino.

Pero apareciste tú y Vladímir tomó la decisión de que fueras su pago, sabía que te odiaba, el mando a matar a tu padre porque tu madre lo amaba, tú eras un estorbo para él y quizá supuso que yo acabaría contigo.

Pero tú ya estabas en mi corazón desde que vi las fotos que me envió el investigador que mandé cuando tu hermana decidió viajar con tu madre a Brasil y así escapar de tu padre. Yo la hubiera dejado libre si tan solo me hubiera acercado a ti.

Mi amigo estaba al tanto de lo que paso hasta la entrega de tu hermana, estando en Japón se dedicó al juego por varias semanas y me dejó a un lado, cuando volvió me encontró entregado al amor y comenzó una batalla silenciosa contra ti.

Cuando nos casamos y se fue dando cuenta de todas las cualidades que tienes empezó a buscar la forma de separarnos, me di cuenta por qué el único que tiene acceso a mi celular es él y casualmente la fecha de tu cumpleaños desapareció y en mi agenda la fecha estaba tachada, luego se delató nunca le dije que lo había olvidado.

Después de la investigación nos dimos cuenta de que Alejandro, es el hijo del tipo que yo mate y que mi hermano está pagando en la cárcel. Mi hermano saldrá en un par de meses, su condena fue de veinte años, aunque el veredicto debió ser en defensa propia, pero el juez ya estaba comprado y mi padre no podía hacer nada.

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