Capítulo 19

Originalmente, Katharine era solo una chica normal que vivía pacíficamente con sus padres, bendecida con una vida cómoda gracias al trabajo de su padre como gerente en su oficina y al negocio casero de pasteles de su madre.

Katharine solía pasar su tiempo después de la escuela con sus amigos y ayudaba a su madre en la repostería cuando tenía momentos libres.

No había nada extraño en la tranquila existencia de Katharine hasta el día en que la noticia de la implicación de su padre en corrupción lo arruinó todo.

Las sumas involucradas en la corrupción de su padre no eran una trivialidad, ascendiendo a alrededor de cinco mil millones de rupias. Fue arrestado y lanzado a la cárcel después de que las investigaciones policiales confirmaran las acusaciones.

Ninguno de los fondos provenientes de las actividades corruptas de su padre llegó a su familia, dejando a Katharine y a su madre firmemente opuestas al escándalo.

Pero la situación empeoró cuando la policía también descubrió evidencia de que todos los fondos malversados habían sido canalizados hacia la amante de su padre, dejando a su madre tan en shock que cayó enferma.

En medio de su desgracia, ni una sola persona, incluidos los amigos de Katharine, que habían desaparecido sin dejar rastro, acudió en su ayuda.

Katharine estaba perdida, con todos los valiosos activos de la familia incautados para pagar el dinero robado de su padre, y aún así no era suficiente para cubrir la deuda sustancial.

Katharine se vio obligada a trabajar sola, decidida a liquidar la deuda y pagar la atención médica de su madre.

Pasaron los meses mientras ella trabajaba como camarera en un restaurante, pero sus ingresos aún eran insuficientes para los gastos médicos de su madre.

Sintiéndose inútil en ese trabajo, Katharine decidió renunciar, justo cuando notó un anuncio de audición de FGC Entertainment.

¿Quién no conocía esa compañía? Incluso una asignación básica de ellos podría mantener a alguien durante años, así que sin dudarlo, Katharine fue a solicitar.

Miró el formulario de registro y se sorprendió al darse cuenta de que tendría que pasar una serie de audiciones de actuación para ser aceptada; resuelta, Katharine practicó durante días para perfeccionar sus habilidades actuales.

Su dedicación tuvo su recompensa cuando Katharine fue admitida, a pesar de algunos contratiempos al principio.

Katharine estaba emocionada pero se sentía incómoda al leer el guion del papel que iba a interpretar.

Sus mejillas se sonrojaron mientras sus ojos escaneaban rápidamente las palabras bastante provocativas escritas en el guion titulado 'Una Noche de Amor Florecido en Francia'.

Cualquiera que fuera sus pensamientos en su mente, lo único evidente era su profunda vergüenza al tener que leer las detalladas escenas para adultos.

"¿Realmente tengo que interpretar el papel principal femenino en esto?" preguntó Katharine a Aria, con esperanza en su voz.

"Sí, debes interpretar todas las escenas que interpreta la actriz principal femenina," respondió Aria, acentuando el rubor en las mejillas de Katharine.

"No puedo hacer esto; nunca he tenido un novio, y mucho menos besado como se describe en esta escena," protestó Katharine, señalando una escena de besos ardientes en el guion.

Aria sentía compasión por la chica inocente frente a ella, la personificación misma del personaje inocente y puro que el guion requería.

Sin embargo, Aria no podía obligar a Katharine a hacer algo con lo que se sintiera incómoda; lo último que necesitaba el equipo era una demanda por acoso sexual.

"Si quieres renunciar, está bien, puedo encontrar a otro candidato más dispuesto," dijo Aria con un largo suspiro.

"No, seguiré adelante," declaró Katharine después de reflexionar por un momento.

No podía simplemente abandonar algo por lo que había trabajado tanto, dispuesta a renunciar a su dignidad por el bien de su madre, que todavía estaba hospitalizada.

"¿Puedo hacer una pregunta?"

"¿Qué pasa?"

"¿Quién interpretará al actor principal masculino?" preguntó Katharine, sintiendo que necesitaba saber con quién llevaría a cabo esas intimidades.

Antes de que Aria pudiera responder, Aldo habló, "Yo interpretaré al actor principal masculino."

Katharine se volvió para ver a Aldo, que había estado sentado en silencio en un sofá cercano, su mirada penetrante fija en su rostro sonrojado todo el tiempo.

Ahora, sabiendo que Aldo sería su compañero en las actividades adultas, su vergüenza se intensificó.

Insegura de qué hacer, Katharine solo deseaba escapar de la incómoda situación.

"Y... es agradable, tengo muchas ganas de trabajar contigo, pero ahora debo visitar a mi madre en el hospital", dijo Katharine apresuradamente mientras se dirigía hacia la puerta, pero se detuvo como si recordara algo.

"No tengo dinero para el viaje de regreso... reflexionó".

Aldo y Aria eran conscientes de la situación difícil de Katharine, ya que la habían escuchado mencionar antes que estaba sin dinero después del viaje hasta allí.

Así que Aldo se levantó para ofrecer ayuda. "Déjame llevarte", dijo.

"¿Eh? Pero..."

"No es seguro que una mujer viaje sola a altas horas de la noche", intervino Aria, deteniendo las objeciones de Katharine.

"¡Estar sola con un hombre a esta hora es mucho más peligroso!", pensó Katharine histéricamente.

Sintiendo su preocupación, Aria le aseguró: "No te preocupes, Aldo es un hombre decente, no hay nada que temer".

"¿Un hombre decente?", se contuvo Aldo para no reír.

Presionada por la insistencia de Aria y por su precaria situación económica, Katharine aceptó a regañadientes la oferta de Aldo de llevarla a casa.

Al no tener un coche propio y considerando inapropiado acompañar a una dama en autobús, Aldo tomó prestado uno de los múltiples vehículos de Aria para el propósito.

"Ugh... probablemente debería comprar mi propio coche la próxima vez... meditó Aldo.

Ya había ganado suficiente dinero y no veía ningún problema en gastar unos millones en un coche para evitar el agobio diario de los autobuses llenos.

El silencio envolvió el sedán negro mientras Aldo conducía y Katharine continuaba nerviosa y avergonzada ante el hombre que pronto la besaría y más.

"Ahem, ¿tienes novio?", aclaró la garganta Aldo, tratando de romper el silencio.

"Aún no", respondió Katharine tajantemente.

Aldo miró a Katharine, quien solo pudo bajar la mirada.

"Sabes, no tienes que hacer el papel si no quieres, y no te preocupes por las facturas de tu madre, yo me encargaré de todo", ofreció de repente Aldo, sorprendiendo a Katharine.

"No puedo dejar que hagas eso", protestó Katharine.

Aunque el papel que le habían dado era problemático, aceptar ayuda no solicitada lo era aún más. Apreciaba el gesto de Aldo, pero no podía aceptar sin hacer algo a cambio.

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