Salgo corriendo del baño como alma que lleva el diablo, si pasa algo que me retrasé cinco minutos perderé el vuelo, veo que el pasa detrás de mí algo apurado también, lleva la misma cazadora marrón del tipo que hizo que me manchara, aceleró el paso para alcanzarlo, no tengo mucho tiempo de discutir pero igual me place alcanzarlo, ese chico me gusta, lastima que solo para un rato. Después de ahorita no lo vuelvo a ver más…
Paso a su lado y le digo lo más cerca que puedo, pues él es mucho más alto que yo y mi desventaja es que no llevo tacones.
– Gracias a ti, acabamos de tener un encuentro como bestias en el baño, al tropezar con alguien y más si es una dama deberías tener la sutileza de al menos detenerte y pedir disculpas.
El me mira muy sorprendido abre mucho los ojos, puedo notar que ya no se ven tan oscuros como hace unos minutos, se me acerca y me dice:
– ¿En serio fui yo? De verdad disculpa no me percate. Aunque si te soy sincero agradecia en silencio a la persona que te había derramado lo que fuese encima y también que hallas entrado en el baño equivocado.
Me dice sonriendo
– Siento haber sido yo, o no, mejor no lo siento tanto.
Se me acerca me da un beso en la mejilla mientras sostiene mi mano, y me dice:
– Fue un enorme placer haber coincidido contigo extraña…
– Igual para mí desconocido.
Me da un beso ahora en los labios que me deja con un sabor extraño de querer más y cada uno se va por su lado.
Escucho el último llamado a mi vuelo, aceleró el paso y logró llegar a tiempo a la fila de abordaje, ya en el avión abro el correo y le escribo a la empresa "Miller Entreprise" sobre el retraso de mi vuelo, para que sepan que llegaré unos minutos después de lo acordado, aunque allí ya tenían conocimiento de que solo había conseguido vuelo para las dos de la tarde, igual me indicaron que el presidente de la misma un tal Marco Miller insistió en mandarme a recoger al aeropuerto y presentarnos en su empresa, aunque la reunión formal es el día de mañana a primera hora con él y los demás involucrados…
Termino de escribir el correo, mientras espero la respuesta me recuesto del asiento y cierro los ojos por algunos minutos, estoy realmente agotada, la noche de anoche trasnoche, no descanse mucho tiempo y la jornada de hace un momento me dejó con menos energía de la que ya tenía
Siento que alguien se sienta a mi lado y mi sorpresa es máxima cuando me dicen:
– ¡Vaya! Creo que algo quiere decirnos el destino.
Abro rápidamente los ojos es otra vez el chico del baño, me sobresalto y su olor inunda mis fosas nasales, aunque me muestro indiferente y le respondo:
– Yo no creo en el destino, pero de ser así es jodidamente necio. ¿Que haces aquí?
– Hoy vuelo a mi casa, estaba aquí por asuntos de trabajo… ¿Y tú? Si puedo saber claro…
– Vuelo para una reunión de trabajo..
– ¿Puedo preguntar en dónde?
– ¡Para el poco tiempo que llevamos conociéndonos haces demasiadas preguntas extraño!
– No soy un extraño. Mi nombre es Asher ¿y el tuyo?
– No te miento cuando te digo que mientras menos sepas de mí es mejor…
El me observa con atención, asombro y deseo al tiempo y luego me dice:
– ¡Okey! No insistiré más en saber a dónde vas, pero que te parece si en estás seis horas de vuelo seguimos disfrutando de esta atracción que sentimos…
– ¿Para qué? ¿Que ganaríamos?
– Un vuelo menos aburrido…
– Vale pero con una condición – ¿A ver cuál?
– Que no hagas tantas preguntas, no suelo relacionarme con nadie ni amorosa ni románticamente, solo sexualmente y muy pero que muy rara vez repito…
– ¡No te entiendo! ¿Pero por lo menos puedo saber tu nombre?
– Mi nombre es Melissa.
Él sostiene su mirada esperando que diga algo más y le digo:
– Melissa a secas.
Toma mi mano, me da un beso en el dorso y vuelve a decirme sonriendo:
– Es un enorme placer para mí conocerte "Melissa a secas"
Hace comillas con las manos.
Sonreímos los dos y yo le digo: – Aunque te confieso que estoy sumamente agotada, un loco se metió en el baño donde me encontraba y me hizo tener un encuentro bastante movidito en el baño de un aeropuerto…
Suelta una carcajada y me dice: – Solo verte dormir podría ser un gran entretenimiento para mí.
– Que bueno porque por ahora solo quiero hacer eso sí me lo permites…
– Claro que sí, Melissa a secas, vuelve a decirme sonriendo.
La ayudante de cabina indica por los altavoces que debemos apagar los celulares, y que ya vamos a despegar, hacemos lo propio saco mi cojín para soporte lumbar, y cierro los ojos, pero siento su mirada sobre mí, abro nuevamente los ojos y efectivamente me está mirando.
– Quiero darte un beso, pero temo que me sueltes una galleta…
Lo miro fijamente y lo tiento me le acerco, y le digo al oido:
– Desde ahorita y hasta que termine el vuelo puedes faltarme el respeto… y el responde – Haberlo dicho antes
Se levanta un poco y devora mi boca en un beso con sabor a más, mucho más…
Cómo por arte de magia las luces se apagan, el baja a mis pechos y besa la piel que sobresale del vestido, la chica de cabina interrumpe con un carraspeó de garganta y nos dice:
– ¡Disculpen! ¿Puedo ofrecerles algo de tomar?
El se levanta limpia la comisura de mis labios primero y relame los suyos y le dice:
– Si, discúlpenos usted, es que estamos de luna de miel
Me entra la risa y la chica dice:
– No se preocupen, ¡felicidades!
Siendo así la aerolínea les traerá dos copas del mejor vino que tenemos como cortesía de la casa, en hora buena!
– Grácias decimos al unísono muertos de la risa…
Cuando la chica se va, le digo: – Si querías vino gratis me hubieses dicho y lo compraba antes de abordar…
– No sabía que estaría durante seis horas de luna de miel, porque así me siento en verdad.
Llega la chica con las copas y brindamos, ¡decimos salud! Y el dice por una luna de miel dónde los encuentros moviditos y no la turbulencia sean nuestro aliado..
– ¡ Salud! Decimos los dos al mismo tiempo, nos damos un poco tierno como si en verdad fuésemos recién casados y brindamos...
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